Loading...
Comentarios

-

Ha habido un error al recuperar los mensajes
Cargando mensajes...
Ha habido un error al recuperar los mensajes
Es noticia
  1. Economía

ES CLAVE PARA LAS EMPRESAS

AVE 2028: cómo los retrasos eternos en Extremadura pueden aislarla de Europa

El tren de alta velocidad a Extremadura lleva 20 años de retraso. Con la llegada de los fondos europeos, es más urgente que nunca conectar la región para acceder a inversiones

Manifestación en Madrid por un tren digno para Extremadura, en noviembre de 2017. (EFE)

En las mismas horas en que el Gobierno comprometía una inversión de 1.700 millones para ampliar el aeropuerto de El Prat y otros 1.600 millones para el aeropuerto de Barajas, cientos de personas comenzaban su habitual penitencia veraniega en la estación de Atocha de Madrid: abordar un tren con destino Badajoz. Retrasos de más de dos horas sin aviso previo, aires acondicionados estropeados para un trayecto de más de cuatro horas a 35 grados de temperatura… El desastre de la conexión ferroviaria de Extremadura continúa un año más, sumando retrasos en la ejecución de las obras. Lo que debía estar terminado en 2008 estará listo, si no hay nuevos imprevistos, para 2028 como poco.

La comparación entre las condiciones del tren de Extremadura y la lluvia de millones para los aeropuertos de El Prat y Barajas ha vuelto a prender el agravio de los extremeños, que en noviembre de 2017 y 2018 salieron a la calle en Madrid y Cáceres para exigir un tren digno. Han pasado casi tres años y sigue sin haber una fecha concreta para que la alta velocidad llegue a Extremadura. Y no es un capricho folclórico o una cuestión menor: sin una buena conexión ferroviaria, el desarrollo económico de la región queda lastrado frente al resto de comunidades autónomas conectadas con Europa. Y eso, en un momento en que se decide en qué (y dónde) se gastará el dinero de los fondos Next Generation de reconstrucción europea, puede marcar la diferencia entre el progreso y el aislamiento definitivo.

Un ejemplo sencillo: en toda Extremadura no hay un solo metro de vía electrificada. Los trenes, sean de pasajeros o mercancías, deben moverse con locomotoras diésel. A esto se añaden ciertos tramos con traviesas de hace un siglo, las mismas que se instalaron en el ferrocarril original. Así se hace muy difícil ser competitivo en el mercado europeo.

"Me constan inversiones importantes que están condicionadas a la existencia de una red fluida de mercancías entre Lisboa y Madrid"

Lo cuenta Marcelo Muriel, vicepresidente del influyente Club Sénior de Extremadura y antiguo empresario de referencia: “Me consta la existencia de proyectos concretos de inversiones importantes que han sido presentados a los fondos Next Generation que están condicionados a la existencia de una red fluida de mercancías entre Lisboa y Madrid con apeaderos de mercancías en Cáceres, más los ya previstos de Badajoz, Mérida y Navalmoral”. Y avisa: “Si perdemos el reparto de los fondos europeos, perdemos las próximas décadas. Necesitamos al menos resolver el tránsito de mercancías, aunque sea por las vías tradicionales pero electrificadas, porque en los próximos tres años es cuando las empresas tienen que usar los fondos y tienen que tomar decisiones de inversión ya mismo, entre este año y el primer semestre del próximo, y si no ven claro que Extremadura contará con una buena conexión ferroviaria que llegue hasta Lisboa, no invertirán aquí”.

Antonio García Salas, coordinador de Corredor Sudoeste Ibérico, una plataforma impulsada por varias de las principales empresas extremeñas para promover la conexión de alta velocidad entre Madrid y Lisboa para pasajeros y mercancías, confirma la urgencia: “Hay inversores que vienen y se tienen que ir por poca viabilidad. Por ejemplo, hay una empresa tecnológica importante cuya condición para su equipo de desarrolladores es estar a un máximo de tres horas de Madrid. Eso ha impedido que el equipo de trabajo de Badajoz pueda ejecutar determinados proyectos. Como este ejemplo, hay muchos otros. Extremadura es líder en producción de fruta de hueso, y aun así, poner un kilo de ciruelas en el centro de Europa nos cuesta nueve céntimos más que a Murcia. Ahora Murcia está intentando rebajar seis céntimos, con lo que serían 15 de diferencia. Si lo logran, no podremos competir. Nuestra desventaja en el transporte cada vez nos penaliza más”.

Promesas incumplidas

Lejos queda ya el año 2003, cuando en una cumbre en Figueira de Foz (Portugal), los presidentes José María Aznar y José Manuel Durao Barroso acordaron la conexión por AVE entre Lisboa y Madrid, cuyo trazado atravesaría Extremadura. La Comisión Europea dio el visto bueno en 2004 a un proyecto que ya entonces se antojaba clave para la vertebración europea. Fecha prevista de inauguración: año 2008.

