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¿Cómo serán los viajes en 2022? La simulación distópica que puede hacerse real
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¿Cómo serán los viajes en 2022? La simulación distópica que puede hacerse real

¿Qué se está patentando de cara al futuro? ¿Estaremos dispuestos a someternos a estrictos controles con tal de volar a nuestro destino soñado?

Foto: Fuente: iStock.
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Durante los tres meses que hemos pasado contemplando el paisaje, que pasaba de ser frío a primaveral en nuestra ventana, hemos experimentado por primera vez algo muy parecido a lo que deben sentir los animales que se encuentran enjaulados en el zoo. Una extraña nostalgia desconocida se apoderó de nosotros, y aunque jamás la habíamos sentido, lo cierto es que tenía un nombre: 'fernweh', una denominación alemana surgida en el siglo XIX que viene a significar la añoranza de lugares lejanos y también la melancolía por quedarte en casa.

Porque, aunque desde el fin de semana del 20 de junio esta particular pesadilla que ha sido el estado de alarma ha llegado a su fin, muchas personas todavía se sienten intimidadas para moverse libremente por nuestro país, por miedo a un posible rebrote del coronavirus. Otras, sin embargo, han decidido pasar de una provincia a otra para ver a amigos o familiares, e incluso los más valientes ya están pensando en viajar a países vecinos como Fracia o Portugal, o incluso más lejanos. Llega la temporada alta del turismo con las vacaciones y es inevitable preguntarse cómo será el futuro, por lo menos a corto plazo.

Esta situación sin precedentes en la historia contemporánea ha llevado a cerrar fronteras en un mundo globalizado y a hacerse muchas preguntas inevitables. ¿Podrán las compañías aéreas hacer frente a esta crisis? Recordemos que muchas ya intentan hacer malabarismos para que, en el nuevo escenario, volar sea rentable: si tenemos que cumplir el distanciamiento social a rajatabla, será complicado. Durante años, se han gastado miles de millones para poder acomodar a la mayor cantidad de personas posible en espacios pequeños. Asientos y pasillos más estrechos es la máxima, por eso en los aviones modernos la regla de los dos metros tan necesaria en estos momentos no puede cumplirse. Y los turistas, por nuestra parte, también tendrán que someterse a muchos cambios: ¿estaremos dispuestos a no quitarnos la mascarilla en un vuelo de 15 horas y a someternos a estrictos controles de temperatura?

Tras bajar del avión y tomarte la temperatura, te entregarán un cápsula que detectará las partículas de coronavirus en tu aliento

"Después de un largo viaje en el que llegas adormecido, llegas al destino de tus sueños. Cuando te bajas del avión, un robot te saluda con un rayo láser rojo que te toma la temperatura. En la cola de inspección respiratoria, un trabajador te entrega una pequeña cápsula con un chip en su interior. Conceptualmente, sería similar a las pruebas de alcohol que se le hacen a los conductores, solo que esto detecta las partículas de coronavirus en el aliento de las personas, detectando incluso a los asintomáticos que no están enfermos pero pueden contagiar a otros. Cuando has terminado, tienes que introducirla en una especie de microondas. Como ya estás familiarizado con todo ello, te sometes diligentemente y después pasas a inmigración. Al salir, un trabajador te ofrece rociar tu maleta con desinfectante, pero no te hace falta y declinas con la cabeza porque has traído el tuyo propio".

Esta simulación distópica la escribe en 'BBC' Lina Zeldovich, y asegura que podría ser lo que nos espera si queremos viajar a partir de, aproximadamente, 2022. Y realmente no ha inventado nada, la cápsula antes mencionada es un alcoholímetro patentado en un laboratorio en Israel, por parte de Gabby Sarusi y su equipo. Cuando comenzó la epidemia, se le ocurrió la idea: vislumbraba el coronavirus como una partícula de tamaño nanométrico que podía ser detectada por un equipo eléctrico especializado. Cuando se arrojan en medio de un campo electromagnético, las partículas causan cierta "interferencia" en el flujo de ondas electromagnéticas, que pueden detectarse, y para eso serviría el 'microondas' del que hablábamos antes. "Cogemos el chip dentro de la cápsula y lo medimos con un espectrómetro que se irradia con las ondas magnéticas", explica Sarusi. Si las partículas de coronavirus están presentes "podemos sentir el cambio". Espera que para el año que viene, o para 2022 como muy tarde, estas máquinas comiencen a habilitarse en los aeropuertos y estaciones de tren.

