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Por qué te araña tu gato (y cómo evitar que suceda)
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Por qué te araña tu gato (y cómo evitar que suceda)

Se conoce como agresión inducida por caricias, y es importante comprender por qué esta reacción (bastante común, por otro lado), sucede, para luchar contra ella

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Los gatos son esos seres que nos permiten vivir en su hogar mientras nos hacen creer que en realidad es el nuestro. En general, quizá porque no han evolucionado a nuestro lado de la misma manera que los perros, sino de forma más independiente, no podemos evitar compararlos. Es cierto que los mininos pueden parecer más fríos e indiferentes, de hecho, un estudio realizado en Japón llegó a la conclusión de que a tu gato le dais igual tanto tú como tu enemigo (pero eso mejor te lo contamos aquí).

Si eres, a pesar de todo, fan de los gatos, probablemente te habrás sentido traicionado y herido cuando tu mascota te pegó un zarpazo después de que intentaras acariciarle. Según los psicólogos, eso se conoce como agresión inducida por caricias, y es importante comprender por qué esta reacción (bastante común, por otro lado), sucede, para poder evitarla. Lo más probable es que las caricias sean demasiado intensas.

Respeta su decisión

Llámalo o espera a que se acerque, que es mucho mejor que ir directamente a cogerlo. Si llega y quiere llamar tu atención de algún modo (frotándose contra ti, por ejemplo), será buena señal. Si no lo hace, respeta su elección.

A la mayoría de los gatos les gusta que les acaricien el área de la cabeza y la cara, pero no la barriga y la cola

Limítate a acariciarlo en aquellos lugares en los que le gusta, para la mayoría de los gatos eso es alrededor de la cabeza y la cara. Generalmente no les gusta el área de la barriga y la cola (aunque hay excepciones). Si te muestra la tripa es que te está invitando a tocarla, pero ellos prefieren sesiones de caricias breves pero frecuentes.

Aprende a entender su comportamiento

Su lenguaje corporal te ayudará a comprender si está disfrutando de las caricias o no. En particular, busca signos de excitación y detente si los ves (pupilas agrandadas, cola temblorosa...), esto podría ser un signo de que es demasiado afecto para él y podría atacarte para que te detengas.

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Probablemente también cambien los sonidos que hace (dejará de ronronear, maullar o incluso te gruñirá). El estrés puede llevar a que sea menos tolerante a las caricias.

No lo castigues

Nunca le castigues por responder negativamente a tus caricias. Gritarle, rociarlo con agua o empujarlo es cruel y contraproducente, y podría estresarle o hacerle sentir ansioso. Si quieres entrenarlo para que se siente en tu regazo, lo mejor es que uses refuerzos positivos como las golosinas.

Aprécialo por quién es

Hay que asumir que algunos gatos son más cariñosos que otros, es posible que a algunos no les guste que los acaricien en absoluto, y mucho menos durante un período de tiempo largo. Es mejor apreciarlo por lo que es y dejar que sea cariñoso en sus propios términos.

La relación del gato con cada miembro de la familia también afectará la forma en que quieren que lo acaricien. Aunque pueden ser amigables con casi todos, algunos gatos son mucho más exigentes con sus amigos humanos. Tal vez tu mascota en concreto esté feliz de que los miembros de la familia lo acaricien, pero no querrá que los visitantes lo hagan. Está bien así. Una vez más, respeta los deseos de tu gato y no permitas que la gente que lleva nueva lo moleste, por mucho que expresen su amor a los felinos. Cuando comprendas lo que quiere, es mucho menos probable que ocurra la agresión inducida por las caricias.

Los gatos son esos seres que nos permiten vivir en su hogar mientras nos hacen creer que en realidad es el nuestro. En general, quizá porque no han evolucionado a nuestro lado de la misma manera que los perros, sino de forma más independiente, no podemos evitar compararlos. Es cierto que los mininos pueden parecer más fríos e indiferentes, de hecho, un estudio realizado en Japón llegó a la conclusión de que a tu gato le dais igual tanto tú como tu enemigo (pero eso mejor te lo contamos aquí).

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