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Cien segundos para morir: el Reloj del Apocalipsis marca su peor dato histórico
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FUE INVENTADO POR CIENTÍFICOS NORTEAMERICANOS

Cien segundos para morir: el Reloj del Apocalipsis marca su peor dato histórico

Tras acabar la II Guerra Mundial, la junta directiva del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago creó un medidor con el que controlar el 'estado' de la humanidad

Foto: Momento en el que se descubre el estado del Reloj del Apocalipsis. (CC/Youtube)
Momento en el que se descubre el estado del Reloj del Apocalipsis. (CC/Youtube)

¿Cuándo va a tener lugar el fin del mundo? Posiblemente, es una de las preguntas más recurrentes en los grupos sociales, conscientes de que la humanidad tiene una fecha de caducidad que es imposible de predecir. Como lleva ocurriendo a lo largo de los milenios, es inevitable pensar que nuestra especie puede estar abocada a la desaparición, aunque no se sabe ni cómo ni cuándo. ¿O sí? Un grupo de científicos lleva más de setenta y dos años tratando de saberlo.

Se trata del Reloj del Fin del Mundo, un aparato que se encarga de controlar cómo de cerca está el ser humano de la extinción. Fue creado en 1947 por la junta directiva del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EEUU) quienes, desde entonces, llevan a cabo una revisión anual de las amenazas que nos pueden conducir a la más absoluta desaparición. Y, a día de hoy, estamos más cerca que nunca del fin de los tiempos: a solo 100 segundos de la medianoche.

Foto: La población mundial no dejará de crecer. (iStock)

Este reloj simbólico señala las 00:00 horas como la hora del fin del mundo y, la primera vez que se puso en marcha, el reloj se situó a las 23:53 horas. O, dicho de otra manera, a solo siete minutos del Apocalipsis. Recién acabada la Segunda Guerra Mundial y en pleno inicio de la Guerra Fría, la intención de los científicos no era otra más que la de trasladar a la población la sensación de inminente peligro por las decisiones tomadas por los gobernantes.

A partir de entonces, cada año se ha procedido a una actualización del Reloj del Fin del Mundo, con el que mostrar a la gente cómo de cerca estamos de una posible catástrofe que acabe con nuestro mundo. Pero no se basa en predicciones absurdas sobre extrañas profecías, sino en datos objetivos relacionados con elementos tan habituales como la guerra, la escalada nuclear, los populismos o el calentamiento global, entre otros muchos factores.

Fue en 1953 cuando el reloj avanzó rápidamente hasta las 23:58 horas, a solo dos minutos del Apocalipsis. El desarrollo de la Bomba de Hidrógeno por parte de Estados Unidos, las primeras pruebas termonucleares en el océano pacífico y las posteriores réplicas de la URSS de la Bomba H en plena Guerra Fría provocaron que nos encontráramos más cerca que nunca de una hipotética desaparición. Por fortuna, con el paso de los años fue bajando el nivel de peligrosidad.

Sin embargo, no fue hasta 1991 cuando más lejos nos conseguimos alejar de las 00:00 horas, situándonos a las 23:43 horas. El fin oficial de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS ofreció el primer respiro a la humanidad, al ver muy lejana la posibilidad de que un hecatombe mundial. Pero el ser humano no aprende y, desde entonces, la escalada de tensión ha ido en aumento, hasta el punto de que en la actualidad volvemos a estar más cerca que nunca de la destrucción.

Así, en 2019 el reloj volvió a moverse a cien segundos de la destrucción, veinte segundos menos que en 2018: la tensión entre las dos Coreas, el ascenso al poder de Donald Trump, el aumento del armamento atómico de Pakistán e India, el cambio climático o las malas relaciones de EEUU con Rusia y China dieron lugar a este movimiento, una 'hora' que se ha mantenido en 2019. El Reloj del Fin del Mundo sigue avanzando hacia su hora final: la decisión está en nuestras manos.

¿Cuándo va a tener lugar el fin del mundo? Posiblemente, es una de las preguntas más recurrentes en los grupos sociales, conscientes de que la humanidad tiene una fecha de caducidad que es imposible de predecir. Como lleva ocurriendo a lo largo de los milenios, es inevitable pensar que nuestra especie puede estar abocada a la desaparición, aunque no se sabe ni cómo ni cuándo. ¿O sí? Un grupo de científicos lleva más de setenta y dos años tratando de saberlo.

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