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El misterio de la muerte de Armstrong
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"GUÍÑENLE UN OJO"

El misterio de la muerte de Armstrong

Justo en el 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna, aparecen unos documentos oficiales que reflejan presuntas negligencias médicas en la muerte del astronauta

Foto: Ceremonia del lanzamiento al mar de las cenizas de Neil Armstrong, 14 de septiembre de 2012. (Wikipedia)
Ceremonia del lanzamiento al mar de las cenizas de Neil Armstrong, 14 de septiembre de 2012. (Wikipedia)

7 de agosto de 2012. Uno de los hombres más importantes no solo de la historia de Estados Unidos, sino del mundo entero, es ingresado en el quirófano de un hospital de Cincinnati. Neil Alden Armstrong, el primer hombre en pisar la superficie lunar, es sometido a una operación de corazón sumamente complicada. Horas después, la familia confirma la noticia: ha superado la cirugía y evoluciona favorablemente. Sin embargo, tan solo 18 días después, sufre una complicación y muere, dejando huérfanos a 600 millones de personas que desde que le vieron aquella noche del 20 de julio de 1969 aterrizar en la luna, no han dejado de soñar con las estrellas.

"Mientras lloramos su pérdida, también celebramos su extraordinaria vida con la esperanza de que sirva de ejemplo para que jóvenes de todo el mundo trabajen duro para cumplir sus sueños, para estar dispuestos a explorar y superar sus límites, y también para servir desinteresadamente a una causa más grande que ellos mismos. Honren su ejemplo de servicio y modestia, y la próxima vez que salgan a caminar en una noche clara y vean que la luna les sonríe, piensen en Neil y guíñenle un ojo". Son las emocionadas palabras de despedida que el entorno más cercano del astronauta, su familia, dedicó a través de un comunicado a todas las personas que en su día se sintieron inspiradas por su figura. Pero han pasado los años, y justo estos días en los que se cumplen cinco décadas de la expedición más importante de la historia de la humanidad, la versión de la familia sobre el fallecimiento de Armstrong es bien distinta.

placeholder Foto de archivo de Neil Armstrong. (Cordon Press)
Foto de archivo de Neil Armstrong. (Cordon Press)

Hace unos días, 'The New York Times' recibió por correo ordinario 93 páginas de documentos relacionados con la asistencia médica prestada al astronaura y el caso legal que la siguió. El remitente anónimo incluyó una nota sin firmar en la que explicitaba la verdadera intención de esta filtración: esperaba que la información ahí adjuntada salvara otras vidas. Al parecer, la reacción de la familia a la muerte de Armstrong fue mucho más tormentosa. Sus dos hijos sostienen que la atención recibida en el hospital Mercy Health-Fairfield le había costado la vida. El hospital, evidentemente, defendió su trabajo, pero pagó a los familiares 6 millones de dólares (5,4 millones de euros aproximadamente) para resolver el asunto de forma privada y evitar el palo mediático de la opinión pública. Por tanto, el documento demuestra que el hospital insistió todo lo que pudo en mantener en secreto las quejas de la familia y el posterior acuerdo.

Nada más salir de su primera operación, su esposa, Carol Held Knight, aseguró a 'Associated Press' que Armstrong era "increíblemente resistente" y que estaba caminando por el pasillo de la planta. Pero cuando las enfermeras extrajeron los cables de un marcapasos temporal, comenzó a sufrir una hemorrragia en las membranas que recubren el corazón, lo que provocó una cascada de imprevistos médicos que derivaron en la muerte del astronauta.

La decisión de ir al laboratorio de cateterización en vez de a una sala de cirugía fue el gran error

La mayor parte del acuerdo, unos 5,2 millones de dólares (4,654 millones de euros), según 'The New York Times', se dividió entre los hijos. El hermano y la hermana del astronauta recibieron por su parte 250.000 dólares (223.753 euros), mientras que sus nietos 24.000 dólares cada uno. El resto, unos 160.000 (21.480 euros), fueron para sufragar el gasto de los abogados. A la viuda, Carol, ni un centavo. Según explicó ella misma en su día, a pesar de firmar el acuerdo no recibiría nada de dinero por lealtad a la actitud de su marido, quien siempre evitó ser el centro de atención y no hizo mayor rédito de su gloria.

