Así no: la mayor queja que las mujeres suelen tener sobre los hombres
¿Deben mostrar su lado más vulnerable? Aunque desde pequeños se les enseña a ser fuertes, quizá adoptando esa postura se ganarían muchas batallas
Nos guste o no, desde tiempos inmemoriales hemos vivido en un sistema patriarcal en el cual las mujeres y hombres deben comportarse de una manera determinada. Últimamente esto parece estar cambiando, y se defiende que las niñas jueguen al fútbol o que los niños se vistan de princesa si quieren, pero todavía hay mucho camino que recorrer.
Quizá por ello mismo nos parezca raro que un hombre se muestre vulnerable. 'Boys don't cry', los chicos no lloran, cantaba Robert Smith de The Cure en los 80. Vivimos en el siglo XXI, pero todavía nos chirrían ciertas posturas, y a veces nos sorprendemos diciéndole a los niños que no lloren ni sean "nenazas", como si eso fuera algo malo. Entonces esos niños crecen y continúan rechazando la fragilidad, no deben mostrar sus sentimientos.
La masculinidad a debate
'Prevention' recoge un caso verdadero: "Recuerdo la primera vez que vi a un hombre ser vulnerable" narra el psicoterapeuta John Kim, autor del libro 'I used to be a miserable f*ck'. "Viajábamos con mi suegro, nos dirigíamos al aeropuerto. Entonces él se volvió hacia mi mujer y la pidió perdón por haber sido un padre ausente. Entonces se echó a llorar. Jamás le habíamos visto así. Acabamos todos llorando dentro del coche y, de repente... mi definición de lo que es un hombre real cambió".
Hay algo en la palabra "vulnerabilidad" que repele a los hombres. "Todos admitimos que es algo bueno y que incluso puede llevar al éxito" explica. "Pero no es lo mismo admitirlo de una manera hipotética, en una charla, por ejemplo, que luego parecer 'débiles' delante de los demás en nuestra vida diaria. En la práctica".
La vulnerabilidad implica mostrar tu verdadero yo, todos deberíamos hacerlo
¿Qué significa ser vulnerable? Si nos atenemos a la definición del diccionario: "Que puede ser dañado física o moralmente". Así es como la mayoría de los hombres lo ven. Es algo normal, insistimos, al fin y al cabo se ha transmitido de padres a hijos (por norma general, aunque no siempre). Los varones son buenos arreglando cosas, mirando mapas, conduciendo... pero no hablando de sus sentimientos. Los chicos no hacen eso.
Continúa Kim: "Hay algo terriblemente pernicioso en todo esto. La vulnerabilidad no es solo hablar de tus sentimientos. Se trata de enseñar tu verdadero yo. Y muchos no nos mostramos hasta que tenemos que hacerlo, estamos obligados a ello. Hasta que perdemos algo: una relación, un matrimonio, una amistad, un negocio y, finalmente, a nosotros mismos. Cuando no enseñamos cómo somos nos estamos negando y volviendo invisibles".
Las mujeres, a menudo, se quejan de la falta de comunicación con sus parejas o de que estas no muestran lo que piensan o sus verdaderos sentimientos. Es un problema difícil de subsanar si el comportamiento se encuentra arraigado, pero Kim asegura que debemos intentar cambiar no solo por el bien de nuestras parejas o los que están a nuestro alrededor: también por nosotros mismos.
Insiste el psicoterapeuta: "Pregúntate, ¿estoy siendo vulnerable? ¿Estoy mostrando mi verdadera cara? No solo con tu pareja. En todas tus relaciones. Con amigos. Compañeros de trabajo. Empleados. Tu jefe. Tus niños. Si no lo estás haciendo cuestiona el por qué. ¿Todavía te aferras a las antiguas definiciones de cómo debe ser un hombre? Si es así, tal vez es hora de cambiarlas. Te guste o no, si no practicas la vulnerabilidad, nunca alcanzarás tu potencial completo como padre, hermano, novio, esposo, amigo, hijo, maestro, líder, empresario y humano".
Nos guste o no, desde tiempos inmemoriales hemos vivido en un sistema patriarcal en el cual las mujeres y hombres deben comportarse de una manera determinada. Últimamente esto parece estar cambiando, y se defiende que las niñas jueguen al fútbol o que los niños se vistan de princesa si quieren, pero todavía hay mucho camino que recorrer.