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¿Todos iguales? Las mayores semejanzas entre dioses y criaturas mitológicas
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De Osiris a Moisés

¿Todos iguales? Las mayores semejanzas entre dioses y criaturas mitológicas

Los seres humanos siempre han coincidido en eso de atribuir a unas deidades superiores todas las explicaciones a fenómenos difíciles de entender. Y muchas se parecen

Foto: "Passaggio del Mar Rosso", por  Luca Giordano (Fuente: iStock)
"Passaggio del Mar Rosso", por Luca Giordano (Fuente: iStock)

¿Dios creó al hombre o el hombre creó a Dios? ¿Ha muerto este, como supuestamente claudicó Nietzsche? (otros apuntan a Dostoievski o Hegel). Dejando a un lado espiritualidad o falta de ella, es curioso que todos los seres humanos hayan coincidido en eso de atribuir a unas deidades superiores todas las explicaciones a fenómenos difíciles de entender.

¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? En esas tres preguntas, realizadas por Paul Gauguin en su paso por Tahití, se esconde toda la importancia de nuestro mundo. Las primeras civilizaciones ya adoraron dioses, y su influencia ha llegado hasta las religiones actuales, como veremos a continuación.

Osiris y Jesucristo

Varios autores de mitología comparada, como Gerard Massey, han querido ver semejanzas entre el dios Horus y Jesucristo, aunque algunas están plagadas de errores. Por ejemplo, aseguraba que el 25 de diciembre como fecha establecida para el nacimiento de Jesucristo está basada en el nacimiento de Horus, pero en realidad en la Biblia no viene ninguna referencia al respecto de ese día. Lo que sí parece una semejanza clara es todo el tema de la resurrección: Osiris muere, y al tercer día aparece con el grito jubiloso de 'Osiris ha sido encontrado' (después, su hermana y esposa Isis será encargada de reunir los pedazos y embalsamarlos).

placeholder Osiris e Isis (Fuente: iStock)
Osiris e Isis (Fuente: iStock)

Los egipcios tenían rituales específicos de la cosecha que relacionaban la crecida y retirada de las aguas del río Nilo y el ciclo agrícola con la muerte y resurrección de Osiris. Sea como fuere, la comparación con la muerte de Cristo y su resurrección al tercer día es bastante lógica. Pero no solo ellos, el dios que muere es bastante frecuente en la mitología y tenemos otros ejemplos como el dios de la fertilidad mesopotámico, Tanmuz, o Dionisio.

Eva y Pandora

Tradicionalmente asociadas la una a la otra como 'femme fatales'. Pandora es obra de Zeus, no de los titanes, lo que marca un punto de inflexión en su propia figura. Con ella se desata el caos: los hombres viven en un mundo de ensueño, hasta que ella desata el caos por su propia curiosidad, abriendo la caja. Eva, aunque surge a partir de una costilla de Adán y, por tanto, no es creada del mismo modo que Pandora, también desata el caos en un mundo perfecto por esa curiosidad de rebelarse contra las normas y comer del fruto prohibido. También está muy relacionada con un mito anterior, el de Lilith.

Enkidu (rival y posterior amigo de Gilgamesh) es creado a partir del barro. Prometeo crea a los hombres a partir de los dioses con arcilla y agua de Panopeo. Adán surge del mismo modo.

Y también hay algo más, sin duda interesante: la creación de los hombres a partir del barro. En la mitología sumeria, Enkidu (rival y posterior amigo de Gilgamesh) es creado a partir del barro. En la mitología griega, Prometeo crea a los hombres a partir de los dioses con arcilla y agua de Panopeo. Adán surge del mismo modo.

Akenatón y Moisés

Dios le dijo: "No te acerques; quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es". Freud se atrevió a hacer la comparativa, y después los investigadores Roger y Messod Sabbah llegaron a una conclusión parecida (aunque ellos mencionaron a Abraham), tras estudiar a la figura mítica de la Biblia que supuso el éxodo judío, y al faraón más fascinante de Egipto (y el único monoteísta), que podían tener más en común de lo que a simple vista parece.

placeholder Tutankamón fue hijo de Akenatón, el faraón hereje. EFE
Tutankamón fue hijo de Akenatón, el faraón hereje. EFE

Según los investigadores, no tenía sentido que Abraham, Moisés y el pueblo hebreo en general no dejaran rastro alguno en el Antiguo Egipto. Llegaron así a la conclusión de que el supuesto éxodo egipcio no habría sido otra cosa que la expulsión de Egipto de los habitantes monoteístas que siguieron al faraón hereje.

