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El apoyo de las Luca de Tena deja a los 'rebeldes' a punto de controlar Vocento
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LA CLAVE LA TENDRÁ EL 20% DE 'FREE-FLOAT'

El apoyo de las Luca de Tena deja a los 'rebeldes' a punto de controlar Vocento

Los pesos pesados de Vocento empiezan a echar cuentas por si la revocación del Consejo de Administración sale adelante. Y al menos chance tiene. Un frente

Foto: El apoyo de las Luca de Tena deja a los 'rebeldes' a punto de controlar Vocento
El apoyo de las Luca de Tena deja a los 'rebeldes' a punto de controlar Vocento

Los pesos pesados de Vocento empiezan a echar cuentas por si la revocación del Consejo de Administración sale adelante. Y al menos chance tiene. Un frente aglutinado por los consejeros Santiago Bergareche y Víctor Urrutia, arropados por los empresarios Manuel Jove y Félix Revuelta, solicitaba el pasado lunes una Junta General Extraordinaria de Accionistas en los próximos dos meses. ¿Objetivo? Forzar la disolución del actual Consejo e intentar tomar el control de la compañía. “El tema está muy ajustado. Hablamos de dos bloques enfrentados que pueden manejar entre el 37% y el 40% del capital cada uno. La clave estará en el 20% de free-float”, aseguran fuentes de la firma al más alto nivel. La insurrección cuenta con un porcentaje de salida nada despreciable superior al 21%.

Un apoyo clave es el que puedan prestar las hermanas Catalina y Soledad Luca de Tena. Según datos de la CNMV, cuentan con el 10,09% de las acciones a través de la sociedad Valjarafe. Si se suma su cuota a título individual, el porcentaje se va al 10,22%. Fuentes conocedoras de los contactos en marcha aseguran que están al lado de los rebeldes, si bien no atendieron los requerimientos de este diario para conocer su posición. Además del eventual trío Bergareche-Urrutia-Luca de Tena, Jaime Castellanos, viejo accionista de la casa y presidente de la aseguradora SC Willis España, atesora un 4,43% de la firma a través de la firma familiar Casgo S.A. Su filiación es poco dudosa. La jugada es arriesgada, pero maestra: la Junta Extraordinaria puede ser suficiente para sacar adelante el cambio de guardia y les evita tener que lanzar una opa. Eso sí, con evidente perjuicio para el minoritario.

“Es una maniobra para quedarse con la compañía de forma barata, sin lanzar una opa y sin poner un duro –aseguran fuentes próximas a la compañía-. Gane quien gane, será una victoria de mínimos. El vencedor no conseguirá una mayoría reforzada y tendrá que pactar para salir de situaciones de bloqueo. A no ser que el objetivo sea trocear la compañía o buscar una operación corporativa”. De hecho, la sensibilidad de parte del Consejo está en la línea de cerrar los negocios que no sean rentables. Y la única división que gana dinero es la prensa regional. Analistas consultados ayer por este diario ven cada vez más factible que el final del camino sea buscar una transacción, con las familias propietarias cada vez más proclives a salir del capital. No en vano la acción ha caído un 87% desde que la firma salió a bolsa hace un lustro.

El otro bloque accionarial lo acapara la familia Ybarra, que se anota en torno a un 27%, distribuido en un abanico de sociedades. Emilio y Santiago Ybarra administran Mezouna, que disponen un 11,07% del capital. Energay de Inversiones, cuyo administrador único es Enrique Ybarra, ostenta el 6,52% de la sociedad. Onchena, con Carmen Careaga Salazar y Carmen Ybarra Careaga al frente, aglutina un 5,39%. El supervisor recoge igualmente una acción concertada vinculada a la familia que cuenta con el 5,01% de la compañía. También apoya ese status quo un grupo institucional encabezado por Eolo –Heraldo de Aragón- o el Grupo La Información –Diario de Navarrra-, que se apuntan entre un 5% y un 6% en conjunto.

Eso sí, los vínculos familiares no garantizan nada. No falta quien dentro de la compañía recuerda la ausencia de relación entre miembros de la familia Ybarra. “Algunos ni se hablan”, subrayan.  Es más, lo complejo de las relaciones en la casa lo escenifica que el propio Víctor Urrutia, a la sazón uno de los principales accionistas individuales de Iberdrola, está casado con una Ybarra. Por si fuera poco, una decena de sociedades maneja otro 10% del grupo de medios en cuotas que oscilan entre el 0,5% y el 3%. Se ha dado el pistoletazo de salida para el cortejo de esos accionistas, que pueden ser decisivos en una votación que puede decidirse por la mínima. La autocartera de la sociedad no llega al 3%.

El fracaso mediático del centro-derecha

La intención declarada de este frente opositor es enderezar la situación de la compañía, de cuya situación culpan al propio Consejo de Administración. Se quejan abiertamente de que el cónclave ha funcionado mal en los últimos años y quieren reducir el número de sus miembros para mejorar su gestión e incrementar el número de consejeros independientes hasta un tercio. Todo un golpe de Estado. Para justificar la medida, no sólo han puesto sobre la mesa los malos resultados de 2011, sino que han subrayado el incremento de la deuda, que se eleva a 138,7 millones de euros (desde 120,6), y el desplome de la cotización de la compañía, que no vale ni 200 millones en bolsa.

Claro que no falta quien tira por elevación. “Lo que ha pasado en Vocento sólo vuelve a demostrar el fracaso mediático del centro-derecha”, argumenta con resignación un alto cargo de la compañía. Y es que el envite lanzado por el frente Bergareche-Urrutia mete a la sociedad en una espiral de maquinaciones e intrigas que desgastarán la gestión de la casa en los próximos dos meses. Precisamente cuando más atención necesita el negocio, con la publicidad cayendo a plomo y tras registrarse pérdidas de casi 50 millones en 2011. De hecho, la sensación entre ejecutivos de la casa es que los dueños pelean por hacerse con el poder y repartirse el botín, sin importarles el bloqueo de la compañía y la desmotivación del equipo. “Pierde Vocento”, aseguraba ayer uno de ellos, bajo condición del anonimato.

Los pesos pesados de Vocento empiezan a echar cuentas por si la revocación del Consejo de Administración sale adelante. Y al menos chance tiene. Un frente aglutinado por los consejeros Santiago Bergareche y Víctor Urrutia, arropados por los empresarios Manuel Jove y Félix Revuelta, solicitaba el pasado lunes una Junta General Extraordinaria de Accionistas en los próximos dos meses. ¿Objetivo? Forzar la disolución del actual Consejo e intentar tomar el control de la compañía. “El tema está muy ajustado. Hablamos de dos bloques enfrentados que pueden manejar entre el 37% y el 40% del capital cada uno. La clave estará en el 20% de free-float”, aseguran fuentes de la firma al más alto nivel. La insurrección cuenta con un porcentaje de salida nada despreciable superior al 21%.

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