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La historia de Houdini: el mejor cerrajero del mundo
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La historia de Houdini: el mejor cerrajero del mundo

Los prestidigitadores actuales todavía siguen haciendo variaciones de los increíbles trucos del que ha sido el mejor ilusionista y escapista de todos los tiempos

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

Si a Harry Houdini (o Erich Weiss, que era su nombre verdadero) le hubieran dicho cuando contaba la tierna edad de ocho años, que se convertiría en el mago más famoso de todos los tiempos, quizá se habría reído. Por aquel entonces se dedicaba a vender periódicos y a lustrar zapatos para poder ayudar a su familia, que pasaba por dificultades económicas. Había nacido en Budapest en 1874, que en aquella época pertenecía aún al Imperio Austrohúngaro, y aunque sobrevivía como podía, pronto la magia tuvo un gran impacto en él: su vida cambió para siempre el día en que su padre (rabino frustrado) le llevó a ver la actuación de un mago viajero conocido como Doctor Lynn.

Cuando aún no tenía diez años ya había formado un circo casero con sus amigos del barrio, que pronto se le hizo pequeño y le hizo marcharse de casa en busca de circos ambulantes y otros lugares con encanto, más propios de finales del siglo XIX. Por poco tiempo, sin embargo, pues la familia decidió emigrar a Estados Unidos y Erich fue con ellos al cumplir 13 años. Al llegar al país de las oportunidades, consiguió en Nueva York unos cuantos trabajos que le sirvieron para continuar ayudando a su familia, pero en ningún momento descuidó el aprendizaje de la magia, que combinaba con otro hobby: la natación.

Su vida cambió para siempre el día en que su padre le llevó a ver la actuación de un mago viajero conocido como Doctor Lynn

El nombre de Harry Houdini se lo debió al libro 'The Memoirs of Robert-Houdin, Ambassador, Author, and Conjuror, Written by Himself' (o 'Las memorias de Robert-Houdin, embajador, autor y conjurador, escritas por él mismo'). Contaba la historia del mago Jean Eugène Robert-Houdin, del que sacó el apellido que se haría famoso en el mundo entero (añadiendo, eso sí, una "i" final). Así, en la Tierra prometida, se desprendía para siempre de sus orígenes húngaros.

Los primeros trucos

Primero con su hermano Theo y después con la que se convertiría en su esposa, Beatrice, sus inicios en la magia se basaron más en trapecismo y juegos de cartas, aunque haya pasado a la posteridad por sus trucos de escapismo. Fue un tour por Europa lo que le dio la fama, y después continuó en Broadway, pero los trucos por los que realmente se hizo famoso fueron 'la metamorfosis' y 'las esposas'.

A Houdini le bastaba con echar un vistazo a las esposas para saber la llave que necesitaban para abrirse, aunque él mismo aseguraba poder abrirlas golpeándolas contra el suelo

La metamorfosis. Presentado por primera vez en 1894 y patentado por sí mismo, el ilusionista era atado e introducido dentro de un saco que a su vez se metía en un baúl, todo asegurado con candados. Su asistente (Beatrice) subía encima del baúl, levantaba la cortina y aparecía Houdini, liberado y ocupando el lugar de la mujer. Se estima que realizó ese truco en más de 10.000 ocasiones y, aún hoy, otros prestidigitadores suelen hacer variaciones del mismo truco en sus 'shows'.

Las esposas. Probablemente el truco por el que Harry Houdini pasó a la historia, pues se le conocía como 'el rey de las esposas'. Como señalábamos antes, fue en su gira europea en la que comenzó a cosechar su éxito futuro, y según cuentan solía autopromocionarse presentándose en una ciudad ante el jefe de la policía local y un grupo de periodistas. Proponía su reto (que era publicado en los periódicos), y luego era encerrado, atado o encadenado. Cuando conseguía liberarse, su hazaña obtenía nueva promoción en prensa.

Houdini, un gran cerrajero

En realidad, Houdini era un magnífico cerrajero. En la biografía 'Houdini' de Eduardo Caamaño, publicada en 2016 por Almuzara, se ahonda más en ese aspecto cerrajero del mago, que había trabajado como aprendiz y eso le había hecho tener un conocimiento absoluto de cerraduras. En aquella época había tan solo un centenar de llaves para todas las cerraduras del mundo y el 70% se abría con la misma llave maestra. A Houdini le bastaba con echar un vistazo a las esposas para saber la llave que necesitaban para abrirse, aunque él mismo aseguraba poder abrirlas golpeándolas contra el suelo. Pese a que los secretos de sus trucos continúan siendo bastante misteriosos, el consenso general es que ocultaba ganzúas, llaves y otras herramientas en los orificios de su cuerpo o directamente las tragaba y después las regurgitaba.

