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La llamaron gorda. La respuesta de un desconocido restaura tu fe en la humanidad
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¿Qué habrías hecho tú?

La llamaron gorda. La respuesta de un desconocido restaura tu fe en la humanidad

Imagina que te toca ir solo en el vuelo de vuelta a casa y que el señor que tienes al lado se está mandando mensajes insultándote por tu peso. ¿Cómo te sentirías?

Foto: Foto: iStock.
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Poco después de que Savannah Phillips se abrochara el cinturón en su asiento al lado de la ventana en un vuelo de United Airlines desde Oklahoma a Illinois el mayo pasado, miró a su compañero de trayecto. Tenía unos 60 años, llevaba gafas de sol de color amarillo brillante y estaba ocupado enviando mensajes de texto. La letra de los 'whatsapps' era inusualmente grande y la pantalla muy brillante, lo que facilitó que pudiera leer lo que estaba conversando: "Oye, Babe, estoy sentado al lado de una masa maloliente".

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A ser irrespetuoso a otra parte

La azafata dijo que era su héroe, pero en realidad era el mío

placeholder Savannah y Chase.
Savannah y Chase.

"Chase me animó a no dejar que las cosas que escribía aquel tipo me afectaran y que todo iba a estar bien", escribió Phillips. Y tenía razón. Ambos pasaron el resto del vuelo charlando como viejos amigos y olvidando el desafortunado accidente.

Con su fe en la humanidad restaurada, Phillips escribió en Facebook: "La azafata le dijo que él era su héroe. Pero no era el suyo, era el mío. Doy gracias porque él estuviera allí. Me sentí bendecida. Espero que sea un buen ejemplo para lo de demás y cómo deberían ser sus próximas reacciones cuando vean alguna sitaución parecida y deban defender a las personas que lo necesiten".

Poco después de que Savannah Phillips se abrochara el cinturón en su asiento al lado de la ventana en un vuelo de United Airlines desde Oklahoma a Illinois el mayo pasado, miró a su compañero de trayecto. Tenía unos 60 años, llevaba gafas de sol de color amarillo brillante y estaba ocupado enviando mensajes de texto. La letra de los 'whatsapps' era inusualmente grande y la pantalla muy brillante, lo que facilitó que pudiera leer lo que estaba conversando: "Oye, Babe, estoy sentado al lado de una masa maloliente".

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