Más allá de las series: guía breve para hablar de los vikingos con propiedad

Todos los pueblos del mundo han tenido que sufrir en alguna ocasión eso de verse reducidos a meros estereotipos. Nosotros sabemos de lo que hablamos, no hay más que echar un vistazo a la leyenda negra que nos persigue, pero los vikingos no se quedan atrás. En los últimos tiempos han cobrado un papel especial en la televisión y nos los imaginamos como nórdicos altos y bellos, vestidos para el combate, o quizá como Vicky el vikingo, con cascos con cuernos y barcos con los que llegar a puerto dispuestos a quemar ciudades enteras.

Pero ¿cómo fueron realmente los vikingos? ¿Cuánto hay de verdad y de leyenda en estos guerreros que siguen llamando la atención?

Vamos a desvelar algunas dudas:

Antes de nada, los vikingos eran esos pueblos escandinavos (daneses, noruegos, suecos), famosos por ser grandes navegantes y que se dedicaban al pillaje. Hay distintas teorías al respecto, pero el consenso general es que en un determinado momento por pura necesidad se dedicaron a buscar tierras que colonizar o conquistar (a partir del siglo VIII). No solo atemorizaron a los europeos, sino que tuvieron gran influencia en su día: llegaron a gobernar en las islas británicas, fundaron el reino normando de Sicilia en Italia e incluso llegaron hasta las zonas del mar Báltico. Se suele datar el final del periodo vikingo con la caída del rey Harald el Despiadado, de Noruega, en 1066.

TE PUEDE INTERESAR

Amleth: la leyenda del príncipe danés que inspiró a Shakespeare

Ada Nuño

Pero ¿por qué salieron de sus tierras?

Según teoriza 'History on the net', se trata probablemente una combinación de factores: escasez de buenas tierras de cultivo, demasiados hijos menores sin tierra (los primogénitos heredaban todo), desequilibrios comerciales con los cristianos, que además eran blancos fáciles porque practicaban otra religión y no había ningún obstáculo en atacar monasterios o iglesias, y la búsqueda de aventuras. Contaban además con barcos potentes y tecnológicamente avanzados con los que surcar los mares sin grandes problemas.

Por qué fascinan tanto

Por parafrasear un poco a Chimamanda Ngozi, los vikingos han sufrido eso del peligro de la historia única. Las descripciones que se han hecho sobre ellos a lo largo del tiempo han sido formuladas, generalmente, por otros europeos. Lo cuenta el inglés Luke Wapole en un artículo en 'BBC': "Hay una fascinación continua con la embriagadora mezcla de violencia y misticismo pagano que ha llegado a definir la era vikinga. Desde los asaltantes con cascos de cuerno del ciclo de ópera 'El anillo del nibelungo' de Wagner (1847) hasta los hombres sedientos de sangre de la épica película histórica de 1958 y la reciente serie de novelas de Bernard Cornwell 'The Last Kingdom', la imagen de los feroces y aventureros escandinavos se ha filtrado en nuestro colectivo (...) La idea de una raza nórdica alta, fuerte, rubia y de ojos azules fue la que vino a sustentar el ideal ario de los nazis y cimentó la posterior fascinación de la derecha por los escandinavos. ¡Los vikingos también han aparecido en medio de las tensiones políticas en curso en Ucrania, incluidos en un debate sobre los orígenes de los estados ruso y ucraniano! Dejando a un lado la política, la base de la comprensión de la cultura occidental de los vikingos se basa más en un enfoque dominado por los hombres en la expansión occidental de los vikingos, y menos en una mirada al este".

"La idea de una raza nórdica alta, fuerte, rubia y de ojos azules fue la que vino a sustentar el ideal ario de los nazis"

Craig Líneas también intenta entender por qué la cultura pop está tan obsesionada con los vikingos, y apunta que es algo que comenzó en la época victoriana y que en los albores del siglo XXI ha vuelto a cobrar fuerza. "Sube el volumen de Wagner, a todos nos encantan los músculos, la magia y los barcos geniales (...) Los vikingos han invadido el mercado cinematográfico y parece que están aquí para quedarse al menos por unos años más, y Thor es claramente el vencedor: todo el mundo ama a un tipo genial con un martillo cósmico. Tal vez se deba a que tenemos la misma sensación que tenían los victorianos: que el cambio se producía demasiado rápido".

De paganos a cristianos

Si hay algo que ha llegado hasta nuestros días, gracias en parte a los cómics, es la mitología nórdica, pero esta fue mucho más peculiar de lo que muestran las películas de superhéroes. Los dioses del panteón nórdico son conocidos por todos en mayor o menor medida: Odín, el padre de todos. Thor, que protege a la humanidad con su anillo mágico. Frigg, esposa de Odín y madre del hogar. Loki, un peligroso tramposo mitad dios, mitad gigante que siempre causa estragos entre los dioses. Freya, diosa del amor, cubierta de plumas. Conviven con gigantes, elfos, enanos o espíritus que habitan en los árboles, las piedras o el agua. El centro del cosmos se encuentra en el fresno Yggdrasil, que crece en el Pozo de Urd. Los dioses viven en Asgard y Vanaheim y los humanos habitan Midgard. Los gigantes viven en Jotunheim, los elfos en Alfheim y los enanos en Svartalfheim.

La mitología vikinga fue muy diversa, pero no hay que olvidar que con el paso de los siglos unas creencias fueron dando paso a las otras: incluso cuando un rey danés o sueco se convertía al cristianismo y lo proclamaba en su pueblo, muchos todavía se aferraban a sus costumbres paganas y adoraban a los antiguos dioses. Pero al final de la era vikinga la mayoría se habían vuelto cristianos y se habían bautizado.

