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¿Sientes que tienes demasiado miedo al rechazo? Aquí van algunos consejos
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¿Sientes que tienes demasiado miedo al rechazo? Aquí van algunos consejos

Entre todos los miedos que existen en el mundo, el miedo al rechazo suele ser uno de los más compartidos, ya que somos seres sociales por naturaleza

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Lo de ser seres sociales tiene sus pros y sus contras. A menudo, resulta casi una incoherencia que necesitemos a los demás para entendernos a nosotros mismos, y aunque esa ayuda puede tener múltiples formas, no existe otra forma de hacerlo que no sea a través de ella, es decir, a través de los demás. De cara a esos otros aparece la idea de confianza, pero también una opuesta, la del miedo.

Entre todos los miedos que existen en el mundo, el miedo al rechazo suele ser uno de los más compartidos. De nuevo, la incoherencia de que si tantas personas lo experimentan, más de una, además, lo provocará. Lo cierto es que no existe un mecanismo para medir estos límites, salvo la conciencia de que hay quien lo genera de forma inconsciente. Esto quiere decir que tú, que tanto pavor tienes por ser ignorado por tu pareja, o quizás reprendido por tu jefe o, simplemente, alguien se olvidara de ti al organizar una fiesta, también has podido ignorar, reprender u olvidarte de alguien.

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No obstante, si dichas situaciones u otras similares te generan un estado de ansiedad, con reacciones desde la tristeza profunda al enfado, es posible que tengas una alta sensibilidad al rechazo. Y si bien pensar en lo anterior puede ayudar a rebajar el nivel de pensamientos intrusivos en momentos así, quizás necesitas saber algo más.

Hay personas más propensas a él

La alta sensibilidad al rechazo es un patrón de respuesta emocional que se caracteriza por un miedo intenso a aquel y, por tanto, una necesidad excesiva de aprobación de los demás. En términos más sencillos, en una tendencia a interpretar señales o estímulos sociales inciertos o ambiguos como signos de humillación. Quizás sin esta sensibilidad no supondrían más que alguna duda pasajera, pero en estos casos la duda se extiende más allá, hasta afectar la autoestima e, incluso, desencadenar trastornos como la ansiedad social o la depresión.

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Según explica la analista conductual Reena Patel en Popular Science, cualquier persona puede verse afectada por la misma, pero es más habitual en personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), con un trauma psicológico o con trastorno de estrés postraumático. "Es difícil medir el rechazo, pero las personas con TDAH tienen dificultad con la atención, la comprensión de las señales sociales, el control de los impulsos, el intercambio de perspectivas y, por lo tanto, no tienen perspicacia para interpretar conversaciones poco claras, burlas o críticas", sostiene.

Cuando el rechazo se vuelve un pensamiento habitual, los sentimientos hacia el mismo se constituyen hacia el aislamiento social. Así, como explican desde dicho medio, en las relaciones familiares e interpersonales, puede contribuir a la falta de comunicación, y eso provoca una forma de círculo vicioso donde no se dan ni la confianza ni el apoyo, que es precisamente lo que alguien con alta sensibilidad al rechazo busca.

Las consecuencias

En cuanto a los entornos profesionales, una alta sensibilidad al rechazo puede alterar la capacidad de la persona para colaborar con los demás, trabajar en grupo o, simplemente, concentrarse de manera efectiva. Todo ello conlleva en última instancia diferencias de productividad y poco avance en cuanto a las aspiraciones propias.

La alta sensibilidad al rechazo no se clasifica como una condición o enfermedad mental (no es diagnosticable), sino como un rasgo de comportamiento

Es importante destacar que la alta sensibilidad al rechazo no se clasifica como una condición o enfermedad mental, sino como un rasgo de comportamiento: no es diagnosticable, sino un patrón de pensamientos, sentimientos y comportamientos que, eso sí, los profesionales médicos pueden observar e intentar paliar. Sin embargo, no existe una cura comprobada o un medicamento para controlarlo, sino que lo más habitual es que los profesionales recomienden ciertos tipos de terapia y mecanismos de afrontamiento.

La reestructuración cognitiva es una de ellas. Se trata del ejercicio de reestructurar conscientemente los pensamientos hasta obtener una perspectiva equilibrada de la situación para reducir la intensidad de su respuesta emocional. Muy similar a algunas de las pautas que aconsejan para frenar la ansiedad (al fin y al cabo esta es una de las respuestas del miedo al rechazo).

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Otra tarea que recomiendan los expertos es comenzar a verbalizar esos pensamientos, especialmente con personas próximas como algún miembro de la familia o un amigo cercano. La sinceridad ayudará a romper ese círculo vicioso que provoca la falta de comunicación al permitirte mostrar tus carencias y permitir a otras personas en tu vida saber qué es lo que necesitas de ellas. Recuerda también siempre que nadie es adivino.

Además, practicar técnicas de atención plena y relajación, como ejercicios de respiración profunda o meditación, también pueden ayudar a controlar el instinto emocional que activa esta percepción del rechazo.

Lo de ser seres sociales tiene sus pros y sus contras. A menudo, resulta casi una incoherencia que necesitemos a los demás para entendernos a nosotros mismos, y aunque esa ayuda puede tener múltiples formas, no existe otra forma de hacerlo que no sea a través de ella, es decir, a través de los demás. De cara a esos otros aparece la idea de confianza, pero también una opuesta, la del miedo.

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