Así funciona la tecnología sanitaria que acaba con el temblor esencial de manos

La vida de Rafa Almiñana en los últimos 30 años era una constante desesperación: "El simple hecho de beber un vaso de agua o pedir un café en un bar, y saber tu gran riesgo de derramarlo; recurrir a la excusa de que el café es para llevar para que te lo sirvan en vaso con tapa; fingir dolor de muelas para pedir pajita... No he podido tomar sopa jamás en un restaurante. Te sientes observado". ¿El motivo? Desde los 20 años, Rafa ha sufrido temblores esenciales que le impedían llevar una vida normal.

"Me dedico a montar cámaras de frío", nos cuenta, un trabajo en el que "hay que atornillar una máquina. Ha sido muy incómodo y llegaba muy deprimido. Incluso tuve que hablar con el encargado, porque lo que para mis compañeros era algo natural, para mí era un sufrimiento todos los días". En total, Rafa ha estado 30 años sin poder valerse por sí mismo.

El caso de Rafa no es aislado: "Estas personas son incapaces de comer por sí mismas, vestirse por sí mismas o hacer muchas actividades de la vida diaria de una persona normal, siendo, por otro lado, personas completamente sanas y conscientes", asegura Vicente Belloch, director científico del área de Imagen de Ascires Grupo Biomédico. En este sentido, proporcionar una mejor calidad de vida a estos pacientes supone una prioridad para la ciencia médica.

Neuro-Hifu para evitar los temblores

En Valencia, ya cuentan con la tecnología que puede evitar estos síntomas. La posee Ascires, a través de ultrasonidos que traspasan el cráneo y actúan exactamente en el punto de las células implicadas en las conexiones neuronales que motivan el temblor.

Esta es la base del tratamiento Neuro-Hifu (High Intensity Focused Ultrasound), una técnica que llega a Valencia de la mano del neurocirujano que la ha desarrollado a nivel internacional, el doctor Andrés Lozano, responsable del área de Neurocirugía del Western Hospital de Toronto y 'medical advisor' de Ascires, que recurre a una 'cartografía del cerebro del paciente' (tractografía) para acceder al punto exacto sobre el que actuar.

Esta prueba, realizada mediante resonancia magnética, aporta datos precisos sobre la morfología específica de cada paciente y añade agilidad y exactitud al procedimiento. "La ventaja de esta técnica es que se consigue un efecto instantáneo y permanente y que puede medirse en tiempo real, ya que el paciente permanece despierto durante el tratamiento e interactúa con el equipo médico durante su aplicación", dice Belloch.

El Hifu, en definitiva, "es una gran esperanza para los pacientes con temblor esencial, ya que su aumento de calidad de vida es enorme. Con esta técnica, basta un tratamiento de apenas tres horas y sin convalecencia para que el paciente recupere su autonomía, y eso es un cambio absoluto", destaca. Las aplicaciones del Hifu van más allá de su eficacia contra los temblores esenciales y es una técnica cada vez más útil para determinados tipos de párkinson. "Estamos utilizando esta técnica para tratar ciertos de pacientes con párkinson, aunque esta patología es muy compleja y la generación de lesiones en ciertas neuronas no garantiza resultados tan espectaculares como con otros trastornos del movimiento", afirma Belloch.

Con una trayectoria de más de 40 años, Ascires está integrado por Cetir-Eresa y Sistemas Genómicos, tres equipos pioneros en España y en Europa en aplicar técnicas y tecnología de vanguardia en sus respectivos ámbitos: la resonancia magnética, la radioterapia de intensidad modulada frente al cáncer y la secuenciación genética para el diagnóstico.

El grupo centra su actividad en diagnóstico y tratamiento, con una reinversión anual del 20% de los beneficios en I+D+i. Un valor que le permite incorporar la última tecnología y los últimos avances científicos tanto en imagen como en genómica.