¿Es malo beberse un vaso de agua de la noche anterior?

Ya sabes lo que dicen: somos un 75% agua. Además, muchos estudios aseguran que ingerir un vaso de ese preciado líquido transparente es muy importante para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Por tanto, aparte de los dos o tres litros diarios que la Organización Mundial de la Salud recomienda para mantenerse hidratado (alrededor de ocho vasos) el trago más importante es aquel que das nada más levantarte, puesto que ayuda al cuerpo a activarse y mejora la función metabólica y digestiva.

Lo normal, por tanto, es que mientras intentas abrir los ojos pegados por las legañas, cojas el vaso que ayer te llevaste contigo a tu habitación por si te entraba sed durante la noche. Pero, quizá, al observar unas pequeñas burbujitas que se han depositado en el fondo te hagas esta pregunta: "¿Puedo bebérmelo o no será bueno para la salud? Y, un momento, ¿este vaso lo traje anoche o lleva incluso más días aquí?".

La respuesta es sencilla: beber el agua de un vaso que lleva horas en la mesa no es lo más sano del mundo. El problema no son las burbujitas, ya que estas aparecen porque el agua cambia de temperatura y tiende a igualar la que hay en el ambiente, provocando una pérdida de gases y un leve cambio en su sabor. Los inconvenientes para beberla, por tanto, vienen de que el recipiente está abierto, ya que todas las motas de polvo, escombros e incluso algún mosquito pueden haber caído en él durante la noche. Eso no significa que si en lugar de un vaso hablamos de algún depósito cerrado este ya no represente ningún peligro, nuestra piel está cubierta de sudor, polvo, células de la piel e incluso secreción nasal, por lo que una vez que colocamos la botella en la boca estamos en buena parte, contaminándola.

Dentro del vaso, que está abierto, pueden haber caído motas de polvo, escombros e incluso algún mosquito durante la noche

"Nuestra saliva contiene y transporta bacterias", apunta el doctor Marc Leavey en 'Reader Digest', "si se dejan incubar durante horas, podrían contaminar el agua y cuando vuelvas a beberla enfermarte. Mi sugerencia es que, una vez que hayas puesto tus labios en la botella, bebas todos su contenido y después la tires sin reciclarla". Como eso parece quizá un poco extremo, comprendemos que es mejor beber antes que después, pero si te despiertas con mucha sed y tienes el vaso de la noche anterior a mano, ¿realmente podrías enfermar?

Siendo realistas, es poco probable que te enfermes con tus propias bacterias. Al fin y al cabo, habrás reutilizado botellas de agua y vasos en multitud de ocasiones durante tu vida. Lo que Leavey advierte es que no es muy aconsejable compartir tu botella con otra persona y tampoco usar un agua pasada si tu sistema inmunitario no se encuentra en sus mejores condiciones, ya sea porque estás teniendo un tratamiento por quimioterapia, te han hecho un trasplante y tienes una enfermedad inmunodeficiente.

Si dejas una botella que ya has bebido en el coche, puede convertirse en un caldo de cultivo de bacterias, especialmente si se expone a la luz solar

En conclusión, si te levantas por la mañana y quieres hidratarte, aunque no tiene por qué pasar nada, lo más saludable es que deseches el agua de la noche pasada y optes por coger un nuevo vaso. Así mismo, si dejas una botella en algún lugar (por ejemplo, tu coche), ten en cuenta que al estar expuesto a la luz solar y haber pasado por tu boca con anterioridad, es un caldo de cultivo de bacterias. Otra opción es que, en lugar de depositar directamente la botella en tus labios, eches el contenido siempre en un vaso para evitar contaminarla. Al fin y al cabo, la deshidratación es un problema muy grave y no siempre nos percatamos de que la estamos experimentando. Las señales más claras son los calambres, el mareo o aturdimiento y disminución en la frecuencia de la orina.