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Por qué tenemos realmente resaca y qué remedios sirven para acabar con ella
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¿Has amanecido en las vegas?

Por qué tenemos realmente resaca y qué remedios sirven para acabar con ella

Si te has despertado como si te hubieran dado una paliza la noche pasada, hay ciertas medidas que puedes llevar a cabo para terminar con ese espantoso sufrimiento

Foto: Fuente: iStock.
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A los 20 años, tras llegar a casa de madrugada después de una larga noche de juerga, desenfreno y alcohol, te levantabas con cierta resaca (ya sabes, dolor de cabeza, mareo, ganas de morir) pero con suerte y una ducha fresca se te pasaba. Conforme te has hecho mayor, pesan más y más y las noches de fiesta en las que llegas a casa con ganas de comerte todo lo que hay en la nevera, pues las resacas son más largas, fuertes y dolorosas. Un castigo tras la felicidad pasada.

Como regla general, cuanto más alcohol tomas más probabilidades tienes de sufrir resaca, pero eso no suelen pensarlo muchas personas cuando deciden tomarse otro chupito de tequila más. Si alguna vez has sufrido sus síntomas (que, por lo general, desaparecen al día siguiente), te los conocerás de memoria: dolor de cabeza y de tripa, náuseas, mareos, sed excesiva, sequedad de boca, fatiga, dolores musculares, mala calidad del sueño... además de que aumentan los problemas para concentrarse. Por ello mismo, aunque no hay una fórmula mágica para saber cuándo dejar de beber y así evitar la resaca, lo mejor es hacerlo de manera responsable y con sentido común.

Intenta comer mientras bebes, en lugar de hacerlo con el estómago vacío porque así no sobrecargarás la actividad del hígado, bebe despacio y no mezcles

Sin embargo, esas recomendaciones de poco sirven cuando te despiertas a la mañana siguiente sintiéndote poco menos que una piltrafa. En esos momentos te encantaría deshacerte de la resaca, pero, ¿realmente existe algún truco más allá del famoso dicho de que se quita con más alcohol? (Es decir, con cerveza).

Cómo quitar una resaca

Los alimentos, muy importantes. Si quieres deshacerte de la resaca, en parte es porque te mueres de sed y esa sensación es bastante desagradable. Hidrátate mucho, por lo tanto. Al beber alcohol nuestro cuerpo se deshidrata, por lo que lo mejor que puedes hacer es volver a hidratarlo con agua o bebidas isotónicas. Los alimentos con vitamina B12 o C (por ejemplo, el zumo de naranja, la carne, los huevos o la leche) también pueden ayudarte. Evita la comida rápida.

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El café... a veces. Igual que sucede con el ibuprofeno, que para algunos es mano de santo a la hora de acabar con una resaca, el café puede ayudar y no. Por un lado, sí que es posible que te encuentres mejor porque te espabila y hará que creas que te encuentras mejor, pero al ser diurético puede deshidratarte aún más, por lo que quizá te encuentres luego peor. Evita también el paracetamol.

Paños fríos. Una ducha fresca puede ayudar a ver la vida de mejor forma, pero si te duele la cabeza quizá solo empeore las cosas, y el agua caliente tampoco es una buena solución. Por ello, si la resaca es realmente mala, puedes ponerte paños con lavanda que bajarán tu temperatura corporal y te harán encontrarte mejor.

Descansa más. Uno de los problemas de la resaca es la falta de sueño reparador, te despiertas un montón de veces y probablemente antes de lo previsto. Si al hacerlo estás con el cuerpo del revés, lo mejor que puedes hacer es intentar descansar un poco más, cierra los ojos y listo.

La cerveza es un mito. No, no hay evidencias de que una cerveza fresquita al levantarte quite la resaca, y en muchas ocasiones si te encuentras muy mal lo menos que puede darte es asco. Solo conseguirás alargar el tiempo que te dure la resaca, aunque tenga efectos anestésicos. Es pan para hoy y hambre para mañana.

Y antes de empezar a beber

Más de una vez habrás pensado "si ayer no me hubiera pasado hoy estaría mejor". Es una verdad como un templo, por lo que puedes tener en cuenta una serie de pasos para tus futuras reuniones en las que el alcohol esté de por medio: intenta comer mientras bebes, en lugar de hacerlo con el estómago vacío porque así no sobrecargarás la actividad del hígado, bebe despacio y, sobre todo, no mezcles. Siempre es mejor tomar bebidas blancas.

A los 20 años, tras llegar a casa de madrugada después de una larga noche de juerga, desenfreno y alcohol, te levantabas con cierta resaca (ya sabes, dolor de cabeza, mareo, ganas de morir) pero con suerte y una ducha fresca se te pasaba. Conforme te has hecho mayor, pesan más y más y las noches de fiesta en las que llegas a casa con ganas de comerte todo lo que hay en la nevera, pues las resacas son más largas, fuertes y dolorosas. Un castigo tras la felicidad pasada.

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