Por qué 'posponer' la alarma del móvil al despertarse es bueno para la salud

Nos pasa a casi todos: suena la alarma del móvil que nos advierte de que empieza un nuevo día y lo primero que se nos ocurre es posponerla cinco minutos más. ¿Creías que era algo malo que solo retrasaba lo inevitable? Pues hay buenas noticias: no estás solo y, en realidad, hacerlo podría mejorar tu rendimiento cognitivo según una nueva investigación, informa Live Science.

En un estudio con más de 1.700 adultos encuestados en todo el mundo, el 69% dijo que presionaban el botón de repetición o configuraban múltiples alarmas al menos "a veces". Después se hizo un experimento con 31 personas que "dormían" habitualmente, los autores del estudio descubrieron que presionar la función de repetición mejoraba el desempeño de algunos de estos individuos a la hora de hacer pruebas cognitivas. Sin embargo, no pareció afectar su estado de ánimo, la sensación de sueño que sentían por la mañana o el aumento normal de la hormona del estrés, el cortisol.

Los autores del estudio descubrieron que presionar la función de repetición mejoraba el desempeño de algunos de estos individuos a la hora de hacer pruebas cognitivas

Es decir, llegaron a la conclusión dormitar durante 30 minutos por la mañana no tiene ningún efecto negativo importante sobre el sueño esa noche o sobre el cansancio que uno siente al despertar. De hecho, puede ser verdaderamente bueno para aquellas personas nocturnas a las que les cuesta mucho despertarse.

Dormir bien por la noche es importante para nuestra salud y bienestar general, pero muchas personas no duermen lo suficiente con regularidad. Algunas personas pulsan la función de 'repetición' e alarma para aliviar el dolor de despertarse abruptamente o para dormir unos minutos más, pero se sabía poco sobre los impactos de este hábito en la salud.

En el nuevo estudio, además, se pidió a 1.732 adultos que describieran sus hábitos de vigilia. En promedio, las personas que dormían una siesta ocasional pasaron alrededor de 22 minutos durmiendo después de que sonó la primera alarma. Estos individuos eran alrededor de seis años más jóvenes y casi cuatro veces más propensos a ser noctámbulos que aquellos que informaron que nunca pulsaban el botón de repetición. También eran más propensos a dormir durante un período de tiempo más corto durante la noche y a experimentar somnolencia por la mañana que los que no dormían.

En promedio, las personas que dormían una siesta ocasional pasaron alrededor de 22 minutos durmiendo después de que sonó la primera alarma

Para los 31 dormilones habituales en la segunda etapa del estudio, dormir durante 30 minutos mejoró o no afectó su rendimiento en las pruebas cognitivas que completaron cuando se despertaron, en comparación con cuando no se les permitía dormir. Estas pruebas incluían preguntas de aritmética básica y tener que memorizar una lista de palabras para luego reconocerlas entre palabras nuevas.

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Cuando se les permitió dormir, los participantes tenían menos probabilidades de despertarse de la etapa más profunda del sueño, llamada sueño de ondas lentas, que cuando tenían que despertarse de inmediato. Despertarse durante la onda lenta puede provocar inercia del sueño, es decir, la sensación de aturdimiento que se siente cuando el cuerpo pasa del sueño a la vigilia.

El estudio fue limitado porque el experimento fue pequeño y la parte de la encuesta se basó en que las personas informaran sobre sus hábitos de sueño y vigilia. Sin embargo, el equipo espera que los hallazgos abran las puertas a futuras investigaciones sobre los hábitos de vigilia de las personas, como las diferentes formas en que las personas dormidas se despiertan.