Los dos tipos de orgasmo que tienen los hombres (y uno es mucho mejor)

El sexo lleva a lugares insospechados, el momento del clímax consigue que pisemos durante unos breves instantes el paraíso en la Tierra y volvamos de nuevo. Sin embargo, todo aquello que tiene que ver con "la puerta de atrás", por lo general, no interesa mucho a los hombres, ya sea por miedo a probar algo nuevo o simples prejuicios. Mejorar el placer conociendo todas las partes de nuestro cuerpo debería ser una máxima para todos, pero los tabús y temores son mayores.

¿Cómo es un orgasmo de próstata? Si has experimentado alguna vez uno, conocerás la sensación. Si no, estás amarrado a tu recuerdo de cómo es llegar al clímax de la manera habitual y probablemente no puedas desligar esa sensación de tu cabeza. Si por el momento no tienes pensado innovar tus prácticas, al menos puedes leer las declaraciones recogidas por la revista masculina 'Men's Health'. Un grupo de hombres que han experimentado las maravillas del orgasmo de próstata cuentan cómo fue su experiencia.

El orgasmo "normal"

Vamos primero con el clímax habitual, es decir, el que proviene de la erección y la posterior eyaculación. Con este estarás, probablemente, más que familiarizado. Se produce en dos fases: la primera, cuando se acumula el esperma en la uretra posterior, con la erección proveniente del estímulo sexual, y la segunda con esa descarga o expulsión del semen. No tiene mucho misterio, durante la expulsión espasmódica del esperma, el hombre siente la sensación de placer intenso, que constituye el orgasmo propiamente dicho.

El orgasmo de próstata

Dicen que es el más intenso que puede sentir un hombre pero, como veíamos al principio, pocos quieren intentarlo. "La estimulación anal se asocia con lo homosexual", explica Charlie Glickman, terapeuta sexual y autor de 'The Ultimate Guide to Prostate Pleasure' ('La guía definitiva para el placer prostático'), "por eso hay que recordar que las prácticas sexuales no pueden cambiar tu orientación".

Lo cuenta Dominus Eros en su declaración: "Tenía 16 años y había oído hablar en algún sitio de ello, así que decidí probarlo por mi cuenta. Lo hice solo en la ducha, abriéndome camino con un poco de jabón. Al principio quemó un poco, pero a la tercera o cuarta vez conseguí llegar al orgasmo".

Cuando se le pregunta en qué difieren uno y otro, lo tiene claro: "Es como ver una película en definición estándar y luego descubrir IMAX. Puedes disfrutar de la película en ambos formatos, pero uno es notablemente mejor. El orgasmo proveniente del pene es rápido, las olas de placer que vienen con él son esperadas, no hay ninguna sorpresa. No es así con la estimulación de la próstata, puedes extenderlo todo el tiempo que quieras continuando con la estimulación".

El orgasmo de próstata es como ver una película en IMAX. Hay dos formatos, pero uno es notablemente mejor

"Es totalmente diferente", cuenta Ryan Weston, otro entrevistado. "Ese cosquilleo en los pies, la presión en la cara, el corazón que se acelera... me sentí como un volcán en erupción. En una escala de números, la eyaculación normal sería un 10 y esta un 20. Es el doble de intenso, casi incontrolable".

La eyaculación y el tabú

¿Es posible eyacular con este tipo de estimulación? Según los encuestados, es bastante complicado. En ocasiones no pueden ni mantener la erección, simplemente porque se pierden en las tremendas olas de placer que provoca. "Yo practico el tantra y puedo tener múltiples orgasmos corporales que no son eyaculadores", añade Eros. "Ahora, si quiero eyacular al mismo tiempo, a mi edad (tiene 38 años) me cuesta una barbaridad. Pero hay que dejar a un lado ese prejuicio de que solo se llega al orgasmo verdaderamente cuando se eyacula".

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Y, ¿qué le dirían a los hombres que se oponen a ello? "Si hay personas en tu vida que van a cuestionar tu sexualidad solo porque quieras sentir un orgasmo muy poderoso y potente, deshazte de ellos. No necesitas ese tipo de negatividad en tu vida", dice Weston. "Mereces disfrutar de la estimulación de la próstata, los hombres suelen restringirse mentalmente, tienen miedo de explorar y es una pena, porque debido a esto pierden la oportunidad de disfrutar plenamente de sus cuerpos", concluye.