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Cómo saber si tu pareja te quiere de verdad o está contigo por miedo a la soledad
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Cómo saber si tu pareja te quiere de verdad o está contigo por miedo a la soledad

Todos tenemos en mayor o menor medida miedo a no estar acompañados. Sin embargo, ese no tiene que ser el motivo de peso para proseguir con la relación

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Tener miedo a la soledad es una emoción plenamente humana. Todos, en mayor o menor medida, padecemos ese temor a que llegue un día y nos encontremos solitarios y tristes, sin nadie a nuestro lado. A no ser que tengas la personalidad de un eremita, necesitamos compartir nuestra vida con alguien, sobre todo de una manera íntima y segura. Pero si se acrecienta y sentimos ansiedad o malestar cuando estamos a solas con nosotros mismos, puede llegar a convertirse en una fobia muy específica llamada autofobia. No hace falta irse tan lejos ni a casos extremos. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo donde la sociabilidad y tener un sólido grupo de gente alrededor se concibe como un triunfo.

Aplicado a las relaciones románticas, la cosa se complica. Seguro que conoces más de un caso de parejas que no se terminan por temor a quedarse solos. O también de alguna persona que, después de una separación, pasa a otra relación como si nada, pues necesita constantemente ese contacto íntimo. Se nos vende que la realización personal pasa por encontrar a alguien especial, una única persona que comparta nuestra vida y esté ahí siempre para nosotros, y eso lleva a que muchas personas se den cuenta un día que bien ellas mismas o su novio o novia solo permanezcan por el temor a la soledad.

"Uno de los signos más claros de miedo a estar solo es no actuar como uno mismo, amoldándose demasiado a la pareja"

Un estudio publicado en The Journal of Personality and Social Psychology corroboró la extrema ansiedad que pueden llegar a sentir aquellos que permanecen en relaciones románticas por pura inercia y miedo a la soledad, hasta el punto de poder llegar a sufrir ataques de pánico cuando se enfrentan a la idea de cortar la relación para estar solos. En el peor de los casos, esto puede derivar en relaciones tóxicas que desgastan el bienestar y la salud mental de los implicados, afectando al resto de su vida al no querer tomar cartas en el asunto.

Quererse a uno mismo para querer a otros

Se suele pensar que uno de los requisitos para querer a alguien es, paradójicamente, quererse a uno mismo. Y esto, evidentemente, es algo que se aprende en mayor medida cuando estamos solos y nos enfrentamos a quiénes somos cuando no hay nadie alrededor. Por ello, si sientes que tienes baja autoestima y a la par estás atrapado en una relación que ya no funciona y que no puedes salir de ella por miedo a la soledad, has de saber que pasar un tiempo contigo mismo puede ser duro, pero saldrás bien fortalecido. Y, cuando menos te lo esperes, recuperarás las ganas y la energía para dedicarte a otra persona.

"Si espera pasar todo el tiempo libre contigo puede significar que la relación está impulsada por el miedo a perderte"

Ahora bien, ¿qué sucede cuando intuimos que es la otra persona la que está con nosotros por miedo a la soledad? Esto es especialmente difícil de gestionar, pues él o ella nunca te reconocerán que de hecho así es, ya que eso implicaría enfrentarse a la posibilidad de cortar la relación para pasar a estar soltera. El primer punto en el que te has de fijar, como asegura el psicólogo Mark Travers en un reciente artículo de Psychology Today, es si de verdad te puedes mostrar tal y como eres cuando estáis juntos.

"Uno de los signos más claros de una relación basada en el miedo a estar solo es no actuar como uno mismo", asegura. "El miedo lleva a cambiar aspectos de tu personalidad o sacrificar valores propios para evitar los juicios de tu pareja o represalias. Como tanto te preocupa perderla, todo lo que haces se convierte en un acto preservar la relación en lugar de disfrutar realmente del tiempo que pasáis juntos". Entonces, puedes llegar a sentir "insatisfacción y cierta pérdida de la identidad". Al fin y al cabo, uno de los preceptos que mejor definen una relación sana es el hecho de mantener su propio espacio e individualidad y a la vez apoyarse mutuamente. Por ello, si intuyes que la otra parte de la relación es la que tiene miedo a estar sola, lo mejor que puedes hacer es observar si realmente está interpretando un papel, se muestra tal y como es o, en caso contrario, está continuamente adaptándose al rol que tú quieres.

El miedo y los celos

Otro de los rasgos que pueden delatar ese miedo a la soledad es una dependencia emocional abusiva por parte de tu pareja. Y ya no emocional, sino meramente temporal; es decir, constantemente te está buscando o escribiendo, exigiendo que estés con ella en todo momento o que hagas todo lo que él o ella hace. "Si bien desear pasar tiempo de calidad con tu pareja es muy sano y aconsejable, esperar pasar todo el tiempo libre del que disponéis puede significar que la relación está impulsada por el miedo a perderte", recalca Travers.

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Por último, el psicólogo asegura que sentir celos excesivos puede implicar un miedo constante al fin de la relación o, en este caso, a la soledad. "Los celos intensos e irracionales tienen su raíz en el miedo al abandono", reflexiona. "Diversas investigaciones han hallado que un nivel bajo de confianza en una pareja puede hacer que aquellas personas con estilo de apego ansioso se vuelvan celosas y psicológicamente abusivas".

Lo mejor, en todo caso, será ser sincero contigo mismo o tener una conversación con tu pareja para descubrir si de verdad seguís con lo vuestro por pura inercia o miedo al abandono. Nada como una conversación sincera para compartir sentimientos y poner las cartas encima de la mesa. Y en caso de que sea así y tengáis que cortar, "esperar al momento adecuado para estar en una relación puede conducirnos a otra persona con intereses compartidos" en la que pueda surgir de nuevo un tipo de amor más "auténtico", por decirlo así.

Tener miedo a la soledad es una emoción plenamente humana. Todos, en mayor o menor medida, padecemos ese temor a que llegue un día y nos encontremos solitarios y tristes, sin nadie a nuestro lado. A no ser que tengas la personalidad de un eremita, necesitamos compartir nuestra vida con alguien, sobre todo de una manera íntima y segura. Pero si se acrecienta y sentimos ansiedad o malestar cuando estamos a solas con nosotros mismos, puede llegar a convertirse en una fobia muy específica llamada autofobia. No hace falta irse tan lejos ni a casos extremos. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo donde la sociabilidad y tener un sólido grupo de gente alrededor se concibe como un triunfo.

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