El truco para limpiar los cristales de tu casa de forma eficaz y sin esfuerzo

Con suerte, están en muchas partes de nuestra casa, y es que tener cristales es sinónimo de tener ventanas y ello, a su vez, de aire natural, ventilación, luz... Pero también es sinónimo de suciedad constante. No nos referimos al polvo que entra en un segundo cuando dejamos las ventanas abiertas (este gesto, de hecho, es más bien contraproducente en esta época del año), sino de la que se acumula en esos cristales que por suerte y por desgracia nos separan del exterior.

Los limpias una y otra vez, pero incluso antes de acabar vuelven al punto de partida: una progresiva opacidad de huellas dactilares, partículas de la calle, insectos y manchas a las que ni siquiera encuentras explicación. Los cristales son, como suele decirse, un asunto imposible. ¿O tal vez no? Es posible que a estas alturas ya hayas probado un sinfín de trucos y fórmulas para que aguanten (un poco más) lo más limpios posible, que en este caso es sinónimo de lo más traslúcidos posible, sin conseguir el resultado esperado. Déjanos decirte que aún hay esperanza.

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Paula Seiton, organizadora profesional, ofrece todos los detalles y el paso a paso en su cuenta de Instagram de este truco para el que, además de ser eficaz, apenas necesitas un par de ingredientes que seguro tienes por casa.

Fácil y económico

Se trata de mezclar agua y vinagre de limpieza a partes iguales. Según Seiton, la mitad del recipiente que utilicemos para ello por cada ingrediente. Eso sí, a la hora de aplicarlo sobre tus cristales necesitarás un pulverizador.

Esta profesional, que divulga en Internet trucos de limpieza y organización, apunta que "si quieres guardar el pulverizador utiliza agua destilada o previamente hervida que no tenga impurezas". En cualquier caso, eso es todo lo que hace falta.

Una vez tengas la mezcla lista, bastará con aplicarla sobre los cristales y pasar suavemente una bayeta, desde arriba y hacia abajo, siguiendo movimientos uniformes. Mucho mejor, por cierto, si se trata de una bayeta de tejido especial para cristales como el de microfibras (retienen mejor el polvo y, a diferencia de las bayetas estándar, no lo esparcen).

El amoniaco y el alcohol son otros dos grandes aliados. El primero es un potente desengrasante, por lo que te ayudará con los cristales más sucios o en los que se haya podido acumular grasa. Además, como el vinagre, también consigue los mejores efectos en espejos y otras superficies de vidrio. Tanto este como el alcohol deben mezclarse con agua antes de aplicarlo sobre la zona.