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"Málaga: paraíso del talento". Así se 'caza' a los mejores
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CONGRESO DE RECURSOS HUMANOS FoRHum

"Málaga: paraíso del talento". Así se 'caza' a los mejores

Plácido Fajardo, uno de los 'headhunters' más importantes de España y con más de 35 años de experiencia, explica todas las claves de la atracción de empleados y directivos

Foto: Plácido Fajardo, durante el Congreso de Recursos Humanos FoRHUM
Plácido Fajardo, durante el Congreso de Recursos Humanos FoRHUM

Influido por su padre, Plácido Fajardo sabía que se quería dedicar al mundo empresarial desde muy joven. Animado por su hermano José Carlos, que falleció en 1999, estudió Derecho en la Universidad de Granada. Lo suyo era el área mercantil, laboral y financiera. A finales de los ochenta realizó un curso de relaciones industriales, antecedente de los recursos humanos, y allí se dio cuenta de su verdadera vocación.

Fajardo (Vélez-Málaga, 1962) es uno de los cazatalentos con mejor agenda de España. Ha trabajado en multinacionales (AT&T, Endesa o Telefónica) y lleva desde 2017 liderando Leaderland. La semana pasada organizó el I Congreso de Recursos Humanos FoRHum llamado Málaga, paraíso del talento que ha reunido a empresarios y directivos.

Foto: Puerto de Málaga. (EFE)
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¿Qué es lo que pasa en Málaga? Esa es unas de las preguntas que se hace cada vez más gente mucho más allá de Andalucía. "Antes quería jubilarme allí, ahora quiero irme a vivir". Es otra de las frases que se escuchan. Fajardo, que trabaja en Madrid y que cada vez pasa más semanas de trabajo en Málaga, como los nómadas digitales, ofrece su visión.

"Desde hace 20 años hay un renacer de la ciudad y eso ha atraído cultura, turismo y tecnología. Málaga está en el mapa, pero tiene unos retos en vivienda y transporte que hay que abordar. Que la gente quiera trabajar aquí al final pueden perjudicar a los que viven desde siempre o desde hace tiempo. Si te quieres comprar una casa hoy, te das cuenta de que es un 30% más cara de antes de la pandemia y eso supone un hándicap", narra Fajardo en una conversación con El Confidencial en la terraza de una cafetería animada de la zona Este de Málaga.

"No es la fiebre del oro"

La provincia malagueña ya reúne el 20% del PIB de Andalucía. La capital tiene un difícil crecimiento porque a un lado está el mar y al otro la montaña. También porque a ambos lados, sobre todo al Este, el consumo del territorio es muy alto. Es necesario, apunta, avanzar en el desarrollo del área metropolitana de Málaga y en proyectos como la Fundación Instituto Ricardo Valle de Innovación, presidida por el empresario Ezequiel Navarro, y que fomenta el desarrollo tecnológico. Eso sí, recalca: "Málaga está trayendo mucha inversión y cuenta con grandes atractivos, pero no estamos ante una fiebre del oro, ni va a serlo la ciudad. Tampoco hay que quedarse obnubilados por esta ola de moda" y recuerda que hay que hablar más idiomas y se necesita una mayor cantera tecnológica.

"Es importante", relata, "transmitir la importancia que tiene el talento para el crecimiento económico. Hay que facilitar la formación y captación de ese talento cuando este tiene que venir de fuera. Es una gran oportunidad y al mismo tiempo también es un gran reto que no está exento de dificultades".

En su vida profesional ha aprendido "de los buenos, por supuesto, pero también de los malos para saber lo que no hay que hacer"

¿Cómo ha cambiado el reclutamiento de directivos? Este headhunter que a los 38 años formaba parte del comité de dirección de Telefónica España, donde ayudó como director general de Recursos Humanos "a la transformación cultural" de la compañía con la contratación de un gran número de directivos y organizó el mayor ERE de la historia de España que supuso la salida de 14.000 personas ("fue universal, voluntario y no discriminatorio") habla con conocimiento de causa. En su vida profesional ha tenido a 13 jefes y ha aprendido "de los buenos, por supuesto, pero también de los malos para saber lo que no hay que hacer".

