¿Te han ascendido? Cómo gestionar bien tu nuevo puesto y conseguir éxito

Enhorabuena. Si llevabas un tiempo detrás de ese ansiado ascenso y por fin lo has conseguido, celébralo con tus seres queridos y la gente que te ha apoyado hasta conseguir tu objetivo. No todo el mundo que se esfuerza obtiene una recompensa. Lo raro es, precisamente, que premien tu labor. Y, en ese sentido, lo único que deseas es que todo salga bien para demostrar que estás más que preparado para ese nuevo puesto.

Pero a veces las emociones juegan malas pasadas, sobre todo si te comen los nervios. "En ese remolino emocional, es tentador redoblar el esfuerzo que has estado haciendo y que te llevó a ese puesto", asegura A. J. Hess, periodista de Fast & Company, quien ha escrito un inspirador artículo para jefes en apuros. "He visto utilizar las mismas estrategias de gestión del tiempo a muchos que ascendieron con muy malos resultados".

No, aunque seguramente tus funciones sean ahora mucho más relevantes para el devenir de la empresa, eso no quiere decir que tengas que actuar de la misma forma que en el pasado. A veces, aquello que te lleva al éxito no sirve para cuando ya has conseguido el objetivo. Hace falta algo más. De ahí la necesidad de cambiar el chip para salir airoso de la situación y que todos, tanto los que están por arriba como por abajo, salgan satisfechos con tu desempeño.

"No puedes hacer lo que hiciste en el pasado con la misma dedicación, tienes que gestionar más"

"Cuando eres ascendido, normalmente asumes un ámbito de responsabilidad más alto, lo que quiere decir que necesitarás dedicar menos tiempo, o a veces nada, a lo que hacías en el pasado", asegura el experto. Al fin y al cabo, "te sientes más cómodo en actividades en las que tienes años de experiencia, y tu nuevo rol incluye tareas en las que no te sientes tan confiado o no tienes mucha idea". Para evitar caer en estos errores, lo mejor es que tengas claros tus nuevos objetivos en la empresa y cómo serás evaluado. Luego, "centra tu atención en aprender cómo cumplir con ello".

Delega bien las tareas

Por otro lado, es imprescindible que empieces a delegar en los demás las tareas que ya no están en tu mano realizar o de las que no puedes hacerte cargo. "No puedes hacer lo que hiciste en el pasado con la misma dedicación, tienes que gestionar más", señala Hess. "Probablemente tengas que aprender a delegar algunas responsabilidades". Si has adquirido un puesto de mayor poder dentro de la organización, lo lógico es que caiga en tu mano dividir el trabajo entre los estratos inferiores, por lo que evita ante todo sentir que todo cae sobre tu responsabilidad y apóyate en los demás para alcanzar los objetivos marcados.

Pon límites

También es importante establecer límites con tus empleados. Si han sido tus compañeros, esto puede ser especialmente difícil, ya que te seguirán viendo como uno más, algo que efectivamente es positivo, pero que jugará en tu contra cuando vengan malas noticias o la empresa atraviese un momento delicado. Del mismo modo, prioriza tu tiempo frente al resto. Y evita, ante todo, que sus tareas interfieran en las tuyas; al fin y al cabo, cada miembro de la empresa tiene una misión concreta que asumir, por lo que deberás establecer unos límites entre tus competencias y las de los demás.

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En definitiva, la clave es asumir tu nueva responsabilidad, sabiendo en todo momento cuáles son tus nuevas funciones y teniendo clara la división del trabajo entre tus empleados. Más allá de eso, intenta crear un buen ambiente entre tu plantilla, pero tampoco te pases de majo. Al final, como todo en la vida, se trata de encontrar un equilibrio. "Una promoción es una oportunidad increíble para mejorar tu influencia y habilidades. Cuando administras tu tiempo correctamente, puedes asegurarte de cosechar éxito y prepararte para la próxima oportunidad en el futuro", concluye Hess.