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¿Buscas un buen 'plot-twist' para tu vida en 2022? Mejor no quieras saberlo
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¿Buscas un buen 'plot-twist' para tu vida en 2022? Mejor no quieras saberlo

Las expectativas y propósitos de año nuevo bien podrían funcionar como ese 'spoiler' de tu vida que, al tomar las uvas, te gustaría desentrañar. ¿Por qué no deberías hacerlo?

Foto: Cartel de la película 'El Golpe' (1973), que contiene uno de los mejores giros de guion de la historia del cine (Fuente: Wikimedia)
Cartel de la película 'El Golpe' (1973), que contiene uno de los mejores giros de guion de la historia del cine (Fuente: Wikimedia)

A pocas horas de comenzar un nuevo año, en la mente de todos planea la sensación de cambio. Obviamente, se trata de una ilusión, ya que lo único que cambia es el calendario. Pero como también sucede en septiembre, cuando volvemos de las vacaciones de verano, la celebración de Año Nuevo se antoja como un instante decisivo que nos hace zambullirnos en el agua de la siempre insondable piscina del futuro, esta vez 2022. Es el único día del año en el que todos cumplimos años. Y por ello, abundan los buenos propósitos y los deseos de querer mejorar aspectos de nuestras vidas. En realidad, si hay un deseo compartido ese es el de superar por fin la pandemia. Pero más allá de este telón de fondo, sobresalen los problemas particulares de cada uno, esbozados de forma positiva en deseos, anhelos y propósitos. Por delante quedan doce meses en los que nuestra vida puede cambiar o seguir como hasta ahora. O tal vez empeorar. ¿Quién sabe?

Aquellos que tengan el alma cinéfila o seriéfila, seguramente en más de una ocasión hayan jugado a imaginar su propia vida como el desarrollo de una película o serie de televisión. Lo único que cambia es que el tiempo va mucho más lento, no se solapan tantos momentos decisivos (la vida transcurre lenta como algunas películas, sí, pero también a veces deprisa) y el narrador es puramente omnisciente (aunque las almas más religiosas encuentren el sentido y el motor de su existencia ligado a una personalidad como un dios). En todo caso, el director de la película de nuestra vida se mantiene en riguroso silencio. Siguiendo con este curioso símil cinematográfico, podríamos extrapolar que esos 'plot-twist' de tantos 'films' (algunos mejores que otros) podrían simbolizar esos giros en la trama como cambios inesperados que precipitan a los personajes (nosotros) hacia un destino. O, como mínimo, que se presentan como revelaciones sobre su propio papel en la historia, lo cual nos daría muchas pistas sobre hacia dónde dirigirnos en estos tiempos tan convulsos.

"Con los 'plot-twist' debemos deshacer gran parte de este trabajo de comprensión y volver a reconstruirlo para que se ajuste a esta nueva información que se nos revela"

Habría que definir primero en qué consiste un 'plot-twist' cinematográfico para después extrapolarlo a nuestra vida en 2022: estos se basan en giros impredecibles del guion o la trama. Los hay buenos y malos. Los mejores son los que nos crean la sensación de haber asistido a dos películas en una, ya que el mayor giro es aquel que cambia por completo el destino de los personajes o su personalidad y papel. Los malos son los gratuitos, aquellos que nos generan la impresión de que no vienen a cuento, son triviales o estropean la historia. En todo caso, trastocan las expectativas del rumbo de la historia, haciendo que la trama principal se replantee desde el inicio.

Un buen cineasta debe hacer creíble la historia que debe contar. Cuando vemos una película, asumimos como verdad absoluta todo lo que se nos cuenta de ella, es decir, no podemos dudar de lo que se nos presenta en la pantalla. Extrapolado al mundo real, podemos hacer juicios sobre los eventos que han acontecido en nuestra vida y modificar la impresión que tenemos de los mismos, pero nunca podemos dudar, a no ser que vivamos presos de un trastorno mental, de que efectivamente los vivimos. Con los 'plot-twist', sucede que "debemos deshacer gran parte de este trabajo de comprensión y volver a reconstruirlo para que se ajuste a esta nueva información que se nos revela".

Foto: Foto: iStock.

Así lo define a la perfección Vera Tobin, profesora de ciencia cognitiva en la Case Western Reserve University de Cleveland, Ohio, en un artículo publicado en 'Aeon' dedicado a los mecanismos mentales psicológicos que desatan estos giros de trama. Ella es autora de un libro centrado en este tema, titulado 'Elements of Surprise' (2018), en el que indaga sobre los elementos que dan pie a los 'plot-twist' y establece conexiones con la vida de las personas, el propósito de este mismo artículo. Lo primero que pone en relieve es que, como espectadores, tendemos a llenar los huecos libres de información que quedan a medida que la película se sucede, y son precisamente estos los que dan pie a hacer más tarde un buen giro.