La muerte para un vikingo

También suelen darse ciertas interpretaciones y leyendas no del todo correctas acerca de los funerales vikingos. En más de una ocasión se te habrá pasado por la cabeza eso de que te entierren en un barco a la deriva, que lentamente va hundiéndose mientras lo devoran las llamas. Aunque sin duda era un honor, este funeral no era tan típico como nos han hecho creer.

Los barcos eran bastante caros y requerían mucho tiempo de producción, por lo que no era una práctica común enviar cadáveres al mar para luego quemarlos

Los vikingos tenían una variedad de rituales funerarios que diferían según factores como el estatus en la sociedad, el género, la edad y más. Los barcos eran bastante caros y requerían mucho tiempo de producción, por lo que no era una práctica común enviar cadáveres al mar para luego quemarlos. Más a menudo, los nórdicos enterraban a sus muertos en grandes túmulos funerarios con un alijo de sus posesiones o eran incinerados en piras funerarias.

El Valhalla

La cultura vikinga era rica en historias, cuentos y poemas. Reyes, héroes valientes, mujeres hermosas, viajes peligrosos, batallas, dragones temibles y criaturas de otro mundo. Había dos tipos de poesía: escáldica (con versos complejos, generalmente en honor a un rey, se practicó en las cortes de Noruega y luego en Islandia desde el siglo IX al XIII) y la éddica (anónima y con muchos más temas). Pero más allá de las historias de Odín y Thor, a nuestros días ha llegado el concepto de Valhalla, pero, ¿qué era realmente en la mitología nórdica?

El Valhalla sería un enorme y majestuoso salón, ubicado en la ciudad de Asgard (gobernada por Odín). Los héroes muertos en combate más valerosos son elegidos por las valquirias, y ellas los guían hasta el Valhalla (la otra mitad irán al Fólkvangr). Una vez lleguen al Valhalla, se prepararán para ayudar a Odín en el Ragnarök, la batalla del fin del mundo.

Viajar por mar

No solo eran guerreros, también comerciantes, pero usaban distintos barcos para la guerra y el comercio. Los primeros (drakkar) eran más largos y más estrechos, y permitían la navegación fluvial y desembarcar sin necesitar un puerto. Los segundos (knarr) estaban pensados también para la exploración. Eran más profundos, anchos y resistentes, con espacio para personas, ganado y herramientas, y utilizaban remos. Las oportunidades de comerciar o asaltar dependían un poco de la situación: si encontraban un monasterio desprotegido lo asaltaban. Si llegaban a una ciudad bien defendida, comerciaban con ella. Al principio se basaba en el trueque.

El nivel económico marcaba las armas del guerrero: las espadas eran más inusuales porque eran más caras, puesto que se necesitaba más hierro para fabricarlas

Aquello de imaginar a los vikingos con hachas es cierto, y tiene una explicación: esta, junto con la lanza, era el arma más utilizada porque además de poder ser empuñadas o arrojadas al enemigo requerían menor cantidad de hierro en su fabricación. Al final como en todo, el nivel económico marcaba las armas del guerrero: las espadas eran más inusuales porque eran más caras, puesto que se necesitaba más hierro para fabricarlas. La idea de que los vikingos capturasen mujeres y quemasen aldeas también es un poco victoriana y estereotipada, pero sí es cierto que capturaban esclavos, pues su comercio era extremadamente rentable.

La emancipación de las mujeres

Las niñas vikingas se veían obligadas a casarse alrededor de los 12 años y quedarse en tierra, mientras sus maridos partían en busca de aventuras al más puro estilo Ulises. Sin embargo, eso no significa que no disfrutasen de una amplia gama de libertades: tenían derecho a heredar bienes, solicitar el divorcio e incluso reclamar acuerdos si el matrimonio fracasaba.

Tenían derecho a heredar bienes, solicitar el divorcio e incluso reclamar acuerdos si el matrimonio fracasaba

Por su parte, los niños no iban a la escuela como la conocemos hoy. Aprendían todo el trabajo de los hombres, enseñados por sus padres, hermanos mayores y tíos. Las niñas por su parte trabajaron junto con sus madres y sabían cómo cocinar, cuidar el jardín y los animales domésticos y también confeccionar ropa. También se han descubierto armas en las tumbas de algunas mujeres, por lo que se presume que también eran guerreras.

El famoso casco vikingo: leyenda

Nadie pone en duda que los vikingos usaran casco, ni mucho menos, pero lo de los cuernos es bastante ridículo y poco útil para la batalla. En realidad comenzaron a hacerse populares en las óperas del siglo XIX (especialmente en las de Richard Wagner), aunque solo son un invento de los que diseñaron el vestuario han llegado hasta nuestros días.

Llevaban rastas y trenzas

Así es o, por lo menos, ese es el consenso de los historiadores. Aunque los vikingos no lo registraron por escrito, sí lo hicieron aquellos con los que se encontraron. Los romanos, por ejemplo, describieron su apariencia y mencionaron que tenían "el pelo largo como una cuerda". Algo que compartían con algunas tribus germánicas, los celtas, incluso se cree que los primeros cristianos en honor a Sansón, los egipcios, los isleños del Pacífico, los guineanos, los somalíes y los maasai.

Y algo más interesante: solían teñirse el pelo. Tener el pelo rubio en la época estaba de moda por lo que los vikingos morenos usaban un jabón muy concentrado con altos niveles de lejía que decoloraba su cabello. Los historiadores creen que además de ser parte del ideal de belleza de su cultura, el cabello decolorado también ayudaba a mantener alejados a los piojos.