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Los peligros de trabajar desde la cama, según un estudio
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Los peligros de trabajar desde la cama, según un estudio

Según un estudio de noviembre de 2020, el 72% de 1.000 estadounidenses encuestados dijeron haber trabajado en la cama en algún momento de la pandemia

Foto: Fuente: iStock.
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Abres los ojos cuando suena el despertador y das un salto de la cama para... volver a ella. Después de tomarte un café, claro. El teletrabajo ha llegado a nuestras vidas pisando fuerte, y aunque los españoles parecen contentos en general con esta nueva forma de conciliar vida laboral y personal, en la que comemos en casa, nos evitamos atascos y la mesa del salón se ha convertido en nuestro despacho, no está exenta de peligros.

Las primeras voces se alzaron al comienzo de la pandemia, cuando aconsejaban que, por el bien de nuestra salud mental, no trabajásemos en pijama. En otras palabras, que nos vistiésemos como si acudieramos a la oficina aunque no fueramos a salir de nuestro cómodo hogar. No solo hay personas que no siguieron este consejo, sino que directamente se han acostumbrado a trabajar desde la cama. ¿Conoces alguna que te lo haya confesado? ¿Quizá eres tú?

Una de cada diez personas informó que pasaba "la mayor parte o la totalidad de su semana laboral" (de 24 a 40 horas o más) en la cama

No estás solo, según un estudio de noviembre de 2020, el 72% de 1.000 estadounidenses encuestados dijeron haber trabajado en la cama en algún momento de la pandemia. Uno de cada 10 informó que pasaba "la mayor parte o la totalidad de su semana laboral" (de 24 a 40 horas o más) en la cama. En Reino Unido, según informa 'BBC', los trabajadores de 18 a 34 años son los que tienen menos probabilidades de tener un escritorio y una silla adecuados, lo que implica que tienen más probabilidades de acabar trabajando en el lugar al que acuden a buscar el sueño por la noche.

Algo no anda bien. Convertir tu cama en tu lugar de trabajo, por muy bien que quede en instagram, pero puede desencadenar una serie de problemas mentales y físicos. Tu cuello, espalda, caderas y demás se tensan cuando están sobre una superficie suave que los alienta a desplomarse sobre ella, y los jóvenes son particularmente propensos a ser víctimas de estos malos hábitos, porque es posible que no sientan la tensión inmediatamente, sino que el dolor llegará cuando el mal ya esté hecho. Estas dolencias pueden incluir dolores de cabeza simples y también pueden extenderse a rigidez permanente en la espalda, artritis y lo que se conoce como dolor cervical, es decir: dolor en los huesos, ligamentos y músculos del cuello que permiten el movimiento.

Si quieres trabajar desde la cama (aunque no debes) por una almohada debajo de tus rodillas e intenta colocar la pantalla al nivel de tus ojos o más arriba

Si por algún motivo te empeñas en trabajar desde la cama, intenta al menos mejorar la postura, como si estuvieses sentado en una silla vertical, y evita ejercer presión en cualquier parte de tu cuerpo. Para ello, es buena idea que enrolles una almohada o manta y la coloques en tu espalda, como soporte lumbar, y que pongas otra debajo de tus rodillas. También debes intentar colocar la pantalla al nivel de tus ojos o más arriba. Y, por supuesto, no escribas bocabajo.

Cuando te pasas el día tumbado en la cama trabajando no solo te estás haciendo el polvo los riñones, tampoco contribuyes a empeorar tu productividad o hábitos de sueño. Los especialistas en sueño recomiendan que la cama se utilice únicamente para dormir, hacer el amor o cuando te encuentras enfermo. Si la usas para trabajar, comer o jugar a videojuegos, tu cerebro poco a poco irá asimilando que se puede utilizar para todo, y esa asociación te llevará a dormir peor. De ahí que la higiene del sueño sea tan importante.

Los especialistas recomiendan practicar la higiene del sueño y que la cama se utilice únicamente para dormir, hacer el amor o cuando te encuentras enfermo

Hacer esto durante un año, o cualquier período de tiempo prolongado, podría provocar insomnio o algo llamado trastorno del ritmo circadiano. Y aunque es posible que trabajar desde la cama no sea necesariamente algo que puedas cambiar, o que quieras cambiar, es importante tener en cuenta que es posible que tu cuerpo y tu cerebro no sientan las consecuencias en este momento pero si en el futuro. Y si algo nos ha enseñado la pandemia es que, en cuanto a salud se refiere, es mejor prevenir que curar.

Abres los ojos cuando suena el despertador y das un salto de la cama para... volver a ella. Después de tomarte un café, claro. El teletrabajo ha llegado a nuestras vidas pisando fuerte, y aunque los españoles parecen contentos en general con esta nueva forma de conciliar vida laboral y personal, en la que comemos en casa, nos evitamos atascos y la mesa del salón se ha convertido en nuestro despacho, no está exenta de peligros.

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