Los pecados de la memoria

En resumidas cuentas, el director de la película actúa como un mago, aprovechándose tanto de las certezas como de las incertidumbres que el espectador tiene sobre la historia a lo largo de la cinta. Un juego de espejos de sentidos que establecen a partes iguales una comprensión total de la trama así como un desconocimiento profundo sobre hacia dónde nos va a llevar o cuál es el destino, la naturaleza y el papel de los protagonistas. De igual modo, hay muchas cosas que suceden en nuestra vida que desconocemos por completo. Podemos intuir que alguien está tramando algo a nuestras espaldas o que una persona a la que acabamos de conocer puede estar interesada en nosotros y va a ser determinante en el futuro. Asimismo, también reconocemos a quienes son nuestros aliados o aspectos sobre nosotros mismos que afectan a nuestras acciones y decisiones. Entonces, ¿cómo reaccionamos ante estas sorpresas de guion que no son más que el resultado de un cálculo errado entre lo que creemos sobre nosotros mismos y los demás y lo que verdaderamente está sucediendo?

Los protagonistas no pueden elegir el rumbo de la historia ni los giros que plantea el autor, pero sus acciones y decisiones les llevan a ese punto

Tobin recurre a Daniel Schacter, prestigioso psicólogo de la Universidad de Harvard, para explicar la sensación de extrañeza y familiaridad que nos causan estos giros repentinos en la historia. Este hablaba de los "siete pecados de la memoria", causados tanto por omisión (cuando directamente no recordamos una idea anteriormente presentada, algo muy frecuente en las películas, ya que si nos está gustando estamos tan involucrados emocionalmente que no podemos recordar los detalles que luego resultarán determinantes en la trama) como por comisión (cuando olvidamos algo por nuestros sesgos ideológicos, mentales o emocionales).

En la vida real, hacemos un relato de nuestra vida que puede ajustarse en mayor o menor medida a lo que verdaderamente es, pero sin duda somos nosotros quienes consciente o inconscientemente atribuimos demasiada o nula importancia a los hechos que se suceden o a las ideas que pensamos. En otras palabras, cada uno escoge sus propias figuras de autoridad que le guían en el camino, su forma preferida de pasar el tiempo libre o el modo de ganarse la vida trabajando. Esto es en teoría, ya que hay muchos condicionantes que pueden alterar la naturaleza de nuestras decisiones. Sin embargo, nos inclinamos hacia lo que creemos que es mejor para nosotros sin atender tanto a si es falso o verdadero. Más en una época de gran confusión en la que vivimos, plagada de versiones alternativas a los relatos oficiales que han cristalizado en difusión masiva de 'fake news', una mayor aceptación entre la población de teorías de la conspiración o la tendencia a la polarización ideológica.

Foto: Foto cedida por el autor

Por tanto, y con relación a lo anterior, a la hora de esbozar nuestras expectativas y propósitos para el año que viene (esos 'plot-twist' tan deseados) más nos valdría reflexionar dos veces sobre lo que de verdad consideramos que es bueno para nosotros, no sea que al final se convierta en realidad y en vez de ser una sorpresa positiva sea negativa. Evidentemente, aquí entran en juego muchas más cosas, ya que el factor sorpresa del 'plot-twist' es ajeno a los personajes. Los protagonistas no pueden elegir el rumbo de la historia ni los giros que plantea el autor, pero de algún modo sus acciones y decisiones les llevan a ese punto.

Los MacGuffin y el placer de sentirnos engañados

El gran cineasta Alfred Hitchcok acuñó el término 'MacGuffin' para referirse a ese elemento de suspense que hace a los personajes avanzar a lo largo de la trama pero que luego no tiene mayor relevancia por sí mismo. Uno de los mejores de la historia del cine es el famoso maletín que llevan los personajes de Samuel L. Jackson y John Travolta a lo largo de 'Pulp Fiction'. Si no existiera dicho objeto, nunca habrían sido contratados por el asesino Marcellus Wallace y, con ello, toda su historia no habría arrancado. Además, al final de la película el director, Quentin Tarantino, se reserva el derecho de revelar qué había dentro de esta maleta, que presume de ser algo muy preciado o muy importante a tenor de los ojos que se les pone a los personajes encarnados por Jackson y Travolta cuando lo ven.

"Se supone que cuando salta el 'plot-twist' debes marcharte sintiéndote encantado, no engañado y frustrado. La historia debe contener el motor de su propia reconstrucción"

Independientemente de si te guste más o menos la película de Tarantino, dicha escena final en la que se revela para los personajes (y no para el espectador) el contenido de dicho maletín, el director acaba estafando al público al no querer revelar el motor principal de la historia, dejándolo en suspenso. ¿Por qué entonces nos gusta tanto verla y no nos enfadamos al sentir que nos ha engañado?

