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Así puedes ayudar a tu hijo a empezar a dormir solo, según Harvard
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Con un poco de paciencia

Así puedes ayudar a tu hijo a empezar a dormir solo, según Harvard

Los expertos recomiendan dar este paso en algún momento entre el primer y segundo año de vida de la criatura, poco a poco, para que entre los 3 y 4 años ya tengan su propio espacio

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Nunca resulta fácil ese momento de la vida en que a tu hijo le toca empezar a aprender a dormir solo. No lo es para él, pero tampoco para ti, que debes enseñarle a hacerlo, porque claro, ¿quién te ha enseñado a ti? El asunto se puede volver de lo más complejo, sobre todo si ninguna de las partes encuentra un estímulo que ayude a conseguirlo.

Si bien cada pequeño es un mundo, y también cada familia y sus circunstancias, los expertos recomiendan dar este paso en algún momento entre el primer y segundo año de vida de la criatura, poco a poco, para que entre los 3 y 4 años ya tengan su propio espacio (un espacio compartido con sus hermanos también vale).

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Por supuesto, los hermanos son uno de los estímulos más efectivos para que el "traslado" no sea un enemigo del apego, e incluso en estos casos puede resultar difícil la adaptación a un nuevo espacio, a una nueva cama y, sobre todo, a la ausencia que ambos debéis afrontar. Muchos son los trucos que puedes probar, porque estos también dependen de cada pequeño y de cada familia, pero aquí te dejamos los que recomiendan desde Harvard:

"Ayuda ser práctico"

Para empezar, Claire McCarthy, pediatra de atención primaria en el Boston Children's Hospital de Londres y profesora asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de esta prestigiosa universidad, recomienda poner sobre la mesa una pregunta: ¿Por qué mi hijo quiere dormir conmigo? "Lo más probable es que sea simplemente porque te quiere y se siente más seguro acurrucado a tu lado", apunta McCarthy.

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No obstante, trascender en las respuestas te ayudará a ver cuán preparado está tu hijo para afrontar el cambio. A partir de aquí, toca pasar a la acción. "Cambiar el lugar donde duerme tu hijo es cambiar un hábito. Cuando se trata de cambiar hábitos, ayuda ser práctico", señala la experta al respecto. Quédate con esto último antes de seguir leyendo.

¿El consejo que más recomienza McCarthy? Hacer que ese nuevo espacio para dormir sea atractivo a ojos del niño. "No se trata de que algo ocupe tu lugar, solo de que les guste estar en su habitación", explica. Lo mejor en este sentido es implicarle en montar y decorar la habitación, permitiéndole decidir cómo ubicar los muebles, por ejemplo, o eligiendo el color de la pared, las sábanas o cualquier detalle.

Ni luces fuertes ni ruidos

Eso sí, hay que prestar atención a aquello que lo mantiene despierto, para evitarlo: si hay luz, usa cortinas que oscurezcan la habitación. De noche, opta por luces tenues y linternas, nada de encenderlo todo. Asimismo, para el ruido, considera adquirir una máquina de ruido blanco, y "por favor, ni televisores ni dispositivos en el dormitorio".

Hay que buscar una forma de rutina constante para acostarse siguiendo una hora similar todos los días, y no pasándose mucho los fines de semana

Por supuesto, hay que buscar una forma de rutina constante para acostarse siguiendo una hora similar todos los días, y no pasándose mucho los fines de semana. "De esta manera, es más probable que tu hijo esté cansado cuando quieres que esté cansado". Pero, ¿y si no lo está? La pediatra recomienda "bajar el nivel de energía con actividades relajantes como un baño seguido de un rato de cuentos".

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"Si a tu hijo le resulta difícil acostarse solo, está bien sentarse en la habitación y salir poco a poco tras apagar las luces, intentando acortar gradualmente el tiempo en la habitación cada noche", recuerda McCarthy.

Una vez fuera, si el niño se levanta en mitad de la noche y va en tu búsqueda, "hay que llevarlo nuevamente a su cama". La experta reconoce que esta es "la parte más difícil", tanto que "puede resultar agotador", por lo que hay que hacerlo con calma. "Asegúrate de felicitarle, por ejemplo, por cualquier progreso, o incluso puedes darle algo extra como premio cuando consiga pasar un rato solo, y luego más rato, y finalmente lo haga toda la noche", concluye.

Nunca resulta fácil ese momento de la vida en que a tu hijo le toca empezar a aprender a dormir solo. No lo es para él, pero tampoco para ti, que debes enseñarle a hacerlo, porque claro, ¿quién te ha enseñado a ti? El asunto se puede volver de lo más complejo, sobre todo si ninguna de las partes encuentra un estímulo que ayude a conseguirlo.

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