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El judío que se salvó del Holocausto gracias a la carne que "cayó del cielo"
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parece un milagro, pero sucedió de verdad

El judío que se salvó del Holocausto gracias a la carne que "cayó del cielo"

En 1945, el joven Monek vio cómo caía del cielo su salvación. Se encontraba en una de las Marchas de la Muerte y gracias a aquel acontecimiento logró sobrevivir

Foto: Murray Goldfinger. (Twitter)
Murray Goldfinger. (Twitter)

La mayoría tenemos claro que el amor por nuestros abuelos es descomunal. Su cariño, sus sabias palabras y la historia que tienen detrás les hacen ser personas entrañables que nos enseñan lecciones de vida en cada momento. Stephen Black, nieto de Murray Goldfinger, un superviviente del Holocausto, ha compartido en Twitter lo que le ocurrió a su antecesor con un trozo de carne.

Su conmovedor relato se ha dado a conocer tras la celebración del Yom HaShoah, el Día del Recuerdo del Holocausto, cuando se rememoran las vidas de las personas que perecieron trágicamente en aquel periodo.

Foto: Niños durmiendo en la calle en Ucrania. (Cordon Press)

Goldfinger, de 91 años, cuyo nombre original era Monek, fue prisionero en el campo de concentración de Auschwitz II-Birkenau. En enero de 1945, cuatro meses antes de ser liberado por las fuerzas estadounidenses del campamento del Buchenwald, estaba en una de las Marchas de la Muerte mientras los soldados rusos avanzaban desde el este. Estaba cansado, hambriento y tenía frío cuando vio algo que descendía del cielo y se dirigía hacia él.

Para su sorpresa, tras golpearle el pecho y cogerlo, era un trozo de carne asada de casi un kilo. Estaba anonadado. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie lo había visto y lo metió bajo su camisa. Durante los siguientes dos días, lo cortó en trozos pequeños y se lo fue comiendo a escondidas. "Cuando conté la historia a un grupo de estudiantes de bachillerato, todos se rieron. Me preguntaron: '¿Fue un regalo caído del cielo?", explicó el abuelo.

La realidad es más sombría

Los nazis viajaban en tanques y jeeps junto a la marcha. Probablemente uno de ellos pensó que sería divertido arrojar la comida a la multitud y ver cómo los judíos se peleaban por ella. No habría sido la primera vez que este anciano, entonces joven, presenciaba cómo los soldados disfrutaban torturándoles. Pero la verdad es que no fue así: los prisioneros estaban demasiado cansados, hasta el punto que muchos murieron por el camino.

Hay que seguir con la lucha para evitar que la historia se repita y para garantizar que toda la vida humana se valora por igual

Él tuvo suerte, la trayectoria de la carne la llevó directa hacia él. Siente que si está con vida es gracias a aquel pedazo que le dio energía para seguir. Toda su familia, incluyendo a sus ocho hermanos, perecieron allí, pero Murray sobrevivió. El 11 de abril de 1945 fue liberado y desde entonces celebran la fecha como un cumpleaños o el día del renacimiento.

"El camino de los guetos a los campos de trabajo y de concentración duró seis años, pero empezaron mucho antes de eso. Comenzó con líderes que tenían una agenda maligna. Entendieron que las personas necesitaban un chivo expiatorio, una salida para el miedo y el odio. Destruyeron la humanidad de los judíos pieza por pieza hasta que se convirtieron en números y luego en cenizas mientras gran parte del mundo se quedaba de brazos cruzados", asegura.

Camino difícil

El viaje a EEUU no fue nada fácil. Solo le permitieron emigrar después de que un pariente lejano ganara una pequeña fortuna en la lotería y lo apadrinara. Reconstruyó su vida poco a poco con mucho esfuerzo y dedicación y ha vivido para ver el nacimiento de dos bisnietos.

"Me inspira el activismo de la generación más joven cuando hacen campañas como #NeverAgain. Me he visto obligado a contar mi historia para mostrar la oscuridad que somos capaces de provocar cuando no controlamos el odio. La lucha sigue", explica en uno de los tuits.

"Es un combate para evitar que la historia se repita, pero también para garantizar que toda la vida humana se valora por igual, independientemente de la raza, el sexo, la religión, la sexualidad", añade. Desde que sus tuits se han vuelto virales (se han compartido más de 60.000 veces, han recibido miles de comentarios y elogios hacia su abuelo y se han compartido otros relatos similares), Stephen dice que su abuelo, o "Poppy" como lo llama él, está conmovido y emocionado por la increíble respuesta que ha recibido su historia.

La mayoría tenemos claro que el amor por nuestros abuelos es descomunal. Su cariño, sus sabias palabras y la historia que tienen detrás les hacen ser personas entrañables que nos enseñan lecciones de vida en cada momento. Stephen Black, nieto de Murray Goldfinger, un superviviente del Holocausto, ha compartido en Twitter lo que le ocurrió a su antecesor con un trozo de carne.

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