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Las siete formas para disfrutar mucho más haciendo el misionero
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Las siete formas para disfrutar mucho más haciendo el misionero

Es una de las posturas más recurrentes en el campo carnal, justamente por eso puede llegar a ser repetitiva. Aquí van unos consejos para disfrutarla como la primera vez

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El misionero es una de las posturas sexuales más conocidas de la historia. Justamente por ser tan famosa, sencilla e intuitiva suele ser la más repetida, y por ello puede llegar a ser aburrida e incluso no conseguir que haya excitación. Pero no debes eliminarla de tu lista de posiciones preferidas, ya que podría llegar a estimularte más de lo que piensas si sigues unos pequeños consejos.

"La postura del misionero puede hacer que ambos miembros de la pareja se pongan muy calientes por la intensidad que puede provocar: la conexión piel con piel, el contacto visual, los olores cercanos del otro cuerpo y la mera cercanía de ambos torsos", explica a 'Women's Health' Debra Laino, terapeuta sexual y profesora de la Universidad Jefferson y la Universidad Wilmington.

Esta postura es muy sensual y puede provoca mucho placer. Además, debido a que es tan básica, en realidad es la posición sexual por excelencia para disfrutar, según la especialista. Estas son las cosas que puedes modificar para disfrutar el misionero aún más.

Cuida los preliminares

A lo que todo el mundo llama preliminares, la investigadora de neurociencia cognitiva y terapeuta sexual Nan Wise le llama juego erótico. Es un calentamiento previo al acto sexual en sí.

"El sexo no es una carrera. En lugar de apresurarte a tener un orgasmo, disminuye la velocidad", explica una experta en sexualidad

"El juego erótico es importante en todas las posturas", explica Wise. "Pero debido a la intensidad del misionero, es especialmente agradable", destaca.

Por su parte, Laino señala que en lugar de confiar únicamente en la sensualidad del misionero para conectar con tu pareja, "calienta con una ligera penetración vaginal con tus dedos o los de tu pareja". "O prueba el sexo oral como una transición a la relación sexual para que tú y tu pareja podáis comenzar a aumentar la temperatura", añade.

Juega con los pezones

Los pechos y los pezones son dos de las zonas más erógenas, así que dales un poco de cariño. Debes masajear, chupar, sujetar o pellizcar ligeramente mientras estás entregado al sexo, sugiere el terapeuta sexual Ian Kerner. Y si lo que está buscando es la estimulación del pezón sin usar las manos, colócate de tal forma que haya contacto de pecho con pecho.

Y con todas las zonas erógenas

No olvides estimular las áreas que no están entre las piernas o en el pecho. Algunas zonas menos obvias, dice Wise, son las orejas y el cuello. Pídele a tu pareja que roce ligeramente sus uñas contra la parte posterior de tu cuello o que te meta la lengua en la oreja después de jugar con el lóbulo.

Controla el ritmo

"El sexo no es una carrera. En lugar de apresurarte a tener un orgasmo, disminuye la velocidad", señala Wise. Concéntrate en tu respiración e intenta sincronizar tus exhalaciones con las de su pareja. Esto te permite saborear las sensaciones sexuales que estás experimentando como uno solo. También puedes exhalar mientras tu pareja inhala. "Estas respiraciones más profundas también aumentarán el flujo sanguíneo y la circulación a tu área pélvica, aumentando su placer", dice Wise.

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"¿Todavía no lo has conseguido? Intenta cambiar tus movimientos mientras disminuyes la velocidad", señala la experta en sexo y relaciones Jessica O'Reilly, autora de 'The New Sex Bible'. Mezcla el ritmo de las caderas con movimientos circulares en lugar de simplemente moverte hacia arriba y hacia abajo, sugiere.

Juega con los ángulos

La mejor parte del misionero es la facilidad con la que puedes cambiar la ubicación y la intensidad de la estimulación, simplemente cambiando los ángulos de tu cuerpo.

"Si deseas una penetración más profunda, coloca una almohada debajo de la zona lumbar para apuntalar la pelvis", aconseja Wise. "Inclinar la pelvis hacia arriba obliga a tu pareja a empujar hacia abajo y, por lo tanto, más profundamente dentro de ti", destaca.

En lugar de apresurarte a tener un orgasmo, disminuye la velocidad. Concéntrate en tu respiración e intenta sincronizarla con tu pareja

Si estás buscando más estimulación del clítoris, considera un ligero giro en el misionero llamado técnica de alineación coital. Para realizarlo, "haz que tu pareja se mueva hacia tus hombros para que el pene pueda hacer más presión sobre el clítoris de lo habitual cuando penetre. En lugar de empujar hacia adentro y hacia afuera, tu pareja se acercará contra tu pelvis", explica.

Usa un vibrador

Para transportar las cosas a otro nivel, lleva el vibrador al dormitorio. Úsela antes de la penetración: en los pezones, cuello, espalda y cualquier otra área de tu cuerpo que te guste para aumentar la emoción, sugiere Laino.

Incluso puedes usar un anillo vibrador sobre el clítoris y ayudar al hombre a durar más tiempo, dice la experta sexual Rachel Needle, psicóloga y codirectora de Modern Sex Therapy Institute.

Habla sin pudor

Esto se aplica a cualquier postura sexual, pero especialmente al misionero, ya que no deses que tu pareja piense que el sexo es aburrido. "Aprovecha esta oportunidad para mostrar tu placer", señala Wise. Si disfrutas lo que estáis haciendo, díselo a tu pareja y gime (si te sale naturalmente, no lo finjas).

El misionero es una de las posturas sexuales más conocidas de la historia. Justamente por ser tan famosa, sencilla e intuitiva suele ser la más repetida, y por ello puede llegar a ser aburrida e incluso no conseguir que haya excitación. Pero no debes eliminarla de tu lista de posiciones preferidas, ya que podría llegar a estimularte más de lo que piensas si sigues unos pequeños consejos.

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