Lo peor que se han encontrado los empleados de hotel en las habitaciones

Una vez atravesamos la puerta de una habitación de hotel, algo en nuestro cerebro hace 'click' y cambia. Nuestros hábitos, intachables en casa, desaparecen y nos volvemos más laxos con la limpieza, el orden y el qué dirán. Total, alguien adecentará todo esto después. A buen seguro, somos conscientes de ello y aun así seguimos “tomando prestado” los frascos de champú y dejando la toalla empapada donde Cristo perdió el gorro. E incluso así, no son más que nimiedades comparado con lo que los empleados de hotel pueden llegar a encontrarse.

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Alba Ramos Sanz

Seguro que alguna vez te has preguntado qué habrá hecho el huésped anterior en la habitación donde tú te alojas. Eso, o en qué condiciones dejó las dependencias ahora intactas, como listas para estrenar. Para resolver la cuestión acudimos a un hilo de la comunidad de 'Reddit' en la que los trabajadores de hoteles comparten sus experiencias más inquietantes al limpiar una habitación.

La habitación estaba vacía: sin cuadros, muebles ni camas. La televisión, el secador y las lámparas habían desaparecido

Una mañana cualquiera, relata uno de los comentarios, las limpiadoras fueron como cada día a limpiar una de las habitaciones y se encontraron con (redoble de tambores) absolutamente nada. “La habitación estaba vacía: sin cuadros, muebles ni camas. El secador de pelo lo habían arrancado de la pared. La televisión había desaparecido, al igual que la cafetera y las lámparas de mesa”.

Una ladrona poco eficiente

No se podían explicar cómo podían haber sacado tanto de ahí, hasta que las cámaras de seguridad revelaron que habían arrojado todo por la ventana desde un segundo piso y que luego una furgoneta lo había recogido. “Lo más ridículo fue que la señora que había pagado por la habitación lo había hecho con su nombre real y su tarjeta de crédito. Nos pusimos en contacto con ella. Trató de devolver las cosas, pero estaban reventadas tras la caída de más de nueve metros”. La historia, como era de esperar, terminó en arresto.

Otro usuario cuenta una anécdota (algo desagradable) que le pasó a su abuela cuando era empleada en un motel. La señora, con toda su buena fe, fue a sacar la basura y se dio cuenta de que alguien había vomitado en ella. “Habían retirado la bolsa, por lo que había estado goteando. Había vómito por toda la pared y, para empeorar las cosas, la temperatura era de más de 32 grados y el lugar había estado cerrado durante más de tres días”. Uf, imaginad el olor.

Después de vomitar, encontramos más excrementos. Nunca hemos salido de una habitación tan rápido en nuestras vidas

Siguiendo con los sucesos repulsivos, un empleado cuenta que un hombre se alojó en el hotel durante más de un mes, pero que nunca salía de su habitación y que, por tanto, no dejaba que nadie la limpiase en condiciones. Siempre tenía en cartel de “no molestar” en la puerta. Cuando finalmente se marchó… el horror. Al parecer, el huésped mascaba tabaco todo el rato y lo escupía donde más le venía en gana, se encontraron con excrementos y orina alrededor del inodoro, un nido de toallas viejas y usadas, moho creciendo por el baño… Visto así, la historia del vómito no suena tan mal.

Sangre, fluidos y olores

En otro de los comentarios, un empleado cuenta las cosas más perturbadoras que se ha encontrado durante su carrera en los hoteles. La primera, la sangre. Por todas partes: la cama, las paredes, sobre la alfombra… “Llamé a la policía, pero nunca descubrieron qué pasó allí”. La segunda, un cubo repleto de excrementos: “Ahí estaba, en la cómoda, como si fuese la cosa más normal del mundo”. Al parecer, esto de las heces humanas es algo bastante común, como si se tratase de un regalo para el siguiente huésped. Otro de los usuarios incluso habla de deposiciones calentadas en el microondas: “Después de vomitar durante un buen par de minutos, abrimos la nevera para encontrar más excrementos en el estante inferior y jarras repletas de sanguijuelas. Nunca hemos salido de una habitación tan rápido en nuestras vidas”.

Y, por supuesto, un clásico: los desnudos a lo exhibicionista. Una limpiadora cuenta que una cliente necesitaba con urgencia que le limpiasen la habitación tanto que no le importaba que alguien lo hiciese mientras ella estaba en pelota picada. Según dijo, se había quedado sin toallas… Pero para cosas insólitas otro empleado se encontró un cuarto lleno de peluches (hasta ahí, tiene un pase, pues coincidía con una convención). Lo curioso es que estaban rellenos de juguetes sexuales que, al parecer, revendían entre los asistentes.