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Así es como caminar solo por la naturaleza puede mejorar tu vida
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Así es como caminar solo por la naturaleza puede mejorar tu vida

Si te sientes agitado o estresado, tienes un problema y no sabes muy bien qué hacer... la mejor forma de afrontarlo es estar contigo mismo en la naturaleza, según muchos estudios

Foto: Foto: iStock.
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Durante el encierro pandémico, si tuvimos muchas ganas hacer algo, además de abrazar a nuestros seres queridos, eso fue el hecho de dar un paseo por el campo. En períodos de estrés y de incertidumbre, nada mejor que pasar tiempo con uno mismo con el único acompañamiento del piar de los pájaros en un bosque y el ruido de nuestros pasos resquebrajando las hojas y ramas apiladas en el suelo.

Antes de que existieran los transportes, la humanidad viajaba de un lugar a otro sola o acompañada a pie a través de los campos. Se trata de una actividad que llevamos haciendo desde tiempos inmemoriales y que, por ello, nos transmite sensaciones extrañamente familiares y reconfortantes. Psicólogos ambientales como Stephen Kaplan hablan de un efecto llamado "suave fascinación" cuando recorremos parajes naturales: lejos del ruido cotidiano, apartados de la gran urbe y sus estruendosos motores, nos sumergimos en un estado tranquilo, reposado, optimista de manera automática, según recoge 'Psychology Today'.

Foto: Un sendero hacia el bosque. (José Luis Gallego) Opinión
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De ahí que cuando hacemos turismo en algún lugar siempre busquemos ese momento a solas o compartido para detenernos ante la vista de una puesta de sol o contemplar desde gran altura lo inmenso que es el mundo. Pasar tiempo en el medio natural restaura nuestras capacidades cognitivas cuando estas han sido sobrecargadas por el ajetreo moderno. En el silencio del campo, los problemas que venimos arrastrando parecen más insignificantes o pequeños; tal vez pierden importancia y relevancia, al sentirnos inmersos en algo mucho más grande y azaroso, como es la naturaleza.

Sin distracción, a solas, en completo silencio

Cuando estamos a solas en una playa desconocida, un bosque profundo o una llanura con un horizonte inmenso, nuestra mente vaga, se detiene, reflexiona, y prosigue su paso. Movemos las piernas y con ellas también el corazón, el órgano que suministra vida al resto del organismo. La clave está en encontrar un momento sin presiones de ningún tipo ni compromisos contraídos para salir al campo con nosotros mismos.

Es menos probable que sintamos los malos efectos de la soledad si estamos a solas en el campo que aislados en casa o en un lugar público

Un estudio reciente publicado en la revista 'International Journal of Wilderness' descubrió que existen cuatro razones principales por los que una persona se siente llamado a dar un paseo solitario y silencioso por la naturaleza: la primera, obviamente, es encontrar la desconexión digital a la que tanto nos cuesta acceder en la rutina, la cual, según Kaplan, es muy beneficiosa para restaurar nuestra capacidad de atención y ensimismamiento por todo lo que nos rodea.

También la imagen que tenemos de nosotros mismos: otra investigación demostró que pasar tiempo en la naturaleza nos genera una imagen corporal positiva, mucho más que el hecho de recibir una marea de 'likes' en Instagram. Parece ser que al estar a solas con nuestro organismo entendemos mejor sus procesos, corroboramos nuestras buenas capacidades físicas y, en último término, podemos maravillarnos de estar vivos.

Foto: Caminar: el mejor ejercicio para adelgazar (Fuente: iStock)

Por otro lado, se produce otro efecto que Kaplan llama "liberación social". Este consiste en que a medida que paseamos a solas nos desprendemos de nuestra personalidad pública y de los sonidos de ambiente del mundo cotidiano. Así, los paseos naturales nos confieren una sensación de libertad que no podemos alcanzar de ninguna forma cuando estamos inmersos en la sociedad. Aunque somos seres sociales, es de suma importancia buscar ese retiro físico y espiritual para reconectar con nosotros mismos.

Bendita introspección

Y esto, a su vez, nos lleva a ejercer la introspección, obligándonos a indagar en los motivos que nos llevan a ser lo que somos o a hacer lo que hacemos. Kaplan también tiene la teoría de que gracias a estos momentos introspectivos podemos restaurar nuestra atención a raíz de la quietud cognitiva que surge cuando estamos solos en el medio natural. Sin embargo, quien busca la soledad del campo no llega a sentirse tan solo. Otra investigación demostró que es menos probable que sintamos los malos efectos de la soledad y mucho más que nos sintamos conectados de manera espiritual a todo lo que nos rodea, en comparación con el hecho de estar aislados en casa o en un lugar público. De ahí la importancia de optar por un largo paseo por la naturaleza cuando nos sintamos estresados o agotados. Nuestro yo interno lo agradecerá.

Durante el encierro pandémico, si tuvimos muchas ganas hacer algo, además de abrazar a nuestros seres queridos, eso fue el hecho de dar un paseo por el campo. En períodos de estrés y de incertidumbre, nada mejor que pasar tiempo con uno mismo con el único acompañamiento del piar de los pájaros en un bosque y el ruido de nuestros pasos resquebrajando las hojas y ramas apiladas en el suelo.

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