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Los cuatro errores más comunes al buscar empleo cuando terminas la universidad
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Los cuatro errores más comunes al buscar empleo cuando terminas la universidad

Aunque encontrar trabajo no sea lo mismo que aprobar un examen y necesites algo más de suerte y carisma, no desesperes y sigue estos consejos de la mano de una experta

Foto: Foto: iStock.
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A no ser que te hayas decantado por una de esas carreras que todo el mundo define como "con futuro" y que siempre vienen a estar englobadas en las corrientes tecnológicas o científicas (las letras y las artes, al tratar de las pasiones de poco dan de comer), es posible que te tires de los pelos al terminar tu período formativo. A decir verdad, no todo el mundo sale de la universidad e inmediatamente encuentra el trabajo que estaba buscando, especialmente si el objetivo es entrar en la empresa privada, lo que suele deparar un constante goteo de entrevistas y demostración de habilidades.

Lo primero, si es tu caso, es no caer en la desesperación. Si has ido directo del instituto a la universidad, tu vida hasta ahora se basaba en sacar buenas notas y, tal vez por primera vez, tu éxito no se mida por el nivel de tus conocimientos, sino por cómo los sabes aplicar o hasta dónde puedes llegar gracias a ellos. Sin embargo, sí que puedes trazar puntos de unión entre los logros académicos y profesionales, empezando por el currículum: si destacas las notas que sacaste en tus trabajos y exámenes, tendrás más puntos que uno que solo se limita a poner una lista eterna de cursos sin hacer mención a cómo los superó.

"La creación de una red social da miedo, pero en realidad tan solo consiste en hablar con personas que a su vez te recomiendan más personas"

Evidentemente, necesitarás más que una demostración de conocimientos para alcanzar un puesto soñado. Y quizá también soltar alguna mentira, aunque no sea muy gorda, relativa a tus capacidades. Lo más importante, no obstante, es mostrarte tal y como eres para que tus jefes valoren que te quieren en la empresa como un joven talento cuyo trabajo pronto dará sus frutos. La revista Fast & Company ha reunido a una serie de expertos para que formulen sus mejores consejos de cara a conseguir tu primer empleo.

Reconocer tus habilidades

Hay habilidades adquiridas durante la etapa escolar que puedes pasar por alto y no incluir en el currículum. Incluso, algunas relacionadas con la infancia. "Muchos niños no saben que poseen habilidades muy deseables como fuerza laboral", admite Amy Feind Reeves, asesora profesional y coautora de un libro sobre cultura laboral. Sin ir más lejos, la imaginación, un don que se desarrolla muchísimo durante la infancia y luego nutre el espíritu creativo de una persona adulta.

Foto: El correo electrónico que recibió no era el que ella esperaba (iStock)

Asimismo, la capacidad de socialización y de trabajo en equipo es una habilidad que aprendemos en los primeros años de vida. Evidentemente, ambas competencias se ponen siempre en el currículum, pero la forma cuenta: si lo destacas como que has hecho carrera en ellas desde que eras pequeño, el entrevistador se sorprenderá de lo espabilado que eres, a la par que le resultará tierno.

No solo se consigue trabajo por internet

"Nadie consigue un trabajo solo con sentarse delante de un ordenador", asevera la experta. "La creación de redes sociales da miedo, pero en realidad tan solo consiste en hablar con personas que a su vez te recomiendan más personas". Por ello, menos LinkedIn y más un cara a cara con la gente que realmente admiras o a la que te gustaría parecerte de mayor. En España tendemos muy asociado que solo consigue trabajo aquel que tiene contactos, y si tan aprendida tenemos la lección, no se explica a qué estás esperando para ponerla en práctica.

Explicar bien qué puedes hacer por la empresa

Cuando alguien busca un empleo, la finalidad está clara: tener un sueldo con el que poder pagarse los bienes básicos y ser independiente. Esto es un hecho. Más allá de esto, al acudir a una entrevista de trabajo debes ofrecer algo al interlocutor. Algo por lo que merezca la pena ser contratado. Y, sobre todo, enterarte bien de cómo funcionan, para lo que tú también deberás hacer preguntas. Esto es más difícil de inculcar en un recién graduado porque carece de seguridad en sí mismo, pero a la hora de la verdad es vital para demostrar madurez mental y profesional.

No parecer desesperado

Es cierto que si un puesto se te antoja como ideal o te ilusiona mucho, es más probable que te deshagas en halagos hacia la empresa y súplicas para que te den una oportunidad. Sin embargo, hay que hacerlo de forma calmada. Son buenas las ganas de comerte el mundo, pero en exceso ese sentimiento puede resultar pesado o impostado. Por tanto, basta con admitir que disfrutarás mucho trabajando en la empresa sin que eso signifique tu "salvación" personal o profesional.

A no ser que te hayas decantado por una de esas carreras que todo el mundo define como "con futuro" y que siempre vienen a estar englobadas en las corrientes tecnológicas o científicas (las letras y las artes, al tratar de las pasiones de poco dan de comer), es posible que te tires de los pelos al terminar tu período formativo. A decir verdad, no todo el mundo sale de la universidad e inmediatamente encuentra el trabajo que estaba buscando, especialmente si el objetivo es entrar en la empresa privada, lo que suele deparar un constante goteo de entrevistas y demostración de habilidades.

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