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La mejor forma de ducharse para que tu piel no sufra ningún daño
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SALUD DERMATOLÓGICA

La mejor forma de ducharse para que tu piel no sufra ningún daño

Lo que haces antes, durante y después de meterte en la ducha puede ser la causa de algunas enfermedades dermatológicas que ponen en riesgo la salud de tu epidermis

Foto: Foto: iStock.
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Aunque se trata de algo tan simple como enjabonarse bien y dejar que el agua caiga sobre todo el cuerpo, el acto de ducharse puede tener múltiples variantes, desde el tipo de productos que usas hasta cuánto tiempo pasas dentro de ella y cómo. Hay gente que su hora preferida para hacerlo es por la noche, mientras que otros prefieren las mañanas. Lo que está claro es que es indispensable para mantener unas ciertas condiciones de higiene personal, en un mundo en el que esta se ha hecho tan importante a raíz de la pandemia por coronavirus.

Como decía Aristóteles, la virtud está en el medio, de ahí que no sea bueno ni abusar de ella o pasarse unos cuantos días sin usarse. En este caso, lo primero que se verá damnificado por su escaso uso o por su abuso es la barrera natural que nos recubre y separa del resto del mundo: la piel. Dependiendo de cada persona, algunas pieles se resecarán después de cada lavado y otras se mantendrán en perfectas condiciones. Pero en mayor o menor medida se verán afectadas por cómo y cuándo te duchas.

Escoge bien el champú. Si es de mala calidad, notarás que te pica la cabeza más de lo normal o que el cuero cabelludo se te irrita

Por ello, la revista 'Business Insider' ha extraído una serie de consejos sobre cómo sería esa ducha ideal, apoyándose en la sabiduría dee una dermatóloga estadounidense llamada Heidi Waldorf. Si quieres saber cómo ocasionar el menor daño posible a tu piel después de ducharte, lee atentamente.

Usa un champú hidratante

Hay mucha variedad en el supermercado y realmente poco sabemos sobre su composición y los efectos que tienen en nuestro cuero cabelludo. Como es lógico, decantarte por la opción más barata seguramente salga bien para tu bolsillo pero no para la salud de tu piel. En ese caso, si es de mala calidad, quizás notes que te pica la cabeza más de lo normal o que el cuero cabelludo se te irrita. Waldorf asegura que hay dos tipos básicos de champú: aquellos que contienen un alto nivel de surfactantes, una sustancia que se adhiere a la suciedad y la grasa natural del cabello para dejar las superficie limpia, y los tensioactivos, que eliminan con más efectividad la suciedad y no dañan tanto el cabello.

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Pero los tensioactivos no distinguen entre el exceso de grasa o suciedad en la piel y las grasas cutáneas que son necesarias para proteger a la piel de los elementos. Por ello, recomienda que apuestes por champús y geles hidratantes que contengan como ingredientes al alfa olefina de sodio C14-16, sulfonato y cocamidopropil betaína.

El truco del acondicionador

Para el cabello que tiende a estar reseco, lo más apropiado es aplicar un gel acondicionador después de ducharse y dejarlo reposar unos diez minutos. Aunque, como es evidente, cada persona tiene un tipo de pelo y esta serie de productos actúan de manera diferente. Para aquellos que no tienen un cabello grueso, es posible que no necesiten dejarlo reposar tanto tiempo.

Y la crema hidratante para después

La mayoría de los geles son sustancias que eliminan la suciedad de manera muy efectiva, pero eso no quiere decir que reporten un daño para la piel. Por ello, si tienes la epidermis un tanto sensible, lo mejor será que después de cada ducha te rocíes el cuerpo de alguna loción específica que mejor vaya para tu tipo de piel. Otro de los trucos es echarse la crema cuando todavía la piel está un poco húmeda, ya que así no le dará tiempo a secarse y la loción contendrá la humedad del agua, dejando la piel perfectamente hidratada.

Evita el sulfato de sodio

Este componente de muchos geles y champús es un peligro para las pieles sensibles que se irritan con facilidad. Aunque es muy efectivo, ya que elimina rápidamente la suciedad y la grasa, solo es recomendable para aquellas pieles más duras. "Lo mejor para tí sería una serie de ingredientes humectantes, como la glicerina, la dimeticona, la urea, el lactato de sodio o la manteca de karité", asegura Waldorf. Un último consejo es que no te duches con demasiada frecuencia, y sobre todo con agua muy caliente, ya que esto expondrá más a la piel a que se estropee y se rompa esa barrera natural de grasa que la protege.

Aunque se trata de algo tan simple como enjabonarse bien y dejar que el agua caiga sobre todo el cuerpo, el acto de ducharse puede tener múltiples variantes, desde el tipo de productos que usas hasta cuánto tiempo pasas dentro de ella y cómo. Hay gente que su hora preferida para hacerlo es por la noche, mientras que otros prefieren las mañanas. Lo que está claro es que es indispensable para mantener unas ciertas condiciones de higiene personal, en un mundo en el que esta se ha hecho tan importante a raíz de la pandemia por coronavirus.

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