Tobin lo explica muy bien. "Una historia con un buen 'plot-twist' debe incluir no solo el acto del engaño, sino también el mecanismo por el que se ha sido engañado", asevera, quien cree que los mejores cineastas juegan a un juego de confianza con el espectador que explorá por sí mismo. "Si es bueno, es autorreparador", aduce. "Se supone que debes marcharte sintiéndote encantado y realizado, no engañado y frustrado. La historia debe contener el motor de su propia reconstrucción". Es decir, a veces nos deleitamos con que alguien nos estafe o siendo engañados, a pesar de que 'a priori' esto no está bien o no es lo correcto.

placeholder ¿Qué contendría el maldito maletín? Mejor no saberlo. (iStock)
¿Qué contendría el maldito maletín? Mejor no saberlo. (iStock)

Aplicándolo a la vida real, puede que haya elementos de nuestra cotidianidad que continuamente pasamos por alto pero que son esenciales para entender nuestras motivaciones o resolver el conflicto que nos atenaza en el presente. Puede, incluso, que la solución a un problema concreto que llevamos tiempo arrastrando sea más sencilla de lo que parece. Y puede también que este mismo elemento nos aboque a la tragedia o a la desgracia, cuando en realidad pensábamos que había cosas más urgentes que atender. En cualquier caso, este agente visible (pero invisible a la vez) será uno de los responsables de que la historia gire y se convierta en otra muy distinta.

Cosas que es mejor no saber ni contar

Por último, otro de los efectos psicólogicos que los 'plot-twist' nos producen es asomarnos a nuestro propio desconocimiento sobre la historia, encarnado en la definición de 'spoiler'. Cuando hemos asistido a una buena película con sorpresa final, no podemos dejar de pensar en su sentido. Básicamente porque la verdad ya ha sido revelada y, de algún modo, todo lo que pensábamos al inicio de la película ha cambiado por completo. Por ello, lo peor que podemos hacer es contar el giro a la gente que todavía no se ha enterado.

Foto: Esto es lo que le pasará al próximo que abra la boca. (HBO) Opinión

En psicología conductual, hay un sesgo cognitivo llamado "la maldición del conocimiento", el cual viene a designar la imposibilidad de recordar o imaginar aquel secreto que ya hemos descubierto. En otras palabras, una vez que sabemos algo, es imposible ponernos en la piel de nuestro 'yo' antes de saberlo, el cual "parece estúpido e ingenuo", como asegura Tobin, quien además establece una inspiradora frase sobre la relación entre cine y realidad. "Cuando nos enfrentamos a una historia de ficción, la trama parece brillante y reveladora, pero cuando nos enfrentamos a eventos que suceden en nuestras propias vidas, es más probable que sintamos culpa y vergüenza, es decir, culpables de nuestra propia caída".

El año que viene no me cuentes más 'spoilers'

De igual modo, cuando imaginamos el 2022 como esos doce meses cargados de eventos y sorpresas que están por venir, la inquietud despierta en nuestras mentes. No tanto como cuando recordamos la Nochevieja anterior, la cual es pasto ya del recuerdo funesto de no haber cumplido con los propósitos que teníamos para este 2021 que acaba. De ello se desprende la angustia de no poder asomarnos al futuro, pero, a fin de cuentas... ¿de verdad nos gustaría saberlo? Una vez lo hiciéramos todo lo que tiene sentido en el presente se desbarataría, entrando en una nueva historia totalmente diferente, como sucede en las películas. Más vale brindar por esa gran incógnita que es 2022 y adentrarnos en ella con el coraje que se nos exige.

A pocas horas de comenzar un nuevo año, en la mente de todos planea la sensación de cambio. Obviamente, se trata de una ilusión, ya que lo único que cambia es el calendario. Pero como también sucede en septiembre, cuando volvemos de las vacaciones de verano, la celebración de Año Nuevo se antoja como un instante decisivo que nos hace zambullirnos en el agua de la siempre insondable piscina del futuro, esta vez 2022. Es el único día del año en el que todos cumplimos años. Y por ello, abundan los buenos propósitos y los deseos de querer mejorar aspectos de nuestras vidas. En realidad, si hay un deseo compartido ese es el de superar por fin la pandemia. Pero más allá de este telón de fondo, sobresalen los problemas particulares de cada uno, esbozados de forma positiva en deseos, anhelos y propósitos. Por delante quedan doce meses en los que nuestra vida puede cambiar o seguir como hasta ahora. O tal vez empeorar. ¿Quién sabe?

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