Los peores hábitos que deberías dejar atrás cuando ya pasas los 40 años

Los años no pasan en balde. Se podría decir que has llegado a la mediana edad. Cuando dicen aquello de que "los 30 son los nuevos 20" sientes una amarga sensación en el estómago; a fin de cuentas, ya no hay excusas para cuidarte. Vale, todavía eres joven, y por eso mismo debes prestar especial atención a los hábitos y conductas que definen tu día a día y que seguramente acaben determinando tu estado físico y mental de ahora en adelante.

"Necesitamos dormir de siete a ocho horas por la noche. A medida que envejecemos, es posible que necesitemos más horas de descanso"

Por ello, conviene que adoptes una serie de conductas de vida saludable, que podrían resumirse perfectamente en llevar una dieta baja en grasas y azúcares y compaginarla con una rutina regular de ejercicio físico. Pero, como muchas veces somos menos displicentes de lo que nos gustaría, tal vez la clave no esté en añadir cualidades, sino al revés, restar todo aquello que nos hace mal y pone en peligro la salud a corto y largo plazo. Aquí hemos recopilado algunos de los hábitos que dejar atrás si tienes 40 años. ¿A qué esperas para eliminarlos de tu día a día?

Elimina los procesados, ve a los naturales

Ya basta de bollería industrial y platos precocinados. Organízate para cocinar platos sabrosos y naturales, ricos en fibra, vitaminas y minerales. Ello te ayudará no solo a eliminar los kilos de más que aparecen cada mañana en la báscula, sino a sentirte con más energía y vitalidad, añadiendo años de esperanza de vida. Busca alimentos repletos de proteínas o grasas saludables, como el pollo o pescado a la plancha. Y decántate por snacks sanos si te entra el hambre entre horas, como frutos secos, especialmente las nueces.

No te acuestes muy tarde

Ya basta de dormir poco y mal. Intenta acostumbrarte a una rutina fija de sueño para así estar despierto y ágil durante el día. "Necesitamos dormir de siete a ocho horas por la noche", asegura Isabel Smith, dietista registrada, en un artículo de la revista Eat This Not That. "Además, a medida que envejecemos, es posible que necesitemos más horas de descanso".

Elimina las calorías vacías

Uno de los grandes cambios fisiológicos que experimenta nuestro cuerpo cuando llega a los 30 o 40 es el modo en que procesa las calorías. "Concéntrate en reducir las calorías vacías, como patatas fritas o refrescos", asegura Jessica Crandall, experta en dietas. "Estas tienden a almacenarse en el organismo con mucha facilidad". En su lugar, sustitúyelas por alimentos ricos en antioxidantes, como el aceite de oliva o el aguacate, ellos serán grandes aliados de cara a la oxidación de los huesos y articulaciones, además de prevenir otros factores del envejecimiento.

No fuerces demasiado al cuerpo

Al llegar a los 40, es posible que necesites reformular tu programa de ejercicios, ya que no gozarás de tanta resistencia física como antes. "Haz cambios en tu rutina de entrenamiento y mantente positivo al respecto", asegura Crandall. "Es posible que no puedas hacer las carreras de antes o levantar tanto peso como hace unos años, pero aún existen excelentes opciones de menor impacto, como andar en bicicleta o fases de ejercicio más ligeras con más repeticiones".

No te quedes en casa

Tan importante es cuidar la dieta y el ejercicio como también las relaciones sociales. Ellas procurarán que no te sientas solo y con ello disminuir el riesgo de padecer algún síntoma de ansiedad o depresión en el futuro. "Los 30 y 40 pueden ser una época en la que te sientas bastante ocupado con el trabajo y el cuidado de la familia", remarca la experta. Haz un esfuerzo por intentar conocer a gente nueva. En caso de no saber dónde encontrar esas nuevas amistades, apúntate a cursos guiado por tus hobbies.