El poder divino femenino con María, Isis y otras

Pero las mujeres no solo representan el mal en las religiones y la mitología, sino todos los símbolos relacionados y asociados con ellas: la feminidad, la pureza o la maternidad. Cibeles es la Gran Madre, Gran Diosa, Diosa Madre o incluso Madre de los dioses. Ištar era la diosa babilónica del amor y la belleza, de la vida y de la fertilidad, y la encargada de amamantar a Tammuz (nacido en el Solsticio de Invierno, entre el 21 y el 25 de diciembre, según el calendario babilónico). Isis (madre de Horus) y la Virgen María incluso tienen efigies sorprendentemente parecidas.

Las batallas

Ahí donde hay dioses, también hay batallas. En la mitología comparada se suele hablar de la llamada Titanomaquia: la conquista de los nuevos dioses, que derrocan a los más antiguos que representan en cierto modo las fuerzas del caos.

Los dioses olímpicos derrotaron a los titanes, los devas en la mitología hindú pelearon contra los asuras y los dioses celtas de la vida y la luz lucharon los Fomori

Los dioses olímpicos derrotaron a los titanes, que eran más antiguos y primitivos, pero también los devas en la mitología hindú pelearon contra los asuras y los dioses celtas de la vida y la luz lucharon contra los antiguos dioses de la muerte y oscuridad, los Fomori. Un poco diferente, pero en cierto sentido similar, es la batalla del cielo con los ángeles caídos. Aunque, en esta ocasión, son los ángeles que se rebelan y pierden la batalla los que terminan perdiendo.

La llegada al otro mundo

Los egipcios fueron los primeros en democratizar eso de la llegada al otro mundo (antes solo los faraones podían optar al juicio con Osiris). De manera muy similar, y también llevados por una barca, los griegos viajaban cruzando el río Aqueronte (la barca la conducía Caronte, que cobraba una pequeña moneda que debía ser colocada bajo la lengua o los párpados de los muertos).

Foto: 'Las Almas del Purgatorio'. Pintura. Iglesia San Nicolás de Véroce. (iStock)

Los pobres debían correr eternamente la pradera de Asfódelos porque no tenían medios para cruzar el río. Incluso en la muerte hay clases sociales. La otra orilla estaba vigilada por el Can Cerbero, perro de tres cabezas que vigilaba que ninguna persona viva entrara en el Hades. Y no solo ellos, las valquirias también conducían a los héroes más valerosos hacia el Valhalla.

El diluvio universal

En otra ocasión lo comentamos: la historia del Diluvio Universal no es exclusiva de la Biblia. Un precedente sumerio es muy similar y es mencionado en el Poema de Gilgamesh: Enil decide destruir la humanidad, que le resulta molesta y ruidosa. El héroe Utanapistim (el Noé del Poema de Gilgamesh) es advertido de que debe construir un barco que llenará de animales y semillas. Cuando llega el día del diluvio y toda la humanidad perece, Utanapistim y sus acompañantes se salvan, y entonces decide hacer una ofrenda a los dioses para que se queden satisfechos por el sacrificio.

Foto: Fuente: iStock.

En la india, Visnú se reencarnó en forma de gigantesco pez para alertar al rey llamado Svayambhuva Manu del mismo problema. Según las fuentes mitológicas, los chinos tampoco se salvaron: la Gran Inundación de Gun-Yu cuenta que se produjo una gran inundación que duró generaciones y la gente abandonó sus hogares para vivir en lo alto de las montañas. Para los mapuches, el diluvio se produjo cuando lucharon las serpientes Tren tren vilu y Caicai Vilu. Incluso Zeus se enfadó con Prometeo por robar el fuego del Monte Olimpo y decidió inundar el planeta como castigo.

Axis Mundi

Axis Mundi es el eje del mundo, un símbolo en muchas culturas: un lugar situado en el centro del mundo que actúa como punto de contacto entre diferentes niveles del universo. Yggdrasil es un fresno perenne: el árbol de la vida, o fresno del universo, en la mitología nórdica. Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos. El Monte Meru (supuestamente localizado en el Tíbet) es una montaña mítica, que es considerada sagrada en varias culturas, igual que lo es el Monte Olimpo. Y, por supuesto, a nosotros nos es más famoso el Paraíso Perdido o Jardín del Edén.

¿Dios creó al hombre o el hombre creó a Dios? ¿Ha muerto este, como supuestamente claudicó Nietzsche? (otros apuntan a Dostoievski o Hegel). Dejando a un lado espiritualidad o falta de ella, es curioso que todos los seres humanos hayan coincidido en eso de atribuir a unas deidades superiores todas las explicaciones a fenómenos difíciles de entender.

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