Disforia postcoital: por qué te ríes cuando vas a llegar al orgasmo
¿Alguna vez estabas a punto de llegar al clímax y no pudiste reprimir unas sonoras carcajadas? No te preocupes, no estás solo y hay motivos
Una carcajada durante el clímax puede ser desconcertante para tu pareja, pero es posible que suceda. Igual que esa tristeza a la que se conoce como disforia postcoital, y que alcanza a algunas personas después del sexo, también es posible que en ese momento tan íntimo que vivimos con nuestra pareja nos entren unas irremediables ganas de echarnos a reír.
Si alguna vez te ha sucedido algo así, no te preocupes que no estás solo. "Soy una mujer de 37 años y llevo 10 meses con mi pareja", explica una persona que no ha querido compartir su nombre en el rotativo 'The Guardian'. "Mi novio y yo disfrutamos de una vida sexual activa y estamos profundamente enamorados. No lo veo como un problema pero, recientemente, cada vez que tengo un orgasmo, experimento una risa maníaca. Nunca antes me había pasado esto pero tampoco había tenido orgasmos tan fuerte. Mi novio lo encuentra divertido pero luego le cuesta llegar al clímax, así que creo que está un poco desconcertado. Me preocupa que se convierta en un problema", relata.
Llantos, risas y convulsiones
En realidad este fenómeno tan peculiar podría no serlo tanto, según detalla un análisis publicado en 2019 en 'Journal of Research in Personality'. Los investigadores observaron en un análisis con un total de 154 parejas que la risa tenía efectos positivos, especialmente en las mujeres. De hecho, fue señalado como un factor que incidía en la satisfacción sexual de las parejas, que manifestaron sentir mayor atracción mutua si podían reír juntos. Además, tiene algo en común con esa llegada al clímax tan deseada: cuando nos reímos también liberamos hormonas que nos hacen sentir bien -endorfinas, dopamina, serotonina, adrenalina-.
Un estudio descubrió fenómenos aún más raros en gente que iba a llegar al orgasmo: dolores en distintas partes del cuerpo e incluso estornudos
Las carcajadas y los llantos podrían estar muy relacionados. Aunque parece un poco anticlimático que uno de los dos miembros de la pareja se ponga a llorar en mitad del sexo, el punto G podría ser el culpable. Generalmente les sucede a las mujeres, y no está asociado con lo mala que ha sido la experiencia sino con el placer. Puedes llorar después de un orgasmo y también durante el mismo. Liberamos oxitocina, y esa relajación puede ayudarnos a coger el sueño. De igual manera también liberamos prolactina al torrente sanguíneo, y eso es lo que en muchas ocasiones nos hace sentir la necesidad de besar, acariciar y expresar a nuestra pareja cariño cuando hemos terminado. El punto G es como un botón de catársis, una sobredosis de sensaciones físicas que puede causar también esa avalancha de lágrimas.
Así pues, tanto la risa como el llanto parecen servir para liberar hormonas y, en general, nervios. Hay que tener en cuenta que tu estado de ánimo también influirá mucho en cómo afrontes ese momento de placer. No obstante, ambos son bastante normales en comparación con otros efectos secundarios que se han registrado durante el orgasmo. Un compendio de varios estudios publicados también en el 'Journal of Research in Personality' a los que se llamó '¿Clímax o solo te estás riendo de mí? Fenómenos raros asociados con el orgasmo', demostraron que la risa es, dentro de todos ellos, lo más normal y agradable.
La risa durante el sexo tiene efectos positivos. Fue señalado como un factor que incidía en la satisfacción sexual de las parejas
Por ejemplo, se registraron casos de debilidad muscular (conocida generalmente como cataplexia) o estornudos (más comunes en hombres que en mujeres). Esto último, según los expertos, podría deberse a que los estímulos del sexo activan múltiples partes del sistema nervioso parasimpático. Se comprobaron fenómenos aún más raros como convulsiones, dolores en los pies, oídos, cabeza o cara (que duraban desde minutos hasta horas). En el caso de los pies en particular, al investigarlo, se descubrió que una mujer de 55 años experimentaba sensaciones de orgasmo en su pie izquierdo después de haber pasado un tiempo en una unidad de cuidados intensivos. Se determinó que era un tipo de epilepsia refleja donde el orgasmo servía como estímulo.
Sea como fuere, si eres de los que les entra la risa floja durante el sexo, piensa que no debe ser un problema en absoluto. Afortunadamente para ti, tu 'síntoma' te está aportando dos dones saludables: placer sexual y risa, así que tienes bastante suerte. Piénsalo así la próxima vez que tu pareja te mire extrañada porque no puedes reprimir las carcajadas.
Una carcajada durante el clímax puede ser desconcertante para tu pareja, pero es posible que suceda. Igual que esa tristeza a la que se conoce como disforia postcoital, y que alcanza a algunas personas después del sexo, también es posible que en ese momento tan íntimo que vivimos con nuestra pareja nos entren unas irremediables ganas de echarnos a reír.