Foto: talento-nomadas-digitales-empleo-bra

El factor emocional, la felicidad y el saber si la empresa donde tiene una oferta de trabajo posee conciencia ambiental, la sostenibilidad y el propósito social son fundamentales a la hora en la que un joven empleado cualificado elija una empresa u otra. Antes, sobre todo en la década de los ochenta y noventa, se sabía que si se trabajaba muy duro, si había un sacrificio laboral, que conllevaba también uno fuerte personal, llegaba la recompensa tarde o temprano en forma de ascenso o de aumento de sueldo. Hoy en día no es así en la mayoría de los casos. "Ahora se centra el foco en la posibilidad de conciliar porque el trabajo no es el 100% de la vida. Antes se pensaba que tu empleo es lo que te daba sentido a vivir de forma exclusiva, ganando cada vez más dinero y teniendo más responsabilidad. Ahora no veo tanto esa espiral. Están cambiando las reglas del mercado".

En Málaga, paraíso del talento, con la asistencia de 450 personas, hubo tiempo para radiografiar la situación actual de los Recursos Humanos, Cultura y Gente o en su denominación de ‘People & Culture’ de la mano de directivos y directivas como Blanca Hermana, CEO de Denso Ten España (antigua Fujitsu) o de Santiago Álvarez de Mon, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones en el IESE.

Foto: Santiago Álvarez de Mon durante el WOBI 2021 Madrid. (David Vega)

Fajardo expuso en la ponencia inaugural un recorrido por 15 personajes históricos de la ciudad y provincia de Málaga, analizando sus cualidades y su contribución personal al talento. "Estamos muy satisfechos de cómo se ha desarrollado el congreso. La tecnología es quien actúa como punta de lanza y tira del resto de los sectores. El momento es de fuerte dinamismo y hay que estar a la altura girando en torno al valor de la persona como centro en las organizaciones".

Pepito Grillo

El fundador y socio director de Leaderland no tiene dudas: las personas deben figurar en el centro de las organizaciones y que son "las que pueden permitir que las cosas sucedan". "Es algo tan evidente, pero desgraciadamente no en todas las empresas se actúa en consecuencia. Se trata de hacer un poco de Pepito Grillo en la comunidad empresarial y volver la vista a lo que de verdad importa".

En un entorno donde las decisiones de cambio dependen en gran medida de las expectativas de los directivos respecto a su carrera y del nivel de conservadurismo que tengan, sostiene Fajardo que su mayor fuente de aprendizaje ha sido la observación. "Hay que ser tú mismo. La autenticidad se transmite y eso sale de manera natural: en pocos momentos he tratado de impostar quién no soy", admite.

Foto: Una reunión de trabajo. (iStock) Opinión
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Un consejo: que la gente joven mire quién va a ser su jefe antes de fichar por una empresa, con quién va a aprender. "Cuando uno tiene buenos jefes, tu carrera se acelera", resalta. Y añade: "Los directivos son muy determinantes del éxito o del fracaso de una empresa. La capa de arriba del liderazgo en una compañía es la de mayor impacto e influencia en la organización".

Fajardo hace tiempo que apuró su café y tiene un recuerdo para el escritor Nuccio Ordine. En este periódico escribió si hacía falta "un verano inútil" parafraseando al libro del autor italiano, fallecido hace unos meses, y titulado La utilidad de lo inútil. "Hay que volver al humanismo, al saber cómo parte integral del ser humano, no solo al conocimiento transaccional. El saber para desenvolverse en la vida". Porque el conocimiento es "infinito", pero el saber es la conciencia "de lo que sé". La inteligencia artificial, remata, "no tiene conciencia de lo que sabe. Adquirir conciencia de lo que sabemos e ignoramos es un campo privativo del ser humano". Queda aún mucha tarde por delante y el cazatalentos malagueño seguro que tiene su móvil repleto de WhatsApps, correos electrónicos sin atender y perfiles en LinkedIn por analizar.

Influido por su padre, Plácido Fajardo sabía que se quería dedicar al mundo empresarial desde muy joven. Animado por su hermano José Carlos, que falleció en 1999, estudió Derecho en la Universidad de Granada. Lo suyo era el área mercantil, laboral y financiera. A finales de los ochenta realizó un curso de relaciones industriales, antecedente de los recursos humanos, y allí se dio cuenta de su verdadera vocación.

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