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Cómo detectar el cáncer de piel y sus principales síntomas
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Cómo detectar el cáncer de piel y sus principales síntomas

Es una enfermedad que puede prevenirse y tiene muchas probabilidades de supervivencia si se coge a tiempo, por lo que la prevención y el conocimiento son fundamentales

Foto: Foto: iStock.
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Se conoce como cáncer de piel al crecimiento anormal en las células de la misma, y se suele desarrollar debido a una exposición excesiva al sol (aunque puede ocurrir en zonas que normalmente no se exponen tanto). Se desarrolla bastantes años después de las quemaduras, por eso habrás oído frecuentemente que la piel "tiene memoria", y en nuestro país la incidencia de melanoma es de 9,7% por cada 100.000 habitantes, según los datos recogidos en 2018.

El crecimiento anormal de las células se produce por la radiación ultravioleta, al dañar el ADN de las mencionadas células de la piel, se desencadenan mutaciones o efectos genéticos que pueden producir los tumores malignos. Aun así, es importante que sepas que existen tres tipos principales de cáncer de piel: carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma.

Tipos de cáncer de piel

Carcinoma basocelular. Es la forma más común, se forma dentro de las células basales de la piel, que recubren la parte más profunda de la epidermis (la capa más externa de la piel). A veces se observan llagas, mangas rojas, crecimientos rosados, protuberancias o cicatrices, y suelen producirse en las partes del cuerpo que se han expuesto demasiado al sol (cara, orejas, cuello, hombros, espalda o cuero cabelludo). Crecen lentamente por lo que, por suerte, son curables si se detectan temprano.

Carcinoma espinocelular. Es el segundo tipo más común y se forma en las células escamosas de la piel. Es causado principalmente por una exposición acumulativa a los rayos ultravioleta (UV) y, de nuevo, se encuentra generalmente en las áreas que frecuentemente están expuestas al sol (labio inferior, cara, cuero cabelludo, manos, brazos, piernas...), además de manchas o llagas también pueden formar costras y sangrar. La mayoría se tratan exitosamente, pero si crecen pueden llegar a ser mortales.

Si observas algo inusual (lunares nuevos, que cambian de forma, que pican o sangran...), acude al médico de inmediato

Melanoma. El más peligroso, se desarrolla a partir de los melanocitos (células que producen el pigmento de melanina que da color a la piel). Se desencadenan a menudo por exposición intensa a los rayos UV y, a menudo, parecen lunares o se desarrollan a partir de ellos. Son negros o marrones, pero también rojos, azules, rosados o blancos. Debe tratarse temprano, pues puede ser mortal si se propaga a otras partes del cuerpo o más profundamente.

Factores de riesgo

Piel clara. Toda persona puede contraer cáncer de piel, pero tener menos pigmento en la piel proporciona menos protección contra la radiación UV, por lo que si tienes cabello rubio o pelirrojo, ojos claros o pecas y te quemas más fácilmente con el sol, tienes más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Si además vives en climas cálidos y estás expuesto a mayor luz solar, ten cuidado.

Lunares. Las personas con muchos lunares atípicos (denominados 'nevos displásicos'), que son irregulares y generalmente más grandes, también deben controlarlos regularmente si presentan cambios.

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Antecedentes de quemaduras. Si pasas un tiempo considerable al sol tienes más probabilidades de desarrollar cáncer de piel, especialmente si no te proteges con protección solar o ropa. Haber tenido una o más ampollas de quemaduras por el sol de niño o adolescente aumentan las probabilidades también, de hecho las personas que utilizan camas de bronceado antes de los 35 años aumentan el riesgo de melanoma en un 75%, según explica la dermatóloga Saya Obayan en 'New York Post'.

Antecedentes familiares o personales. Si algún familiar o tú mismo lo desarrollaste en el pasado, el riesgo de que padezcas la enfermedad o vuelvas a tenerla es mayor.

La prevención

Por supuesto es fundamental, y es por ello que se recomienda utilizar protección solar además de buscar sombras, cubrirte con ropa, sombreros y gafas de sol. La protección debe ser de al menos 15 todos los días, y de más de 30 para actividades al aire libre prolongadas (recuerda volver a aplicarla inmediatamente después de nadar o sudar).

Aquellas personas que se broncean artificialmente antes de los 35 años aumentan el riesgo de melanoma en un 75%

Además, evita el sol durante el mediodía, porque son las horas más peligrosas, evita las camas solares y ten cuidado con los medicamentos fotosensibles, que pueden hacer que la piel sea más sensible a la luz solar (pregunta al médico o farmacéutico los efectos secundarios).

Cuándo acudir al médico

La detención temprana es importante ya que el cáncer de piel encontrado y extirpado de manera temprana es altamente tratable. Sin embargo, si no se detecta, puede ser mortal. Es por ello que la Skin Cancer Foundation recomienda que acudas al dermatólogo anualmente para que te hagan un examen de piel, además, revisa cuidadosamente toda tu piel por si observas algo cambiante o inusual (lunares nuevos o que cambian de forma, crecimientos que pican o sangran, llagas que no sanan en semanas), y acude al médico de inmediato.

Se conoce como cáncer de piel al crecimiento anormal en las células de la misma, y se suele desarrollar debido a una exposición excesiva al sol (aunque puede ocurrir en zonas que normalmente no se exponen tanto). Se desarrolla bastantes años después de las quemaduras, por eso habrás oído frecuentemente que la piel "tiene memoria", y en nuestro país la incidencia de melanoma es de 9,7% por cada 100.000 habitantes, según los datos recogidos en 2018.

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