La indignación viral de un camarero que ha rechazado un empleo por las condiciones que ofrecen

Uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector de la hostelería en estos momentos es la dificultad para encontrar trabajadores bien formados. El problema radica en gran parte a que un segmento de los profesionales ha optado por reciclarse y trabajar en otros sectores de actividad con mejores condiciones laborales.

Los camareros son los perfiles más demandados pero las inhumanas e interminables jornadas de trabajo, la falta de días de descanso y unos salarios muy bajos hacen que estos profesionales rechacen las ofertas que los dueños de bares y restaurantes les ofrecen, acrecentando la precariedad y la crisis actual del sector.

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El Confidencial

La cuenta de Twitter @SoyCamarero, especializada en contar anécdotas divertidas que ocurren en estos establecimientos, también comparte las quejas de los trabajadores del sector. Una de las últimas se ha hecho viral al dejar en evidencia la verdadera situación que se vive al otro lado de la barra y de la que la mayoría de los clientes que acuden a estos locales es totalmente ajeno.

"No estoy interesado entonces"

El tuit en cuestión mostraba el pantallazo de una conversación de WhatsApp entre una persona desempleada en busca de un puesto de trabajo y un camarero que gestiona las entrevistas para ocupar los puestos de sus compañeros en el bar en el que trabaja. “Yo tengo vehículo propio y carné. No tengo problema de desplazamiento”, aclara la persona interesada, siendo este un punto a su favor para ser seleccionado para el puesto.

“Perfecto”, asegura el que sería su compañero, mientras le comunica las condiciones del trabajo. “El horario sería de 5 a 2 o de 6 a 3. Los fines de semana una hora más”, le dice respecto al horario de la oferta de empleo y añade que “el sueldo es 30 euros diarios más 5 euros por copa que te inviten”. Estupefacto, el desempleado pregunta sin dar crédito a lo que está leyendo: “¿9 horas, 30 euros? ¿3,30 euros la hora?”.

“¿9 horas, 30 euros? ¿3,30 euros la hora?” preguntó al enterarse del sueldo que le ofrecían

“Eso es lo que paga la dueña. Bueno, todos los bares de allí cerca pagan esto”, dice justificando el camarero ante que el salario sea tan bajo. Tras conocer toda la información del empleo, el chico interesado en trabajar muestra su desacuerdo en trabajar en estas condiciones. “Vale, pues gracias, pero no estoy interesado entonces. No voy a trabajar por 3,30 euros la hora” a lo que su el camarero responde sin extrañeza por la reacción con un simple “ok”.