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Estas son las consecuencias para tu casa y para tu salud de no limpiar regularmente el lavavajillas
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Estas son las consecuencias para tu casa y para tu salud de no limpiar regularmente el lavavajillas

Es esencial mantener en perfecto estado de limpieza y funcionamiento todos los electrodomésticos, pero esta máquina más aún debido a que está en permanente contacto con los alimentos

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Si alguna vez no has dispuesto de un lavavajillas en el que limpiar tus platos, seguramente sepas el fastidio que supone tener que lavar todos los elementos de cubertería a mano. Y, en este sentido, ya estarás tan acostumbrado a delegar en él que no podrías vislumbrar una cocina sin su inestimable ayuda. Al fin y al cabo, para eso están los electrodomésticos: para hacer nuestra vida más fácil.

Pero no por encargarse de limpiar y mantener la cubertería impecable, quiere decir que esté libre de suciedad. Al fin y al cabo, la humedad es uno de los mayores aliados de los microorganismos y bacterias, por lo que una máquina que siempre está en contacto con los restos de comida y ayuda a eliminarlos a partir de detergente, jabón y litros y litros de agua.

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"Es curioso cómo pensamos siempre en limpiar nuestros hornos o pulir nuestros fregaderos, pero nunca el lavavajillas", asegura Matt Hagens, especialista en este tipo de electrodomésticos, en un artículo reciente de la Best Life. "Solemos pensar que como es una máquina que lava, debería limpiarse por sí misma, cuando no es cierto. Los lavavajillas no se limpian a sí mismos por arte de magia". Incluso, no limpiar el lavavajillas de vez en cuando puede llegar a poner en riesgo tu salud.

Se estropeará antes

"Al igual que cualquier electrodoméstico, los lavavajillas necesitan un mantenimiento regular para funcionar de manera efectiva y segura", asevera Andrew Brown, un técnico de reparación de instrumentos. "Si no se limpia de vez en cuando, estará expuesto a varios problemas que no solo afectan su rendimiento, sino que también pueden presentar riesgos para la higiene y la salud".

Las partículas de comida que se alojan en el lavavajillas pueden crear un caldo de cultivo para las bacterias y el moho

En este caso, el mayor problema lo presenta el filtro. "Los lavavajillas tienen filtros para atrapar las partículas de los alimentos más grandes que no se eliminan tras enjuagar los platos. Si estos no se limpian frecuentemente, pueden obstruirse, lo que hace que el lavavajillas no drene correctamente o no limpie los platos con la misma eficacia. El descuido a largo plazo del electrodoméstico puede provocar problemas más graves, como daños en la bomba de lavado".

El riesgo de contraer enfermedades aumentará

"Si el lavavajillas no lava correctamente los platos porque no funciona bien, podrías contraer enfermedades a través de los alimentos", advierte Brown. "Esto se vuelve más cierto si usas los mismos platos para alimentos crudos que cocinados. Las partículas de comida que se alojan en el lavavajillas pueden crear un caldo de cultivo para las bacterias y el moho. Estos microorganismos pueden llegar a los platos durante los ciclos de lavado". ¿Cómo salir de dudas? La clave está en el olor que desprende el electrodoméstico tras cada uso y que los platos y demás cubiertos no queden totalmente limpios.

Crecerá la posibilidad de sufrir alergias

La clave está en el moho acumulado. "Las esporas de moho pueden afectarte fácilmente si tienes algún tipo de alergia o asma, y existe la posibilidad de que el moho tenga implicaciones para la salud aún más peligrosas", advierte Tim Jankowski, experto en limpieza. "El moho crecerá a partir de la acumulación de humedad y las sobras de alimentos que se alojan en los platos".

¿Cómo limpiar el lavavajillas?

Lo esencial sería poder limpiarlo una vez al mes para minimizar la posibilidad de que los gérmenes se acumulen, así como los restos de comida. En este sentido, deberás "seguir las instrucciones del fabricante, limpiar bien el sistema de drenaje con vinagre y bicarbonato de sodio como solución a una limpieza natural y económica", sopesa Hagens. En cuanto al filtro, tan solo hay que sacarlo del interior del lavavajillas para meterlo en un baño de agua caliente con jabón de fregar y frotar suavemente su superficie con un cepillo de dientes viejo o una esponja. Del mismo modo, "si quieres que desprenda buen olor, tan solo hace falta enjuagarlo con vinagre y una pizca de bicarbonato de sodio entre limpieza y limpieza".

Si alguna vez no has dispuesto de un lavavajillas en el que limpiar tus platos, seguramente sepas el fastidio que supone tener que lavar todos los elementos de cubertería a mano. Y, en este sentido, ya estarás tan acostumbrado a delegar en él que no podrías vislumbrar una cocina sin su inestimable ayuda. Al fin y al cabo, para eso están los electrodomésticos: para hacer nuestra vida más fácil.

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