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Estos son los mejores trucos para eliminar las marcas de desgaste de tus zapatos
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Estos son los mejores trucos para eliminar las marcas de desgaste de tus zapatos

Tiramos zapatos muy a la ligera sin recordar que, a veces, y aunque no lo parezca, pueden revivir con tan solo unos minutos de dedicación

Foto: Fuente: iStock
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La suerte de unos zapatos que literalmente nos separen del suelo, evitando así un sinfín de enfermedades, no los libra de tener que enfrentarnos de tanto en tanto a la suciedad que pisan. Su uso los ensucia, valga la redundancia, los raya y los desgasta, por lo que tardamos poco en mandarlos a la basura. Sin embargo, quizás hacemos esto último muy a la ligera, porque a veces y, aunque no lo parezca, pueden revivir.

Existen trucos (con la ayuda de algunas herramientas y productos) que consiguen alargar la vida de este importante "accesorio" de nuestro día a día. No son pocas formas en que podemos corregir, por ejemplo, unas rozaduras en el lateral, sea cual sea su material. Eso sí, antes de usar cualquier remedio en particular, empieza probándolo en una parte discreta del zapato para asegurarte de que es el que necesita.

Foto: Al llegar a casa... ¡quítate los zapatos! (iStock)

Aunque por lo general no es una tarea difícil, como todo en esta vida hay trucos que funcionan mejor que otros según la tara a la que nos enfrentemos. Aquí te explicamos cómo hacerlo mejor en función del tipo de problema y de zapato:

Lo necesario

Uno de los materiales más habituales en la fabricación de zapatos es el cuero, aunque en la actualidad ya existen alternativas a este que no suponen el empleo de animales, como los llamados cueros sintéticos. Aunque se trata de materiales muy resistentes, en ningún caso son impermeables a las rozaduras. Así que si tus zapatos están en este grupo, presta atención. Antes de proceder al arreglo, por supuesto, asegúrate de que estén limpios.

Lo primero que tienes que hacer es limpiar los zapatos con un paño húmedo y dejar que se sequen al aire

Rasguños pequeños o ligeros: A menudo, una marca sutil apenas requiere esfuerzo para desaparecer. Prueba con un cepillo para zapatos o un paño que puedes humedecer ligeramente. Con esto, pule con suavidad el área afectada, sin apretar demasiado, e irás notando que la marca deja de estar. Si no funciona, repite el mismo proceso cuantas veces sean necesarias.

Rasguños más pronunciados: Los rasguños más significativos requieren algo más de dedicación y, a veces, algún producto extra. Empieza por limpiar los zapatos con un paño húmedo y deja que se sequen al aire. Una vez listo, aplica un poco de betún (te aconsejamos que preguntes en tiendas especializadas o en tu zapatería de confianza por el más indicado), y con un cepillo o un paño suave frota suavemente para que el producto se vaya extendiendo y actuando sobre el material.

Según el material

No obstante, es posible que en verano tus zapatos sean más bien zapatillas de algún material textil. En este caso, lo mejor es mezclar jabón suave y agua fría, humedecer con esta mezcla un paño y limpiar con él frotando las manchas, aunque también puedes optar por lavarlos por completo, pero siempre a mano.

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Si se trata de zapatillas de deporte, que suelen estar fabricadas en goma y/o gamuza, una esponja puede hacer magia. Simplemente humedécela, retira el exceso de agua y frota con ella suavemente el rasguño. Usa un paño húmedo para limpiar cualquier producto sobrante. Para las zapatillas más desgastadas, el vinagre blanco y el bicarbonato de sodio mezclados también hacen milagros. Tienes que formar con estos productos una especie de pasta y colocarla sobre los roces para frotarla a continuación suavemente. Este truco, claro está, requiere de una limpieza posterior para eliminar el olor a vinagre.

¿Pero y qué pasa si hablamos de tus zapatos más elegantes, esos de charol que te gusta lucir en ocasiones especiales? No, no hay necesidad de tirar esos "Mary Janes", como se conoce al modelo clásico y sus más modernas versiones, una vez que el material tiene algunas marcas. La solución: un trozo de algodón (o en su defecto un trozo de papel) mojado en esmalte.

La suerte de unos zapatos que literalmente nos separen del suelo, evitando así un sinfín de enfermedades, no los libra de tener que enfrentarnos de tanto en tanto a la suciedad que pisan. Su uso los ensucia, valga la redundancia, los raya y los desgasta, por lo que tardamos poco en mandarlos a la basura. Sin embargo, quizás hacemos esto último muy a la ligera, porque a veces y, aunque no lo parezca, pueden revivir.

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