"Una hemorragia rápida"

¿Qué sucedió realmente aquellos fatídicos días de ingreso hospitalario? El periódico neoyorkino recoge tres revisiones de expertos de los registros médicos de Armstrong, una solicitada por la familia y dos para el hospital. En ellos, no se explica por qué la familia escogió un hospital comunitario como Fairfield, un centro médico algo humilde en comparación con otros como el universitario de Cincinnati. Después de su ingreso y de realizarle las pruebas pertinentes, decidieron someterle a una cirugía de bypass inmediata y como parte del procedimiento, le implantaron cables temporales para ayudar al corazón a acelerar los latidos.

El paciente comenzó a sangrar internamente sin parar y su presión arterial bajó de repente. Los médicos le trasladaron al laboratorio de cateterización, donde un ecocardiograma reflejó, en palabras de un experto, "un sangrado rápido y significativo". Al ver que no podían controlar la hemorragia, los médicos intentaron drenar la sangre. Más tarde, el astronauta fue conducido a una sala de operaciones en la que, según los registros, no se sabe exactamente cómo procedieron los profesionales sanitarios, tan solo que estuvo allí alrededor de una semana antes de morir el 25 de agosto. En ese momento, la familia anunció que la causa de la muerte fue debida a una serie de "complicaciones derivadas de los procedimientos cardiovasculares".

"Un gran error"

"La decisión de ir al laboratorio de cateterización en vez de a una sala de cirugía fue el gran error". Son las palabras de Joseph Bavaria, vicepresidente de cirugía cardiotorácica de la Universidad de Pennsylvania en un informe realizado a petición de la familia Armstrong. Otros profesionales que estuvieron cerca del procedimiento médico, como Richard Salzano, cirujano en el Centro Médico de Yale, cree que llevarle al laboratorio entrañó "mucho más riesgo que si lo hubieran trasladado al quirófano". La teoría de Salzano es que los médicos podrían haberle abierto el pecho nada más ocurrir el trombo, y aunque habría tenido una probabilidad del 50% de supervivencia, esto habría sido más útil que ir al quirófano.

La viuda alegó sobre la posibilidad de revelar el acuerdo con el hospital en una película o un libro, lo que resultaría muy lucrativo para sus hijos

Algunos médicos, consultados por 'The New York Times', como el doctor Ashish Jah, profesor de Medicina en Harvard, está de acuerdo con la conclusión de Bavaria. "Estas personas debían haber ido directamente a la sala de operaciones", opina Jha. "No entiendo por qué fueron al laboratorio de cateterismo. Me parece que su muerte se pudo evitar, no está del todo claro para mí la razón de que le practicaran la cirugía. Probablemente lo decidieron por lo crítica de la situación".

¿Un nuevo documental?

¿Quién fue el topo que envió los documentos al 'The New York Times'? Ninguna de las dos partes deberían estar interesadas en que el pacto saliera a la luz. Wendy Armstrong, viuda del astronauta, reconoció al periódico que esta información confidencial sobre el tratamiento hospitalario del hombre que pisó la luna podía resultar muy lucrativa para su hijos, Mark y Rick, en caso de que decidieran grabar una película o documental en el que revelaran los detalles de la muerte de su padre.

"Obviamente, la información resultaría muy útil para este proyecto, y la participación de los hijos supondría una ganancia monetaria muy superior a la que en su día recibieron por su silencio", declaró. Nadie sabe si finalmente se sabrá toda la verdad, lo que sí que está claro es que más allá del fallecimiento del héroe americano, su nombre, figura y voz (repitiendo aquella mítica frase nada más pisar superficie selenita) quedarán grabadas en la memoria de la humanidad durante siglos.

7 de agosto de 2012. Uno de los hombres más importantes no solo de la historia de Estados Unidos, sino del mundo entero, es ingresado en el quirófano de un hospital de Cincinnati. Neil Alden Armstrong, el primer hombre en pisar la superficie lunar, es sometido a una operación de corazón sumamente complicada. Horas después, la familia confirma la noticia: ha superado la cirugía y evoluciona favorablemente. Sin embargo, tan solo 18 días después, sufre una complicación y muere, dejando huérfanos a 600 millones de personas que desde que le vieron aquella noche del 20 de julio de 1969 aterrizar en la luna, no han dejado de soñar con las estrellas.

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