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Antonio de Gaztañeta: breve historia de un genio monumental
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¿Quién era?

Antonio de Gaztañeta: breve historia de un genio monumental

De él se podría escribir una enciclopedia. En estas líneas no se pretende hacer una tesis sobre él, pero se hace necesario destacar que el mundo no sería el mismo sin sus aportaciones

Foto: Antonio de Gaztañeta e Iturribalzaga en una obra anónima.
Antonio de Gaztañeta e Iturribalzaga en una obra anónima.

La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.

Milan Kundera.

Definir es encasillar, acotar y no ampliar, adulterar; tal vez incluso, esquilmar o dejar al cero las características o personalidad de lo definido. Pero ¿han existido revolucionarios tranquilos? ¿militares vanguardistas? ¿arquitectos de lo imposible? Pocos, muy pocos. Ciertamente puede parecer extraño, pero los ha habido y aquí en España, tuvimos muchas excepciones de larga enumeración; entre ellas a un señor llamado Antonio de Gaztañeta, hijo del hermoso país de las txapelas.

Lo que caracteriza a este marino vasco al servicio de la Corona, un navegante enciclopedista, cosmógrafo visionario que cabalgó un cambio de ciclo entre los siglos siglo XVII y XVIII; es su afortunada intervención en el diseño de las más hermosas y eficaces naves de combate españolas que surcaron aquel tiempo. No solo era un profesional del mar; era además un formidable constructor naval lleno de ideas geniales.

Este renovador de la armada española, ingenioso donde el ingenio florece en un campo difícil, la ingeniería naval, se elevó desde las enseñanzas de los carpinteros de ribera de Mutriku (Motrico) de donde era nativo (1656) hasta desarrollar con su señor padre las habilidades de un piloto transoceánico en todas las rutas y todos los tiempos del mar.

No solo era un profesional del mar; era además un formidable constructor naval lleno de ideas geniales

De las naves de alto bordo del Cantábrico, de las enseñanzas de los pescadores, de la observación del lenguaje del océano salieron las mejores fragatas de aquel tiempo, fragatas de un diseño tan espectacular que parecían naves sobrellevadas por el flujo del viento y de la inercia. Gaztañeta, no solo era un constructor y arquitecto de navíos brillantes, sino que aportó un imaginario de ideas soportado en una vasta experiencia. Ya de niño, tiraba a las aguas del pequeño puerto de su Motrico natal, para verificar su flotabilidad y soñar quizás, los pequeños barcos de madera que su abuelo en una artesanía simple y llena de cariño diseñaba para aquel portento que apuntaba maneras.

El año 1692, una docena de viajes transoceánicos lo habían curtido. En una navegación tranquila a la Indias, su padre muere de forma súbita sin más explicaciones. En medio del desconcierto y consciente de la responsabilidad de traer la carga del barco de vuelta a la península (el muchacho acababa de cumplir tan solo 16 años), pilota orgulloso el navío diseñado por su progenitor; probablemente una fragata ligera de 16 cañones dotada de gente de mar muy hecha. Era un barco puntero que permitía una velocidad con vientos portantes de cerca de ocho nudos. Gaztañeta cabalgaba sobre caballo ganador. Cuando llega a tierra propia, ocurren una serie de acontecimientos que marcan más si cabe el prestigio de este extraordinario marino.

En una navegación tranquila a la Indias, su padre muere de forma súbita sin más explicaciones

Su aportación a la ciencia náutica revela algo obvio que, por experiencia rodada, marinos cántabros, vascos y quizás bretones, controlaban de forma natural y que incluso se cree (sin suficientes fundamentos contrastados) que los fenicios pudieron manejar en su increíble navegación (con probable implementación de instrumental chino de la época), cuando instalaron una base comercial en la yerma isla de Coelleira (Conejera) en lo que hoy es Estaca de Bares.

El Norte de la Navegación era un reto técnico en la definición hasta que Gaztañeta lo resuelve de forma brillante. Más allá de que no había sido comprobado científicamente sino por estimación, el Norte de la Navegación viene a ser a grandes rasgos, el rumbo que aparece en la carta o variable de aplicación en la navegación del barco trazada en relación con el "norte verdadero", esto es; norte magnético y Polo Norte geográfico. Las brújulas de antaño eran esquivas y se quedaban suspendidas sin direccionar la aguja conforme el navegante se acercaba a Polo Norte real pues el campo magnético se iba debilitando en este proceso.

Es probable que la influencia del francés Guillaume Blondel de Saint-Aubin introdujera sin pretenderlo una parte del procedimiento y Gaztañeta lo articulara técnicamente a través del cuadrante de reducción. De idéntica manera, el marino vasco fue pionero (en paridad con otros navegantes europeos), al exponer la visión de las cartas esféricas expresadas rudimentariamente medio siglo antes por otro español, Alonso de Santa Cruz (1505-1567). Mercator ya había estado enredando con este tema a mediados del siglo XVI y se sabe que Colón lo tenia bastante claro antes de emprender su increíble navegación.

De Antonio de Gaztañeta se podría escribir una enciclopedia. En estas líneas no se pretende hacer una tesis sobre él, pero se hace necesario destacar que el mundo no sería el mismo sin sus aportaciones. La arquitectura naval llamó a sus puertas y él, se entregó de forma apasionada a ello. La búsqueda de "nuevas formas" en los navíos mercantes y de guerra era su reto y a ello subordinó su carrera.; algo que pudo hacer ya entrado en años cuando en 1702 la Corona lo reclamó para la dirección, gestión y obra de las naves producidas en los Astilleros de Cantabria (Guarnizo) y posteriormente en los astilleros vascos (Pasajes y Motrico).

La arquitectura naval llamó a sus puertas y él se entregó de forma apasionada a ello

De su meticulosidad da fe la relación en la que compila todas las piezas de un galeón, ordenadas conforme a una exhaustiva lista de diseño y construcción de la nave. Todos los secretillos de los artesanos del gremio estaban definidos en una colosal lista de observaciones; un portento el señor Gaztañeta.

Hasta que se llega a Gaztañeta, una miríada de marinos encadenados como si de la evolución de la rueda se tratara, construyeron un andamiaje que transformó profundamente las leyes de la navegación a golpe de carambola, evidencia empírica y ciencia, con las acotaciones propias del momento. Todos aportaban algo a una causa común, fueran fenicios, chinos, árabes o españoles. Las asumidas limitaciones de la navegación por estima fueron recortadas con mucha paciencia hasta llegar a los escenarios actuales, en los que lo inimaginable en aquello tiempos, ha dado formas tales en las que una nave de buen porte puede dar la vuelta al mundo a base de sumar piloto automático a un GPS, Galileo o Glonass en menor medida.

Hasta que se llega a Gaztañeta, una miríada de marinos construyó un andamiaje que transformó profundamente las leyes de la navegación a golpe de carambola, evidencia empírica y ciencia

Escribir en detalle y con justicia generosa sobre la vida de este marino vasco entiendo que es inviable en un artículo de divulgación y entretenimiento, pero, desde estas líneas vaya mi admiración por este hombre que dio lo mejor de sí mismo por este predio patrio. A dia de hoy día su obra desafía nuestra imaginación

Lord Collingwood, sucesor natural del ilustre Horacio Nelson; cuando pudo atisbar el elegante porte del navío de línea Santa Ana en Trafalgar exclamó; "a spanish perfection".

La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.

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