Gana un millón a la lotería porque su mujer le obligó a comprar dos boletos

Ganar un gran premio a la lotería es el sueño de todos aquellos que participan de forma habitual en los juegos de azar. Sin embargo, tienen la misma probabilidad de ganar aquellos que juegan cada semana que quienes se acercan por primera vez al mundo de la suerte: es la fortuna la que decide quién se lleva un premio millonario y quién no.

Kevin Francis tiene una rutina diaria que le lleva cada mañana hasta su quiosco de confianza para comprar su periódico. Tiene 62 años y trabaja como encargado de mantenimiento, por lo que nunca hubiera imaginado que una mañana él fuera la foto de portada del periódico de su ciudad y que todos sus vecinos le iban a ver convertido en millonario.

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La razón hay que buscarla en un boleto de lotería, una de esas tarjetas rasca y gana que cada vez tienen más popularidad. Sin embargo, a Kevin no le cambió la rutina y un día después de ganar un millón de libras a la lotería, 1,1 millones de euros aproximadamente, volvió a su quiosco de siempre para volver a comprar su periódico de costumbre.

Millonario por sorpresa

Steve Hoe, el encargado de la tienda, reconoce que "causó un gran revuelo cuando llegó al día siguiente como de costumbre y nos dijo que se había llevado el premio gordo". Sin embargo, detrás de este premio había algo más, ya que Kevin Francis no solía comprar boletos de lotería con asiduidad: esta vez hubo una razón de peso para que lo hiciera.

Kevin se gastó 10 libras, apenas 11 euros, que le han hecho ganar más de un millón

Tal y como ha explicado Steve Hoe, "durante años, Kevin ha venido regularmente como un reloj para comprar su periódico. No siempre compra tarjetas de rasca y gana y esta vez solo lo hizo porque su esposa se lo pidió, por lo que compró dos tarjetas del juego Merry Millions, valoradas cada una en 5 libras esterlinas". Es decir, que se gastó apenas 11 euros.

El encargado de la tienda que dio la suerte a Kevin Frances reconoce que "el gran premiode Kevin y la publicidad que le rodea ayudaron a atraer más clientes, especialmente en las semanas inmediatamente posteriores." Es decir, que mientras uno de sus clientes ha ganado 1 millón de libras, el ha cogido fama y ha conseguido vender mucha más lotería desde entonces.

Según Hoe, desde que Steve Francis ganara la lotería su vida no ha cambiado si se ha vuelto despilfarrador: "Ha sido muy sensato y no ha gastado mucho. Ha hablado de, tal vez, comprarse un pequeño velero algún día, pero eso es todo. Él todavía vive en la misma casa al final de la calle y todavía viene todas las mañanas a por su periódico".

Cómo afecta la lotería

Kevin Francis, a sus 62 años, se ha convertido en millonario cuando menos lo esperaba y gracias a que su mujer le obligó a comprar unos boletos de lotería. La suertesiempre espera a la vuelta de la esquina y nunca se sabe dónde puede estar la fortuna esperando: a él le ha sonreído… pero también al hombre que le vendió el boleto ganador.

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Kevin y su esposa viven en Fareham, una ciudad de 115.000 habitantes del sur de Inglaterra. Tal y como ha explicado Steve Hoe al Manchester Evening News, el premio de su cliente ha supuesto un gran incremento de ventas para su quiosco, algo que suele ser habitual en todas aquellas tiendas o administraciones especializadas en el juego.

Sorteos como el de Navidad ayudan a las administraciones a hacer una buena parte de sus ventas anuales y lo mismo sucede en otros países. Eventos de juego extraordinario tienen una gran repercusión entre los jugadores habituales, pero también hay otra forma de atraer la atención de quienes no juegan normalmente: por medio de botes acumulados.

Los botes y los sorteos extraordinarios sirven para animar a jugar a los no habituales

Un ejemplo es el sorteo de Euromillones de la pasada semana, cuando un solo jugador se llevó un bote acumulado de 200 millones de euros. Al ponerse ese bote en juego, fueron muchos los que acudieron a jugar, llamados por la posibilidad de hacerse con el mayor premio de la historia de la lotería europea, a cambio de invertir tan solo un par de euros a cambio.