Errores que todo el mundo comete al intentar buscar pareja

Dicen que nunca hay que fiarse de las primeras impresiones, pero a la hora de conocer a alguien es difícil no hacerlo. Sobre todo si estás buscando a tu potencial pareja, esa que consigue que las mariposas revoloteen por tu estómago, tu corazón se acelere y otras metáforas amorosas posibles. Es normal, por tanto, poner atención a los detalles en ese primer momento, sobre todo ahora con la proliferación de las aplicaciones de citas, con las que encontrar a tu media naranja parece una lotería aún más difícil.

¿Alguna vez te has preguntado por qué nunca volviste a saber nada de esa cita que tuviste anoche y que parecía a todas luces perfecta? Quizá te equivocaste en algo pero no te diste cuenta. Por eso mismo vamos a enumerar algunos errores que quizá has cometido en más de una ocasión con tu pareja potencial y que provocaron que saliera despavorida.

¿Cómo tratas a los camareros?

Muchas personas creen que se conoce verdaderamente a una persona cuando se observa cómo trata a aquellos que están por debajo. Ya sean camareros, empleados o cualquier otra persona que te esté ofreciendo un servicio, puede ser que una relación que iba hacia buen puerto terminase abruptamente porque no le convenció tu manera de tratar a alguien. O, quizá sea al revés y eres tú el que observó algo que no le convenció. ¿Te suena?

Hablaste todo el rato de ti

"Vamos a dejar de hablar de mí para hablar un poco de ti, ¿qué te gusta de mí?". A todos nos gusta contar experiencias y anécdotas, demostrar lo cultos y divertidos que somos, pero algunas personas se exceden un poco y es un error de principiante hacerlo en una primera cita. Se supone que quieres conocer a esa persona, deja que te cuente algo sobre ella.

O del futuro

A no ser que realmente pienses que tienes delante al amor de tu vida, ese por el que lucharías contra dragones y monstruos por un solo beso de sus labios, lo mejor es que en la primera cita tampoco te emociones y le digas los hijos que te gustaría tener. O cómo llamarías a vuestro perro. Se trata de una medida preventiva.

No has superado tu relación

(Y eso se nota). Quizá el verdadero problema es que aún sigues llevando el equipaje de tu relación anterior y comparas a todo el mundo con tu ex pareja. Estas comparaciones son humanas, se hagan de manera consciente o inconsciente, pero según cuenta el psicólogo Victor Sander en 'Best Life', lo mejor es "aprender a apreciar a cada uno por sus cualidades. Asegúrate de que tus heridas han sanado antes de comenzar otra relación, si hace falta acude a un terapeuta", señala.

Buscas un mejor amigo

No una pareja. Quizá no te has dado cuenta de que eso es lo que estás buscando. Según la experta en citas Susan Trombetti, este es uno de los fallos más frecuentes en algunos matrimonios, pese a que solemos escuchar aquello de que la pareja debe ser tu mejor amiga. "En muchas ocasiones no hay chispa porque la relación tiene demasiado colegueo", cuenta.

No te emociones en la primera cita y te pongas a hablar demasiado sobre ti o el futuro. No es buena estrategia decir cuántos hijos querrías tener

Muchas personas, además, confunden la química con la lujuria. "La química es una combustión lenta y la lujuria es una cosa de atracción", explica Trombetti. "Si nunca das oportunidad a una segunda cita porque te falta la parte de la atracción, es posible que te estés perdiendo algo importante".

Te centras demasiado

Le pasa a muchas personas que están comenzando a tener citas y no quieren meter la pata o estropear las cosas: se centran demasiado en lo que la otra persona quiere. Tienes problemas de autoestima, crees que algo está mal en ti y que nunca serás suficiente para nadie, y es por ello que intentas demostrarle a los demás que eres digno de su atención.

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"Primero debemos centrarnos exactamente en lo que valoramos y lo que queremos en una relación. Así crearemos límites firmes y saludables y una comunicación honesta, lo cual es una buena base para cualquier relación", indica Trombetti.

De todas maneras, tampoco te fustigues y piensa que siempre hay un roto para un descosido y que si realmente esa persona no pudo aguantar unos pequeños errores era porque no era la indicada. Ella se lo pierde.