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De conservador a vocacional: así define a un profesional su actitud en un empleo
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De conservador a vocacional: así define a un profesional su actitud en un empleo

En España hay cuatro perfiles profesionales: conservador, vocacional, acomodado o inconformista. Todos definen a una persona por cómo afronta su empleo

Foto: Conservador, inconformista, vocacional o acomodado. ¿Cuál es tu actitud en un empleo? Foto: iStock
Conservador, inconformista, vocacional o acomodado. ¿Cuál es tu actitud en un empleo? Foto: iStock

"¿Cómo te describirías en tu trabajo?". Esta es solo una de las muchas preguntas que, sin duda, suelen caer en las entrevistas de trabajo. Para conseguir un empleo, muchos expertos dan un solo consejo; mostrar la mejor versión de uno mismo. Ser tú mismo en un buen día, como dijo John Lees, especialista en recursos humanos. Pero, para ello, hay que saber cuál es el rasgo más característico de nuestra personalidad (y el más llamativo) y, sobre todo, qué tipo de profesionales somos.

El entrevistador va a valorar a la persona que tiene en frente, pero no se trata de caerle bien, sino de conseguir que te contrate. Para ello, es imprescindible que la empresa sepa qué actitud tomará ese candidato en su día a día en el trabajo. De hecho, hay una serie de perfiles de profesionales comunes a todos los empleados que se miden por dos parámetros: el nivel de motivación laboral y su perspectiva sobre el mundo laboral.

En definitiva, se trata de conocer la actitud del trabajador en su trabajo y, para poder responder a la pregunta del principio, el portal de empleo Infojobs ha elaborado un estudio en el que se distinguen cuatro tipos diferentes de profesionales en España; siendo uno de ellos el que destaca por encima de todos.

Conservador

Los trabajadores españoles entran dentro, en su mayoría, de la categoría de conservadores. Al menos así es según los resultados del informe de Infojobs, que determina que un 34% de los profesionales responden a este modelo. ¿Quiénes entran dentro de esta descripción? Según el estudio, se consideran profesionales conservadores aquellos que les gusta trabajar de manera autónoma (53%), sin tener que depender o poner en común su trabajo con otras personas, y se sienten cómodos en una empresa tradicional (52%) "que le proporcione transparencia y seguridad", donde hay una clara jerarquía entre empleado y directivo.

Además, el empleado conservador piensa que no le hace falta seguir formándome actualmente (47%), y es suficiente con sus conocimientos actuales. Finalmente, prefiere vivir tranquilo/a y seguro/a respecto a su trabajo (49%), aunque ello implique no llegar a lo más alto. Al leer esto, quizá la mente relacione esta actitud con un rango de edad; y lo cierto es que la generación también influye en la pertenencia a una u otra clasificación. En el caso de los conservadores, se trata de un perfil de edad media (entre 25 y 54 años), con niveles formativos básicos, que trabaja en sectores muy diversos, especialmente primario, secundario y terciario (agricultura, transporte, construcción, servicios de suministro o gestión de residuos…).

Vocacional

La segunda categoría que mejor refleja el tipo de empleados que hay en el país, según el estudio, es la de los vocacionales, que representan un 29%. Se trata de personas proactivas (83%) que no temen proponer nuevas ideas y enfrentarse a lo que venga. Para estas personas, el trabajo es su pasión (73%), además de ser la forma con la que alcanzar el crecimiento personal (70%). Es decir, no apartan el trabajo en el ámbito laboral, sino que lo acogen en su vida.

Los profesionales vocacionales, además, tienen sus objetivos claros y sus metas (69%) y, por ello, están dispuestos a no dejar de formarse. El vocacional es un segmento que se concentra en edades de 35 a 54 años, con niveles de estudios altos y ampliamente digitalizados, que se dedican especialmente a actividades profesionales, científicas o sanitarias, a educación o a información y comunicaciones.

Acomodado

No están dispuestos a mudarse por exigencias del empleo, salvo que sea estrictamente necesario (82%), le gusta la estabilidad laboral y trabajar en una empresa durante el tiempo necesario para especializarse y sentirse cómodo (74%). Así es el perfil del acomodado, para quien lo más importante es la estabilidad contractual y salarial (59%). Por ello, parece comprensible que el empleado vea el trabajo como una forma de ganar dinero (53%), un medio de vida, y prefiere también vivir tranquilo/a y seguro/a, aunque no llegue a lo más alto (50%).

Foto: Foto: iStock.

En definitiva, el trabajo no le motiva especialmente (42%), sino que es más bien una obligación para ganar dinero y así poder dedicarse a lo que realmente le interesa. El acomodado es un perfil más maduro con un nivel de estudios básico y muy poco digitalizado, y que se dedica especialmente a sectores como hostelería, industria o servicios administrativos y auxiliares.

Inconformista

"Es el perfil más atípico entre los trabajadores en España", según recalca el estudio. Le gusta estar a la última en digitalización y está constantemente formándose y ampliando sus conocimientos. Ahora bien, el trabajo no le motiva especialmente, sino que es una obligación que le permite ganar dinero para dedicarse luego a lo que realmente le interesa, mas o menos como el acomodado.

A la hora de escoger un trabajo, se decanta por las empresas que apuestan por el talento, que ofrecen proyectos retadores y que trabajan en la mejora continua y el crecimiento profesional continuado. Finalmente, está dispuesto/a a cambiar de ciudad, comunidad autónoma o incluso país si se le presenta una buena oportunidad laboral. El inconformista es un perfil joven y mayoritariamente masculino, con cierto nivel formativo y altamente digitalizado, que trabaja en sectores de información y comunicaciones o administrativos y servicios auxiliares.

"¿Cómo te describirías en tu trabajo?". Esta es solo una de las muchas preguntas que, sin duda, suelen caer en las entrevistas de trabajo. Para conseguir un empleo, muchos expertos dan un solo consejo; mostrar la mejor versión de uno mismo. Ser tú mismo en un buen día, como dijo John Lees, especialista en recursos humanos. Pero, para ello, hay que saber cuál es el rasgo más característico de nuestra personalidad (y el más llamativo) y, sobre todo, qué tipo de profesionales somos.

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