Sin embargo, las primeras piedras no se movieron hasta la segunda mitad de 2007. La entonces ministra socialista Magdalena Álvarez empujó la fecha de ejecución hasta 2010. Lo confirmó también José Luis Rodríguez Zapatero. José Blanco dijo que la obra era imparable. Por supuesto, ese plazo venció y el siguiente Gobierno, el de Mariano Rajoy, fijó la fecha en 2015. Llegó ese año y se pospuso a 2020. De los 2.300 millones presupuestados para la línea de alta velocidad, solo se han ejecutado 1.334. Se han ido construyendo partes del trazado, pero a trompicones. Hoy, ya ni siquiera se habla de cuándo los extremeños tendrán un tren de alta velocidad. La fecha oficiosa: en algún momento entre 2028 y 2030.

Concentración en Madrid por un tren digno para Extremadura. (EFE)

Aunque la alta velocidad para pasajeros es la que genera más indignación social, la más relevante es la de mercancías. Para estas, el trazado idóneo es el que discurre más al sur, por Mérida cruzando la vega del Guadiana y conectando con Puertollano (Ciudad Real) para seguir luego hacia el norte. A estas vías no se contempla llevar la alta velocidad, a diferencia del recorrido de pasajeros que transcurre por el norte por Navalmoral de la Mata y Talavera de la Reina hacia Madrid. Lo que sí necesita es electrificación. Hay tramos ya completados, pero todo indica que habrá nuevos retrasos. “Solo faltan 80 kilómetros, en tres o cuatro años estaría listo si Adif ejecuta el presupuesto", explica Muriel. "Pero no se puede aprobar porque ahora se quiere llevar el trazado por Toledo, es decir, cambiarlo todo después de 15 años para empezar de cero con los planos, las expropiaciones, los informes de impacto ambiental y toda la burocracia. Somos víctimas de la falta de compromiso y la dejadez”.

La buena noticia es que el tramo más avanzado de la línea principal, la de alta velocidad que discurre por el norte con doble vía para pasajeros y mercancías, podría estar operativo a mediados de 2023. Eso permitiría por fin unir en alta velocidad Badajoz con Plasencia, acortando en 45 minutos el actual trayecto. En realidad, hay un 80% del trazado extremeño ya ejecutado, pero entre disputas por el formato de ciertas estaciones, como la de Navalmoral de la Mata, y la falta de prisas para adjudicar otros proyectos, empujan la fecha más optimista de fin de obra a 2028.

“Desde las protestas ciudadanas de 2017 y 2018, se han hecho mejoras en los trenes, introduciendo los Intercity, que son más cómodos y tienen menos incidencias, pero no se ha mejorado apenas el tiempo de viaje. En 2019, se ganaron unos 20 minutos gracias a mejoras en el tramo Talavera-Madrid, pero seguimos teniendo las peores ratios de tiempo entre carretera y tren en España”, indica García Salas. Hoy, lleva cinco horas (en la opción más rápida) viajar entre Madrid y Badajoz. En la cumbre de 2003 entre Aznar y Durao Barroso, se acordó la conexión Madrid-Lisboa en dos horas y 45 minutos para el año 2010.

Pedro Sánchez y el primer ministro portugués, António Costa, en la cumbre ibérica de 2020. (EFE)

Porque si bien las mercancías son lo primero para atraer inversión, la línea de pasajeros también es importante. No en vano, España y Portugal son los países que más dependen del turismo en su PIB. “En Europa, España y Portugal son dos destinos diferenciados, pero en los mercados emergentes de América Latina y Asia, somos un destino único, y estamos perdiendo muchas oportunidades de desarrollo económico por apostarlo todo al turismo de sol y playa y olvidarnos del turismo de patrimonio y gastronomía, en el que el sudoeste de la Península es un referente”, indica el coordinador de la plataforma Corredor Sudoeste Ibérico.

Ese es el sueño. La realidad, cómo no, es la opuesta: indefinición por dónde deberían pasar los tramos más próximos a Madrid y Lisboa, cambio de planes en la provincia de Toledo, que espera todavía que se convoque un concurso fijado para febrero de 2021, y también cierta pérdida de interés en Portugal, cuya apuesta es desarrollar el AVE hacia el norte, entre Lisboa, Oporto y Vigo.

El 28 de octubre, Trujillo (Cáceres) acogerá la XXXII cumbre ibérica entre España y Portugal. Pese a que la cita suele resolverse con muy buenas intenciones y poca concreción, será un termómetro para medir la urgencia con que ambos países se toman este año clave para el desarrollo del suroeste peninsular. Según los expertos consultados, hay varias empresas del sector fotovoltaico y las energías renovables, sector en el que Extremadura es una gran productora de energía, esperando a ver si mejoran las conexiones y se desarrollan puntos logísticos mediante los fondos europeos.

Ver comentarios
Extremadura Adif
El redactor recomienda