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Por qué los hombres no pueden tener varios orgasmos seguidos
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CURIOSIDADES SEXUALES

Por qué los hombres no pueden tener varios orgasmos seguidos

La curva de excitación humana lo deja muy claro: los hombres, una vez que alcanzan el clímax, es muy difícil que puedan continuar. Pero, ¿esto en verdad puede evitarse?

Foto: Foto: iStock.
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Existe mucho miedo y vergüenza entre el género masculino a reconocer sus deficiencias en la cama. Así lo atestiguan los y las profesionales del mundo de la sexología, quienes aseguran que a la hora de preguntarles en las encuestas siempre tienden a referirse a sus relaciones íntimas mejor de lo que acaban siendo en la realidad. Los problemas más comunes son de disfunción eréctil y eyaculación precoz, ambos relacionados con la incapacidad de disfrutar sexualmente o bien todo lo contrario, por un exceso de excitación que lleva al hombre a acabar antes de tiempo.

Lo que sí que es cierto, en general para todos, es que una vez se descorcha el champán luego cuesta mucho volver a poner el tapón de nuevo y esperar a que vuelva el gas que dé paso a otro gran descorchamiento. Muchos tendrán sus trucos para continuar a pesar de esto y otros aún no han descubierto la fórmula secreta para proseguir con la relación íntima cuando uno de los dos ya ha alcanzado el clímax y el otro no. Sea como sea, es importante aclarar en este punto que las relaciones sexuales entre hombres y mujeres muchas veces pecan de coitocentrismo, de ahí que se vea como imprescindible que el miembro viril permanezca erecto el mayor tiempo posible.

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Pero la realidad no es como las películas porno, y seguramente te hayas tenido que enfrentar a una situación en la que tú acabas y ella no, o bien dejas de estar excitado mientras que tu pareja sexual puede seguir durante unos cuantos minutos más. Esto se produce por la famosa curva de la excitación humana que explica cómo el hombre entra en un período refractario después del orgasmo que le impide continuar, a diferencia de la mujer, la cual puede llegar a tener orgasmos múltiples con mucha mayor facilidad.

placeholder Gráfico de la respuesta sexual humana de Masters y Johnson.
Gráfico de la respuesta sexual humana de Masters y Johnson.

Como vemos en el gráfico, la respuesta sexual masculina tiene un período de meseta mucho más corto y pronunciado que deriva en una etapa de resolución larga hacia un período refractario absoluto. La mujer, por su parte, tiene un orgasmo más duradero y con posibilidad de forma de sierra, lo que abre la puerta a experimentar orgasmos múltiples antes de llegar el período de resolución y posterior decaída. Pero, ¿hay alguna forma de engañar a los preceptos biológicos para conseguir llegar al clímax más de una vez en una relación sexual siendo hombre?

15.000 espermatozoides por segundo

Por norma general, pero como todo en la vida, siempre hay excepciones. Hay que tener en cuenta, según explica un reciente artículo de 'Mel Magazine' que aborda el tema, de que los testículos producen alrededor de 1.500 espermatozoides por segundo, de ahí que no se pueda hablar de una carencia de fluidos dispuestos para el orgasmo masculino. Estos no son el problema, pues el verdadero impedimento para continuar con la relación después del clímax no deja de ser la falta de erección.

Los adultos más mayores pueden llegar a tardar 24 horas en volver a recuperar su capacidad de excitación

"Después de la eyaculación, el pene le dice al cerebro que ya no necesita ese suministro extra de sangre", comenta Muhammad Mirza, sexólogo estadounidense. Por ello, se redestribuye la sangre por todo el cuerpo. ¿Y después, qué? Toca esperar. El proceso de excitación debe comenzar de nuevo. En los adolescentes o edades tempranas puede llegar a tardar apenas unos minutos, mientras que los adultos deben esperar 30 minutos de media. A medida que ganamos en edad nuestra facilidad de excitación disminuye. Los adultos más mayores pueden llegar a tardar 24 horas en volver a recuperar su capacidad de excitación.

Pero el partido no solo se juega en el órgano viril. También en el cerebro. Este libera dopamina durante el período de excitación llegando a su punto máximo en el orgamo. Una vez que este sucede, el deseo sexual se disipa rápidamente porque el cerebro ya está liberando otras sustancias químicas de diferentes efectos a la excitación. Primero la dopamina, que es la responsable de que sientas cierta somnolencia o sensación de pereza después del orgasmo, seguida de la oxitocina, la cual favorece la conexión con la pareja sexual a un plano físico pero ya no sexual. Ambas, cuando se combinan, producen ganas de dormir más que de seguir con la fiesta.

¿Qué se puede hacer?

Hay infinidad de gurús del sexo que prometen acabar con la curva de la respuesta sexual y equilibrarla para que hombre y mujer puedan disfrutar del encuentro sexual el mismo tiempo y con la misma intensidad. Muchos tienden a asegurar que con práctica y paciencia se puede llegar a superar esa barrera del 'orgasmo terminal' por el cual llega un punto en el que ellos ya no pueden continuar. ¿Cómo? Lo primero pasa por conocer qué nos excita y cómo respondemos ante ello, así como intentar manejar y gestionar los distintos niveles de excitación.

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Para ponerlo en práctica, lo mejor es que investigues en solitario, por tí mismo. Detener una eyaculación inminente no es del todo bueno, como indican muchas sexólogas, ya que al fin y al cabo es como si estuvieras negando a tu cuerpo la obtención de ese momento de placer. Por tanto, lo que puedes es analizar tu propia escala de placer e intentar dominarla. Al igual que sucede con las mujeres, si practicamos ejercicios del control del suelo pélvico podremos aumentar nuestra capacidad de disfrutar con el sexo. Y también de saber gestionar esa energía sexual que te invade y que suele terminar en una intensa sacudida.

Existe mucho miedo y vergüenza entre el género masculino a reconocer sus deficiencias en la cama. Así lo atestiguan los y las profesionales del mundo de la sexología, quienes aseguran que a la hora de preguntarles en las encuestas siempre tienden a referirse a sus relaciones íntimas mejor de lo que acaban siendo en la realidad. Los problemas más comunes son de disfunción eréctil y eyaculación precoz, ambos relacionados con la incapacidad de disfrutar sexualmente o bien todo lo contrario, por un exceso de excitación que lleva al hombre a acabar antes de tiempo.

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