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¿Quién serás en el futuro próximo? La pregunta que puede hacerte más feliz
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PSICOLOGÍA CURIOSA

¿Quién serás en el futuro próximo? La pregunta que puede hacerte más feliz

La forma en la que nos imaginamos a nosotros mismos dentro de un plazo de tiempo influye mucho en la naturaleza de nuestras acciones y decisiones, según varios estudios

Foto: Foto: iStock.
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¿Crees que has cambiado mucho de aquí a hace un año? Posiblemente, dado el modo de vida tan acelerado que llevamos y basándonos en lo mucho que ha podido cambiar nuestra vida al haber atravesado una pandemia, la respuesta sea sí. Más aún si te comparas con la persona que eras antes de marzo de 2020. Y tan solo han pasado casi dos años. Aunque también puede ser que no hayas notado mucha diferencia; hay gente que nunca cambia y por más que se empeñe sigue teniendo la misma personalidad.

Sin embargo, si atendemos a un orden estrictamente biológico, es posible que ya no seas la misma persona que hace dos años. O al menos, no exactamente igual. De media, las células de tu cuerpo se renuevan cada 7 o 10 años, más si eres joven. Los adolescentes, por ejemplo, sufren cambios corporales mucho más rápidos y acusados, de ahí que anden siempre tan revueltos. La velocidad de la renovación celular depende lógicamente de la persona. Los cambios físicos que vamos notando con el transcurso de la edad se hacen mucho más evidentes a la hora de revisar fotografías antiguas, aunque cada mañana te levantes y al mirarte al espejo apenas notes ninguna transformación.

Aquellas personas que tienen una imagen vívida de su futuro tienden a ser más responsables con su nivel de gasto y en el trato que dan a los demás

Pero ahora, en vez de echar la vista atrás, imagínate en el futuro. ¿Crees que cambiarás mucho de aquí a dos años, no solo en el plano físico, también mental? ¿Y de cara a diez? Al final, las proyecciones mentales que hacemos sobre nuestro yo del futuro determinan cómo nos comportamos en el presente. Así lo reconocen estudios que precisamente analizan cómo creemos que va a cambiar nuestra identidad sobre quienes somos ahora y cómo influye eso en las decisiones que tomamos o en el modo de vida que adoptamos de cara a ese mismo futuro.

Nuestra mejor versión

Un estudio de 2019 publicado en la revista 'Social Psychological and Personality Science' asegura que aquellas personas que tienen una imagen vívida de su futuro, es decir, que sí que pueden imaginarse desde ahora hasta dentro de unos años, tienden a ser más responsables con su nivel de gasto y en el trato que dan a los demás, de tal forma que al poder imaginarse con facilidad quién serán más cerca estarán de aproximarse a esa hipotética versión de sí mismos, que en este caso es positiva, pues nadie quiere que todo se tuerza o que las cosas le vayan mal.

Todos poseemos un nivel de "autocontinuidad futura", la cual determina en parte cómo vamos a actuar y cómo de capacitados estamos para imaginarnos de ahora en adelante

En cambio, aquellos que son incapaces de hacer predicciones sobre su futuro, asumiendo que serán algo muy parecido a la persona que son hoy en día, tienden a ser mucho menos responsables con sus comportamientos hacia los demás, su salud y con su economía. De alguna manera, ven una desconexión entre los que son ahora y los que podrían llegar a ser mañana, por lo que están mucho menos preocupados por las consecuencias a largo plazo de sus acciones.

Lo más curioso es que también puede verse en el sentido inverso; uno de los fenómenos psicológicos más comunes que pueden derivar en una mala percepción de uno mismo o incluso en trastornos como la ansiedad es el de desrealización con el propio pasado, es decir, no reconocernos en nuestras acciones pasadas a la hora de traerlas al presente. Todos cometemos errores y no es nada raro sentirnos avergonzados por una mala circunstancia que ocurrió hace años. Lo problemático es cuando sentimos que nuestra realidad del presente no se corresponde con nada a la de nuestro pasado, incluso hasta el punto de sentirla como irreal. Esta sensación suele presentarse en personas aquejadas de estrés postraumático, pues su cerebro intenta distanciarse de algo que le supone un gran dolor emocional y que no ha sabido gestionar o asimilar.

