Los hábitos que más pasan factura a tus huesos a medida que envejeces

Puede que nuestras ganas de seguir disfrutando de la vida y de acumular experiencias nutritivas nunca envejezca ni pase de moda a medida que dejamos atrás años y décadas, pero lo que sí que se resiente sin que podamos hacer nada es nuestro organismo, y en particular, nuestros huesos. De ahí la necesidad de apostar por un estilo de vida que prevenga de enfermedades como la artrosis u osteoporosis, tan común una vez llegamos a cierta edad avanzada.

El primer paso es apostar por una forma de vida sana, a partir de ejercicio regular y una alimentación baja en grasas y azúcares. Pero de nada serviría llevar a cabo estos cambios si no los complementamos con ejercicio regular y entrenamientos dirigidos a fortalecer y mejorar la salud ósea. Muchas veces no contamos con tanto tiempo ni fuerza de voluntad, por lo que a lo mejor nos conviene afrontar el problema desde otro ángulo, como por ejemplo eliminar ciertas conductas de nuestra vida cotidiana que pasan factura a la salud de nuestros huesos sin que nos demos cuenta.

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Inés Gutiérrez

Laura Purdy, médica estadounidense, ha elaborado una lista de los peores hábitos que sin querer o premeditadamente podemos realizar y que acabarán causando estragos en nuestra salud y resistencia ósea. Aunque no puedas retroceder en el tiempo para paliar las consecuencias del desgaste de los huesos, podrás mirar al futuro con mucha más tranquilidad si sigues al pie de la letra estos consejos, recopilados en la revista Eat This Not That.

No ingerir suficiente calcio

El calcio es un componente esencial para la salud ósea y no obtener una fuente suficiente del mismo puede acabar debilitándolos con el tiempo. Lo podemos ingerir en su justa medida a través de los yogures, la leche o el queso. "Asegúrate de consumir una dieta que incluya leche y otros productos, junto con pescado, naranja, verduras de hoja verde, nueces y cereales", asegura Purdy. La carencia de calcio puede provocar enfermedades como la osteoporosis, que hace que los huesos sean frágiles y propensos a esguinces o roturas.

Consumes demasiada sal

Una cantidad elevada de sodio en el organismo, además de producir hipertensión, también puede provocar la pérdida progresiva de calcio en los huesos, haciendo que se vuelvan más frágiles. La mejor manera de deshacerte del exceso de sal es apostando por cocinar tus propios platos y rechazar la comida procesada o de algunos restaurantes, la cual tiende a estar más salada de lo normal. "Además, consume alimentos ricos en potasio, como plátanos, naranjas o patatas, ya que este compuesto químico ayuda al cuerpo a excretar el exceso de sodio del organismo, lo que puede mejorar con creces la salud ósea", aconseja la médica.

Eres demasiado sedentario

La actividad física, sobre todo los ejercicios de fuerza o de caminar, es crucial para mantener la densidad ósea. Al realizar esfuerzo, los huesos se fortalecen, lo que sin duda reduce el riesgo de sufrir fracturas u osteoporosis. "La falta de actividad física y de movimiento pueden dañar tus huesos", admite Pudry. Por otro lado, "estar sentado durante largos períodos de tiempo sin salir a la calle puede afectar a la salud y la movilidad ósea". Tan solo debes contrarrestar el tiempo que pasas en reposo con movimiento, aunque sea mediante actividades simples como "estar de pie, estirarse o caminar durante unos minutos cada hora", lo cual puede "mejorar la circulación sanguínea".

Beber demasiado alcohol o bebidas azucaradas

No solo es malo para los huesos, sino en general para la salud. "Beber en exceso bloquea la absorción de calcio, lo que impide que los minerales buenos que consumes sean absorbidos, debilitando así a tus huesos", explica Purdy. Por otro lado, muchos estudios sugieren que los altos niveles de ácido fosfórico en los refrescos y bebidas azucaradas pueden aumentar la secreción de calcio del cuerpo, lo que a la larga puede traducirse en fracturas o incómodos esguinces. Escoge batidos, zumos tés de hierbas o un clásico vaso de leche con galletas si quieres beber algo líquido y que repercuta positivamente a tus huesos.

Fumar tabaco

Un estudio reveló que las sustancias químicas nocivas del humo del tabaco no solo afectan negativamente al pulmón, sino también a los procesos de remodelación ósea, provocando una mayor fragilidad. "El consumo de tabaco continuado puede provocar la degradación de los huesos al ser un disruptor hormonal", corrobora Purdy. "Además, fumar reduce el flujo sanguíneo al aparato locomotor, lo que puede contribuir aún más a su debilitamiento".