Efectos sorprendentes que el beber demasiado produce en tu cuerpo

La cerveza de los viernes por la tarde con los amigos. La copa de los sábados. Y, por supuesto, no nos olvidemos del vermú los domingos. Si lo pensamos detenidamente, muchos de nuestros encuentros sociales acontecen alrededor de una mesa, con alcohol de por medio. En el espíritu español está celebrar las cosas con alegría y una bebida en la mano.

Pero hay un momento en que, como es natural, el cuerpo no puede más. El consumo prolongado de alcohol produce muchos problemas de salud, los más graves pueden derivar incluso en cáncer, por lo que quizá te merezca la pena dejar esa segunda copa y pedirte otra cosa. Aquí van algunos efectos que produce en tu cuerpo el beber demasiado.

Riesgo de trombosis

Cuando ingieres de manera diaria demasiado alcohol, corres el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda (TVP), que son coágulos de sangre que se forman en las venas profundas del cuerpo, particularmente en las piernas. Además, mezclar alcohol con anticoagulantes puede aumentar o disminuir el grosor de la sangre, lo que se podría traducir en hemorragias o coágulos.

Causa diarrea

Debido a que el alcohol contiene ácidos que irritan el revestimiento del estómago y el tracto gastrointestinal, puede causar diarrea. Peor aún si la bebida se mezcla con otras azucaradas, con edulcorantes artificiales que pueden causar más malestar estomacal. Además, el consumo excesivo de alcohol altera las bacterias en el intestino.

Entorpece el sueño

Probablemente alguna vez te has acostado un poco 'achispado' y, aunque cogiste el sueño con facilidad, fruto de la modorra, fue frágil y te despertaste en multitud de ocasiones. Es normal, pues según la National Sleep Foundation, el alcohol aumenta la cantidad de adenosina, un neuroquímico responsable del sueño, pero también funciona para 'bloquear' la fase REM, causando aturdimiento.

El alcohol deshidrata el cuerpo, por lo que la piel se vuelve más propensa a las arrugas. Además, como tiene calorías vacías, también engorda.

Además, no hay que olvidar que es un diurético, por lo que sentirás la llamada de la naturaleza en multitud de ocasiones mientras estás entre las sábanas.

Te dolerá la cabeza

El alcohol es uno de los desencadenantes más comunes de migrañas y dolores de cabeza, informa 'Best Life'. Esa resaca terrible que nos ha sacudido a todos alguna vez es testigo de que es cierto: aunque no está completamente claro cómo lo hace, se cree que las histaminas y los sulfitos en las bebidas alcohólicas pueden producir los dolores.

Se te secará la piel

Tampoco le hará muchos favores a tu piel. El alcohol deshidrata el cuerpo, por lo que la piel se vuelve más propensa a las arrugas. De hecho, un estudio de 2019 publicado en 'The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology' sugiere que el consumo excesivo se asocia con un aumento de las líneas de expresión y la hinchazón debajo de los ojos. Por lo menos, hazlo por tu físico.

Incrementa el riesgo de osteoporosis

El alcohol afecta a todo tu cuerpo, también a las articulaciones. El Centro Nacional de Recursos sobre Osteoporosis dice que el alcohol interfiere con el equilibrio de calcio en los huesos y la producción de vitamina D. El consumo excesivo también puede reducir la cantidad de testosterona y los niveles de estrógeno en el cuerpo, lo que aumenta el riesgo para esta enfermedad.

Ganarás peso

No es un secreto. El alcohol tiene un montón de calorías vacías, lo que se traduce en subir kilos en la báscula, más aún cuando lo mezclas con bebidas azucaradas. ¿El problema de engordar? Lo conocerás de sobra, riesgo de sufrir diabetes tipo II, resistencia a la insulina y toxicidad hepática, entre otras.