¿Puede el estilo de vida sueco ayudar a combatir el coronavirus?

El número de muertos en Italia por el coronavirus supera los 10.000, mientras el gobierno se pregunta si tendrán que extender la cuarentena. En España, al momento en que se escribe este artículo, hay 85.000 infectados y 7.427 fallecidos. Aunque son muchas las teorías de por qué el virus se está cebando con estos dos países en concreto, no parece haber una respuesta clara, ¿es el clima mediterráneo? ¿El envejecimiento de la población? (Japón, un país con una población envejecida, sin embargo no parece sufrir los mismos problemas) ¿O, simplemente, que no hemos sabido actuar con tiempo?

Y, mientras tanto, nos sorprenden las medidas que se están llevando a cabo en otros países más y menos cercanos. Corea del Sur, por ejemplo, parece estar ganando esta particular guerra contra el enemigo que se encuentra dentro de nosotros mismos. De acuerdo con el gobierno del país, allí se realizan cerca de 10.000 pruebas al día, lo que ha permitido aislar a la población asintomática. Japón reaccionó rapidamente con el fin de identificar los focos de infección y proteger a la población más vulnerable y en Alemania se ha prohibido el contacto o las reuniones en lugar de ordenar confinamiento obligatorio.

Suecia tiene la clave. ¿O no?

¿Servirán las medidas establecidas en Europa? Por ahora, todavía parece pronto para saberlo, igual que es complicado establecer cuándo llegará nuestro país a ese famoso pico en la curva de contagios. Suecia, por su parte, parece haberse lavado las manos al respecto y no confinará a su población, sus medidas parecen bastante relajadas, aunque ya han registrado más de 100 muertes. Parece sin duda una manera laxa de actuar, quizá subestimando el virus, pero como decía la canción: maneras de vivir. Es probable que ningún español esté de acuerdo con las medidas puestas en Países Bajos, que ya mencionábamos con anterioridad en este periódico: se están dando directivas y guías a sus hospitales para que se piensen dos veces el trasladar a un centro médico a los ancianos contagiados con el coronavirus para "prevenir su sufrimiento" y no saturar los hospitales.

Según las cifras de Eurostat, más de la mitad de los hogares suecos están compuestos por una sola persona, la mayor proporción en Europa

Un reciente artículo publicado en 'BBC', sin embargo, parece posicionarse a favor de los suecos y sus medidas menos duras, explicando que quizá han encontrado el truco para paliar la pandemia: su forma de ser y su manera de vivir. Según las cifras de Eurostat, más de la mitad de los hogares suecos están compuestos por una sola persona, la mayor proporción en Europa. La edad más común para mudarse es muy inferior, entre los 18 y los 19 años, frente a los 26 de media que marcan la Unión Europea.

Algunos expertos creen que estos patrones de vida podrían ayudar a detener la propagación del COVID-19; en los puntos críticos actuales como son nuestro país e Italia es, por el contrario, mucho más común que las familias numerosas se congreguen bajo un mismo techo. ¿Estereotipo o realidad? Los mismos expertos aseguran, por otro lado, que el distanciamiento social es algo típico de los suecos, que lo tienen profundamente arraigado: evitan las conversaciones con extraños y no se sientan cerca unos de otros en los medios de transporte.

Muchas escuelas permanecen abiertas, los bares y restaurantes también, aunque los eventos con más de 50 personas han sido prohibidos

Pero quizá sea aún más significativo el hecho de que en el país se tienden a tomar medidas más duras y efectivas contra posibles enfermedades: en caso de dolor de cabeza, tos o resfriados las empresas instan a sus trabajadores a quedarse en casa, para evitar la propagación. Quizá, por ello, han confiado en sus polémicas medidas: muchas escuelas permanecen abiertas, los bares y restaurantes también, aunque los eventos que congreguen a más de 50 personas han sido prohibidos.

Igual que en España se habla de la responsabilidad de cada uno para poder hacer frente a esta crisis, aislándose en casa, Suecia también ha llamado al juicio de cada individuo: aunque no hay nada cerrado, siempre que se pueda se debe intentar teletrabajar, y uno debe tratar de aislarse si está enfermo o ha superado los 70 años, además de evitar todos los viajes que no sean esenciales.

En caso de dolor de cabeza, tos o resfriados las empresas suecas instan a sus trabajadores a quedarse en casa, para evitar la propagación

Si funcionará o no, como hemos mencionado antes, aún es pronto para saberlo. Lo único claro es la absoluta confianza que los suecos tienen depositada en su sistema de gobierno: "Los que somos adultos necesitamos ser exactamente eso: adultos. No difundir el pánico o los rumores", explicó en una entrevista reciente el primer ministro Stefan Löfven. "Nadie está solo en esta crisis, pero cada persona tiene una gran responsabilidad". La mayoría de la población aprobó el discurso y cree que el país podrá afrontar bien la coyuntura. Una esperanza que es especialmente necesaria en los países del sur en estos tiempos que corren.