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El arte de regalar: por qué hay personas que son tan buenas pensando ideas (y otras no)
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RAZONES PSICOLÓGICAS

El arte de regalar: por qué hay personas que son tan buenas pensando ideas (y otras no)

¿Sientes estrés cada vez que se acercan fechas señaladas como la Navidad al no saber con qué obsequiar a tus seres queridos? ¿O, por el contrario, disfrutas haciéndolos?

Foto: Foto: iStock.
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A muchos, la Navidad también les genera un verdadero quebradero de cabeza por una simple razón: es tiempo de regalos y sorpresas, y en este sentido, se da por hecho que conocemos al pie de la letra lo que desean nuestros familiares y amigos, cuando muchas veces no se sabe qué regalar. Al fin y al cabo, siempre puedes recurrir al presente más democráticamente aceptado como 'regalo comodín' para no defraudar: la típica colonia un poco más cara de lo normal.

Al momento de concederse los presentes, sin embargo, habrá otro que haya tenido una idea muchísimo mejor que la tuya y no puedas evitar preguntarte, con cierta envidia, por qué no se te da bien hacer regalos y qué es lo que determina que haya ciertas personas que tengan suma facilidad para pensar en algo original y auténtico mientras que otras, como tú en este caso, tengáis que hacer el mismo regalo de siempre porque no se te ocurre nada.

"A los que se les da bien regalar, su ego y la imagen de sí mismos aumentan, lo que les alienta a seguir gastando más y hacer mejores regalos"

A todas estas preguntas responde Peggy Liu, profesora asociada de administración de empresas de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, quien en un reciente artículo de la 'BBC' dibuja el perfil de aquellos que no solo saben acertar cada vez que regalan algo, sino que disfrutan verdaderamente haciéndolos. En un estudio publicado en el 'Journal of Consumer Research', argumenta que este tipo de personas son tan meticulosas con los presentes que realizan hasta un seguimiento de lo que ya regalaron el año pasado para saber si les gustó, le dan buen uso o están contentos con su elección, de tal forma que de manera natural acaban haciéndose una idea de lo que convence y gusta a la gente, sean sus amigos, familiares o compañeros.

Buenos regalos de buenas personas

La clave es la anticipación. Las prisas no son buenas, y dejarlo todo para el último momento minimiza las posibilidades de dar con una sorpresa realmente emocionante para el que es regalado. Por parte del que regala bien, Liu recalca que "tienden a ser muy buenas personas en su vida personal", y aunque no haya ninguna investigación formal que categorice concretamente los rasgos de personalidad que determinan a aquellos que siempre hacen buenos regalos, "les imprime una sensación de triunfo al comprar los obsequios perfectos".

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"Cuando luego sienten esa retroalimentación positiva al hacer el presente, mostrando una gran felicidad al haber acertado, les refuerza el ego y la imagen de sí mismos, lo que les alienta a seguir gastando más en los demás y en cuidar lo que regalan", señala la experta. "Esto puede aumentar también una sensación positiva al regalar". En este sentido, el mejor regalo es aquel que haces sabiendo que vas a hacer muy feliz a la otra persona, por lo que al final en realidad eres tú quien está siendo regalado: toda esa energía positiva, cuidado y cariño en la sonrisa que dibuja el ser querido congraciado al recibir su presente.

Por otro lado, el refuerzo positivo de que te digan que eres bueno haciendo regalos en ocasiones puede generar la sensación de que eres bueno regalando; esto te llevará a esforzarte cada vez más por hacer un regalo mejor que el anterior, de ahí que aquellos que no regalan bien no puedan salir de su situación. Una vez das un buen regalo y tienes constancia de que le ha encantado, empezarás a esforzarte por seguir haciéndolo. En cambio, si no notas ese 'feedback', estarás condenado a tener que improvisar o inventarte cualquier cosa para regalar. En otras palabras, el que acierta con sus obsequios una vez tiene más probabilidades de seguir haciendo buenos regalos que aquel que cada vez que llega una fecha señalada siente estrés frente a no saber con qué congratular a su amigo o familiar.

Una manera de conectar

Otra de las causas que motiva al que bien regala es que lo hace porque ayuda a construir relaciones más sólidas con las personas a las que obsequia. Al final, disfrutar regalando tiene que ver con querer ser más importante en la vida de otra persona. "Somos una especie muy social, y gran parte de nuestros éxitos se deben a que se nos da bien encajar en grupos y cooperar entre nosotros", explica Daniel Farrelly, profesor de psicología en la Universidad de Worcester, en Reino Unido. "Una excelente manera de hacerlo es intercambiar presentes, aceptando gastar dinero para que a la otra persona le vaya bien, y en épocas tan especies como es la Navidad es una gran oportunidad para conseguirlo".

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Además, el esfuerzo por hacer un buen regalo también nace del interés que siente alguien por causar una buena impresión o sensación en el otro. Sobre todo si tenemos una personalidad un poco fría o distante, ya que para estas personas "entregar un regalo es más fácil que tener facilidades sociales", lo que hace que recurrir a presentes para estrechar relaciones sea "particularmente atractivo" para personalidades que de otro modo no serían demasiado cálidas, recalca Farrelly. Por tanto, si sufres del estrés de no saber qué regalar, no importa tanto lo que entregues si de verdad mantienes una relación estrecha y bonita con esa persona. En caso de que quieras fortalecerla, seguramente se te ocurra algún plan, producto u objeto que de verdad le guste.

A muchos, la Navidad también les genera un verdadero quebradero de cabeza por una simple razón: es tiempo de regalos y sorpresas, y en este sentido, se da por hecho que conocemos al pie de la letra lo que desean nuestros familiares y amigos, cuando muchas veces no se sabe qué regalar. Al fin y al cabo, siempre puedes recurrir al presente más democráticamente aceptado como 'regalo comodín' para no defraudar: la típica colonia un poco más cara de lo normal.

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