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Ahora bien, volvamos a la idea de cómo nos imaginamos en el futuro. ¿Cómo piensas que te sentirás con respecto a la salud? Si tienes una opinión muy negativa sobre tu yo dentro de unos años es porque evidentemente no estás haciendo las cosas bien en el presente, es decir, no te cuidas lo suficiente o como crees que deberías hacerlo para conservar un estado físico óptimo. Como demuestra un estudio anterior al de 2019, todos poseemos un nivel de "autocontinuidad futura", la cual según su autor, Hal E. Hershfield, determina en parte cómo vamos a ser y actuar con relación a cómo de capacitados estamos para imaginarnos de ahora en adelante.

Al igual que la salud, el autor también puntualiza que la ética que rige nuestras vidas está de alguna forma determinada por quiénes aspiramos a ser en el futuro. De hecho, así lo demostró en pruebas en las que aquellas personas que eran más capaces de imaginarse en el futuro obtenían unos estándares morales más altos que aquellas que no podían hacerlo. "Si las personas están más conectadas con su yo futuro, tendrán una mayor capacidad para reconocer las consecuencias de sus decisiones actuales", asegura Hershfield en la 'BBC'. "Y eso les ayudará a poner freno a esos comportamientos".

¿Cómo te ves de aquí a 10 años?

En este sentido, ¿cabría esperar poder tener una idea mejor de nosotros mismos de aquí a diez años, que es precisamente el plazo que estableció el autor en sus estudios? ¿Se puede entrenar esa 'autocontinuidad futura'? Hershfield realizó experimentos paralelos a su estudio en el que pidió a sus participantes que utilizaran herramientas de realidad virtual con avatares personalizados que simulaban cómo se verían si tuvieran 70 años. Esto les ayudó, como era de esperar, a sentirse más conectados a su "yo del mañana" y, a la hora de tomar decisiones, mostraron una mayor responsabilidad. Al término del experimento, reconocieron que tenían más probabilidades de ahorrar dinero para la jubilación, por ejemplo.

Foto: Cartel de la película 'El Golpe' (1973), que contiene uno de los mejores giros de guion de la historia del cine (Fuente: Wikimedia)

Como sucede en otros campos, la realidad virtual peca de ser demasiado real, de ahí que el hecho de tener una visión aproximada de cómo podrías ser dentro de unas cuantas décadas te dará la oportunidad de pensarte dos veces todas las decisiones importantes que tengas que tomar de ahora en adelante. Para los que no tengan a mano equipos de realidad virtual, basta con imaginar ese futuro y verbalizarlo en una carta. "Querido (inserte nombre aquí) del futuro:", puede ser un buen comienzo.

Harshfield demostró que aquellas personas que escribieron cartas a su yo del mañana se sentían más conectados con aquella persona que aspiraban a ser, y como resultado, emprendieron cambios positivos en su presente: a la semana siguiente, la mayoría de los que hicieron el experimento dedicaron más tiempo a hacer ejercicio. Por tanto, bastaría con pensar en que somos el resultado de todas las decisiones que hemos tomado, además de la suerte, evidentemente. Imagina, imagina, imagina. Pero imagina bien, no sea que se convierta en realidad.

¿Crees que has cambiado mucho de aquí a hace un año? Posiblemente, dado el modo de vida tan acelerado que llevamos y basándonos en lo mucho que ha podido cambiar nuestra vida al haber atravesado una pandemia, la respuesta sea sí. Más aún si te comparas con la persona que eras antes de marzo de 2020. Y tan solo han pasado casi dos años. Aunque también puede ser que no hayas notado mucha diferencia; hay gente que nunca cambia y por más que se empeñe sigue teniendo la misma personalidad.

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