Tras aprenderse todas las cerraduras del mundo, se propuso imaginar cerraduras aún no inventadas y cómo se abrirían

Algunas muestras de su pericia: en 1904, en el teatro Hippodrome de Londres, Houdini consiguió liberarse de las "Mirror", un par de esposas especiales diseñadas por un mecánico británico que invirtió cinco años en fabricarlas. Antes, en 1901, en Colonia, fue acusado de fraude y llevado ante los tribunales. Explica Jason Lutes en 'Berlín: Ciudad de Piedras': "La policía le había encargado a un maestro mecánico, el mejor de Alemania, una cerradura perfecta que, una vez cerrada, no se podía abrir ni con su propia llave. Houdini se había pasado la vida estudiando cerraduras, desmantelándolas y reconstruyéndolas, e imaginando cómo se podrían abrir. Tras aprenderse todas las cerraduras del mundo, ¡se propuso imaginar cerraduras aún no inventadas y cómo se abrirían! Por tanto, ya había imaginado la cerradura alemana".

A esos trucos les siguieron algunos de mayor complejidad, que también han pasado a la historia: uno de ellos consistía en colgarse boca abajo de una cuerda en la azotea de un edificio ataviado con una camisa de fuerza de la que se intentaba liberar. La conocida como 'Cámara de tortura china' es quizá la más famosa: el mago se sumergía en un habitáculo lleno de agua, boca abajo y con los pies sujetos a la tapa que se utilizaba para cerrar la caja de manera hermética. Después, se cubría con un telón. El ilusionista conseguía escapar en menos de cuatro minutos, aunque sus colaboradores siempre sostenían un hacha por si acaso, que en realidad nunca tuvieron que utilizar.

placeholder Harry Houdini tardó varios años en llevar la celda de tortura acuática a los escenarios por la complejidad del truco (Wikimedia)
Harry Houdini tardó varios años en llevar la celda de tortura acuática a los escenarios por la complejidad del truco (Wikimedia)

Cuando ya había cosechado fama mundial, hizo desaparecer un elefante en uno de sus números de Broadway. Los 'shows', que se basaban principalmente en la tensión psicológica de que el mago pudiera sobrevivir o no, le sirvieron para amasar una considerable fortuna que le permitió disfrutar de otras aficiones como el cine o la aviación: en 1919 fue la primera persona en sobrevolar Australia.

Houdini y el espiritismo

La muerte de su madre en 1913 le acercó más tarde al espiritismo, animado por Arthur Conan Doyle, que era un espiritista convencido, puesto que había perdido a su hijo en la Primera Guerra Mundial. En realidad, su relación con el espiritismo duró poco. Cuando una médium intentó contactar con el espíritu de su madre, le dio el mensaje en inglés, pero en realidad, la madre de Harry solo hablaba una mezcla de alemán, húngaro y yiddish, lo que le llevó a emprender una cruzada contra los que consideraba un grupo de farsantes "traficantes de la inmortalidad". Eso le valió también su enemistad con Conan Doyle, especialmente cuando Houdini desenmascaró una actuación de la esposa del escritor, que era una conocida médium de la época.

placeholder Houdini con su madre y su esposa. (Wikimedia)
Houdini con su madre y su esposa. (Wikimedia)

De hecho, Beatrice y él idearon un código secreto para poder desenmascarar a los farsantes: si alguna vez Harry contactaba a su esposa a través de algún médium, le diría diez palabras secretas que solo ellos dos conocían. En 1926, un grupo de estudiantes se acercó después de una función a preguntarle si podían golpearle en el abdomen para comprobar si su resistencia física era tan increíble como aseguraban. El mago aceptó, pero uno de los estudiantes le golpeó demasiado fuerte (según las crónicas era boxeador en la universidad), provocándole una rotura del apéndice, que ya tenía inflamado.

Beatrice y él habían ideado un código que él mandaría desde el Más Allá si su mujer hacía una sesión de espiritismo. Ella probó durante diez años, sin éxito

A pesar de la fiebre, siguió con sus espectáculos, hasta que un día se desmayó durante uno de ellos. El resultado médico fue claro: peritonitis en estado avanzado. Tras pasar varios días luchando contra la infección falleció un 31 de octubre de 1926. Tenía 52 años y una multitud de dos mil personas acudió al evento. Con él, moría el mito del ilusionista más famoso de todos los tiempos, que se llevó a la tumba los secretos de muchos de sus trucos. Años más tarde, comenzó a circular una leyenda sobre su muerte, que aseguraba que había perecido intentando realizar uno de sus trucos más peligrosos.

Jamás volvió a comunicarse con Beatrice con el código que idearon antes de su muerte. Al cabo de diez años de celebrar sesiones intentándolo, sin éxito, Beatrice apagó una vela que simbólicamente había mantenido encendida junto a la fotografía del mago, diciendo: "Diez años son suficientes para esperar por cualquier hombre". Aunque Harry Houdini era muchas cosas, pero nunca un hombre cualquiera.

Si a Harry Houdini (o Erich Weiss, que era su nombre verdadero) le hubieran dicho cuando contaba la tierna edad de ocho años, que se convertiría en el mago más famoso de todos los tiempos, quizá se habría reído. Por aquel entonces se dedicaba a vender periódicos y a lustrar zapatos para poder ayudar a su familia, que pasaba por dificultades económicas. Había nacido en Budapest en 1874, que en aquella época pertenecía aún al Imperio Austrohúngaro, y aunque sobrevivía como podía, pronto la magia tuvo un gran impacto en él: su vida cambió para siempre el día en que su padre (rabino frustrado) le llevó a ver la actuación de un mago viajero conocido como Doctor Lynn.

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