30 jóvenes intentan hacer un 'simpa' grupal pero terminan fracasando estrepitosamente

Han sido noticia en los telediarios y han acaparado más de un titular en la prensa. Muchos presumen de haberlo hecho alguna vez, otros lo han pensado pero no se han atrevido, y hay quienes bromean con llevarlo a cabo. El ‘simpa’ es un arte o una actitud más utilizada de lo que parece y que, por lo general, suele provocar la simpatía de la gente menos, claro está, de la víctima que sufre la fechoría.

‘Hacer un simpa’ es una expresión que se refiere claramente a irse de un lugar sin haber abonado previamente lo que se ha consumido, ya sea una bebida, una comida o la gasolina del coche. Ha habido “simpas” de todas clases y en muchos sitios, pero este que te contamos a continuación no tiene desperdicio por lo surrealista de la historia.

En esta ocasión se trató de un ‘simpa’ masivo, ya que la gracieta vino de la mano de un grupo de 30 personas que acudieron a la Masia Can Sous de L’Ametlla del Vallès en El Serrat (Barcelona) para celebrar el cumpleaños de uno de ellos.

Más de 1.000 euros de cuenta

Al finalizar la comida, que se dispuso en la terraza a base de 30 menús de 35 euros cada uno, los comensales pidieron a los camareros que les invitaran a un chupito, ya que la cuenta ascendía a más de 1.000 euros. Cuando los empleados del restaurante se disponían a servir las bebidas de cortesía, el grupo en pleno aprovechó para coger sus coches y marcharse a toda velocidad.

Sin embargo, su plan no salió como esperaban ya que los trabajadores del establecimiento pudieron retener a seis miembros del grupo que se encontraban en el baño en ese momento. Al percatarse del fallido plan, los jóvenes intentaron pagar su parte, dejando a deber la de los huidos, algo que Cándido Martínez, metre de la masía catalana no consintió.

Los jóvenes retenidos lograron que el resto del grupo les hiciera un bizum para pagar la cuenta

Tras llamar a los Mossos d’Esquadra, que informaron del problema legal que podría ocasionarles el no pagar el monto de la cuenta, los seis retenidos consiguieron que sus amigos les mandaran un bizum por el importe de sus menús y así alcanzar para pagar el total de la cuenta. De este modo, todo quedó finalmente en un plan de lo más torpe y una anécdota más que contar.