Hacer ejercicio a bajas temperaturas quema el triple de grasa

Cuando hace frío, lo mejor es entrenar al aire libre. Sobre todo si tu objetivo es adelgazar. No hace falta realizar grandes rutinas a la intemperie. Un estudio de la Universidad Laurentian (Canadá) asegura que realizar pequeños entrenamientos intensos (los denominados HIIT, ejercicios de intervalos de alta intensidad) a 0º quema "el triple de grasa" que la misma rutina a 21º.

Según explica Science Alert, han realizado un estudio con 11 voluntarios adultos "moderadamente aptos y con sobrepeso". Es decir, nada de deportistas profesionales. Realizaron el mismo circuito a diversa temperatura. El entrenamiento consistía en diez sprint en bici de un minuto al 90 por ciento de esfuerzo. Entre cada aceleración, recuperaban sin parar de pedalear durante 90 segundos, pero esta vez a un 30 por ciento de esfuerzo. Al finalizar, bajaban pulsaciones a un ritmo más suave.

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Cuando nuestros cuerpos se activan, son más capaces de procesar nutrientes y niveles regulares de lípidos o grasas en la sangre. Para comprobarlo, midieron la temperatura de la piel de los voluntarios, la temperatura corporal central, la frecuencia cardíaca y la cantidad de oxígeno entregado a los músculos del cuádriceps.

¿Y qué pasa al día siguiente?

Pero no solo comprobaron los efectos del denominado "metabolismo agudo", durante el ejercicio de alta intensidad, sino que también estudiaron qué ocurría después: "el metabolismo postprandial" (después de una ingesta) al día siguiente. Así, después de tomar un desayuno con alto contenido en grasa, les volvieron a sacar sangre y midieron los niveles de insulina, glucosa y triglicéridos. Querían calcular de nuevo las tasas de oxidación de lípidos y ver si los beneficios comprobados después del ejercicio se mantenían.

Durante el ejercicio a bajas temperaturas la oxidación de lípidos había aumentado en un 358%, pero no hubo ninguna diferencia sustancial después del desayuno a la mañana siguiente (el período "postprandial"). Incluso los que realizaron ejercicio a una temperatura más agradable de 21ºC tenían mejor respuesta glucémica (el cambio en los niveles de azúcar en sangre).

Los autores del estudio quieren ampliar el experimento y comprobar cómo la temperatura ambiente afecta a la quema de grasa durante sesiones cortas de ejercicio intenso. Ya se sabía que el frío ayuda a activar la adiponectina, una hormona secretada por los adipocitos que favorece la quema de grasa. Pero eso sí, hay que estar bien equipado para evitar la "hipotermia" y realizar un calentamiento más intenso para evitar lesiones, ya que ligamentos y tendones pueden estar menos laxos cuando la temperatura es más baja.