Es probable que, cuando por fin haya una vacuna, sea obligatoria si quieres viajar a muchos países

Por supuesto, otras personas tienen sus esperanzas puestas en la vacuna, confiando en que esté lista para 2021. Entonces, como sucede con muchas otras que son necesarias para viajar a distintos países del mundo, bastaría con mostrar la cartilla de vacunación para demostrar que uno está libre de la enfermedad. ¿O quizá un tatuaje? No olvidemos que hace unos años el Centro Alemán de Investigación de Cáncer, en Heideberg aseguró que, en un futuro próximo, los tatuajes y su forma de elaboración serán una forma mucho más efectiva de vacunar a la gente.

¿Ozono y luz ultravioleta? No, por ahora

Por supuesto, tú no eres el único que tendrá que someterse a inspecciones y controles al bajar del avión, este también tendrá que ser desinfectado profundamente hasta que esté listo para que otros turistas monten en él. El artículo de Lina Zeldovich menciona el ozono y la luz ultravioleta como hipotéticas futuras maneras de desinfectar, pero en la actualidad no hay ningún estudio que demuestre que el ozono verdaderamente efectivo. En cuanto a la luz ultravioleta, la historia proviene de que hace un mes, en Nueva York, indicaron que procederían a a aplicar un sistema para desinfectar sus vagones de metro y buses con la luz UVC. Esta, sin embargo, puede ser peligrosa para los seres humanos y, por supuesto, las lámparas domésticas no funcionan para eliminar el virus.

En 2009, dos amigos crearon el desinfectante de móviles PhoneSoap que, aseguran, se ha convertido en un producto de primera necesidad

Una vez llegas al hotel, es probable que quieras desinfectar tu teléfono: si no tienes el desinfectante PhoneSoap, que utiliza rayos ultravioleta para hacerlo (nació como un lujo, pero en los últimos tiempos se ha convertido en un producto de primera necesidad según sus creadores, Daniel Barnes y Wesley LaPorte. Ellos lo inventaron en 2009 cuando leyeron que los móviles estaban más sucios que los urinarios), siempre puedes seguir nuestros consejos. Al fin te tumbas en tu cama después de un largo viaje, ya estás al otro lado del mundo.

¿Será así verdaderamente? Algunos apuntan a que nuestra manera de viajar ha cambiado para siempre. Quizá es enfrentarse a las dos posturas que parecen haber surgido con esta pandemia: los que, como el filósofo Slavoj Žižek, creen que el mundo ha cambiado para siempre, frente a los que, como el escritor Michel Houellebecq, piensan que todo seguirá siendo igual. Las terrazas abarrotadas parecen darle un punto a favor a los de la segunda opinión, pero tampoco hay que olvidar que algunas compañías aéreas ya han comunicado que dejarán de proporcionar alcohol en los vuelos, para evitar la propagación de la enfermedad, lo cual ya es un cambio bastante grande. Sea como fuere, merecerán la pena las molestias, siempre y cuando sean para proteger nuestra salud.

Durante los tres meses que hemos pasado contemplando el paisaje, que pasaba de ser frío a primaveral en nuestra ventana, hemos experimentado por primera vez algo muy parecido a lo que deben sentir los animales que se encuentran enjaulados en el zoo. Una extraña nostalgia desconocida se apoderó de nosotros, y aunque jamás la habíamos sentido, lo cierto es que tenía un nombre: 'fernweh', una denominación alemana surgida en el siglo XIX que viene a significar la añoranza de lugares lejanos y también la melancolía por quedarte en casa.

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