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Qué hacer si presientes que te van a despedir y por nada del mundo te quieres ir a la calle
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Qué hacer si presientes que te van a despedir y por nada del mundo te quieres ir a la calle

Si tienes el agrio presentimiento de que te queda poco tiempo en la empresa, solo queda armarse de valor y buscar otras opciones. Aquí van una serie de consejos

Foto: Foto: iStock.
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Si el río suena es que agua lleva, dice el refrán, el cual puede ser perfectamente aplicado a esos rumores que desde hace tiempo corren entre la plantilla de una temporada de despidos. Pero también puede ser a nivel particular, es decir, que ninguno de tus compañeros hayan oído rumores porque no va con ellos el asunto, para lo cual convendrá mantenerte alerta ante la más mínima sospecha.

Una de las señales más claras de que están pensando mandarte a la calle es que tu volumen de tareas haya menguado significativamente y de forma repentina. Puede que estén barajando si tu función en la empresa es realmente imprescindible y si necesitarían a otro empleado para cubrir tu puesto, o directamente se pueden ahorrar el gasto de buscar a otro para suplir tu ausencia.

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También puede ser que tú te estés autodespidiendo sin darte cuenta: si te tomas más licencias a la hora de cumplir con tus tareas, por ejemplo, o estás tan desmotivado que la propia idea de poner un pie fuera de la compañía no te parezca tan terrible. En cualquier caso, siempre merece la pena tener las espaldas bien cubiertas ante cualquier contingencia que pueda pasar. Y para ello lo primero es darte cuenta de que eres el centro de las especulaciones de despido y que vas a ser el siguiente en marcharse.

No te invitan a las reuniones

Uno de los indicadores claros es que ya no se preocupan por el hecho de que estés presente en las reuniones, sobre todo en las importantes. O peor aún: te enteras por terceras personas de que las ha habido y no te han avisado. Para que esto no suceda tienes que volver a demostrar tu valía de cara a tus jefes, lo malo es si ya han tomado la decisión y es irrevocable.

Foto: ¿Una reunioncita para echar el rato?. ('The Office')

Tanto como no pueden contar ya para ti en las reuniones o en determinadas tareas, también pueden sobrecargarte con deberes que no te competen para que así te quemes más rápido. En realidad, este procedimiento es muy maquiavélico y por lo general respondería a una falta que has hecho previamente y que no les ha sentado bien. Lo que buscan, en este sentido, es que falles y entonces tener una excusa para despedirte. También puede darse el caso contrario y si te recargan de tareas quiere decir que confían más en ti y ha subido tu nivel de exigencia.

En caso de que sea inevitable, no te olvides de acabar la relación lo mejor posible, tanto con tus compañeros como con tu jefe

Y precisamente otra de las señales más claras es que la relación con tu jefe cambie de la noche a la mañana o de manera progresiva. Si antes siempre delegaba en ti, aunque fuera por motivos extraprofesionales (tomabais café juntos para poneros al día o te contaba aspectos de su vida personal), y de repente ya no, por razones justificadas o injustificadas, es una razón más que suficiente para pensar que su confianza hacia ti se ha roto. Esto no quiere decir que necesariamente te vayan a despedir, pues estás en la empresa por tu valía y no por tu personalidad o porque le caes bien, pero sí que es motivo de sospecha que de pronto tu superior ya no tenga la misma relación contigo como antes.

Ante estos contextos... ¿Cómo proceder? Lo primero, como aseguran desde la web Life Hacker, es hacer acopio de ahorros y en la medida de lo posible disponer de un buen colchón económico, por si finalmente tus predicciones se cumplen. Del mismo modo, preocúpate de buscar sin cesar otro empleo que se ajuste a tus competencias y necesidades. Y, en último término, no te olvides de acabar la relación lo mejor posible, tanto con tus compañeros como con tu jefe. Nunca se sabe si caerá una segunda oportunidad en el futuro.

Si el río suena es que agua lleva, dice el refrán, el cual puede ser perfectamente aplicado a esos rumores que desde hace tiempo corren entre la plantilla de una temporada de despidos. Pero también puede ser a nivel particular, es decir, que ninguno de tus compañeros hayan oído rumores porque no va con ellos el asunto, para lo cual convendrá mantenerte alerta ante la más mínima sospecha.

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