Un piloto de avión logra que una pasajera supere su miedo a volar
El capitán de la tripulación ha escrito una carta asegurándola que iba a realizar el aterrizaje “con la mayor precisión posible”
Yulia Kolosova es una mujer que vive en la ciudad siberiana de Novosibirsk (Rusia) que hasta hace poco temía subirse a un avión. Animada por sus amigas, la joven ha decidido coger un vuelo a San Petersburgo (ubicada a casi 4.000 kilómetros de distancia) para ahorrarse los dos días de viaje por tierra.
Aunque no ha habido ningún percance en el trayecto a la ciudad norteña, la siberiana se ha negado a ocupar el asiento que hay junto a la ventana (y así evitar mirar la vista que ofrecía). En su lugar, ha escogido el sitio más cercano al pasillo.
"El viaje fue maravilloso, aunque espontáneo. La ciudad es hermosa, amable, atmosférica", ha contado la propia Yulia a un medio local ruso. Sin embargo, la mujer confiesa haber percibido señales de mal augurio en los instantes previos al vuelo de vuelta a su natal Novosibirsk.
Antes de subir al avión, el personal de la aerolínea ha roto el billete de Kolosova. Más en concreto, por la parte en la que estaba impreso su nombre. La pasajera ha considerado este gesto como una mala señal y ha provocado que entrara en pánico.
Así ha tranquilizado a la joven
"Casi me bajé del avión, porque mi tarjeta de embarque fue arrancada y mi nombre no era visible", ha indicado la pasajera. Aunque Yulia ha podido subir aparentemente sin problemas, la angustia no ha dejado de incrementarse en su interior a lo largo del trayecto.
Durante el viaje, una azafata ha animado en todo momento a la joven, preguntándole cómo se encontraba y si había algo que pudiera hacer. A menos de media hora del descenso, la empleada le ha entregado a la pasajera un papel. Acurrucada en su asiento, Kolosova ha leído las palabras escritas por el capitán de la tripulación.
"Querida niña, no tengas miedo y no te preocupes. En 20 minutos comenzaremos nuestro descenso. Intentaremos aterrizar con la mayor precisión posible." La joven rusa ha confesado que, desde entonces, ha superado su miedo a volar y está deseosa de viajar a más lugares, tanto dentro como fuera del país.
Yulia Kolosova es una mujer que vive en la ciudad siberiana de Novosibirsk (Rusia) que hasta hace poco temía subirse a un avión. Animada por sus amigas, la joven ha decidido coger un vuelo a San Petersburgo (ubicada a casi 4.000 kilómetros de distancia) para ahorrarse los dos días de viaje por tierra.
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